Por Jeff Stein
Archivado: 01/29/14 a las 12:53 PM | Actualizado: 04.22.14 a 16:56

image-1

Arabia Saudita ha sido por mucho tiempo un jugador a trastienda en el “juego de tronos nuclear” del Medio Oriente, aparentemente contentándose con financiar las ambiciones de Pakistán e Irak (bajo Saddam Hussein) para contrarrestar el ascenso de su enemigo mortal, Irán.

Pero a medida que Occidente e Irán se han acercado a un acuerdo nuclear, están surgiendo señales de que la monarquía está lista para dar al mundo un vistazo a una nueva fuerza de ataque con misiles propia – que ha sido mejorada con la cuidadosa complicidad de Washington.

Según una fuente de inteligencia bien ubicada, Arabia Saudita compró misiles balísticos a China en 2007, en un acuerdo, hasta ahora no oficial, que obtuvo la silenciosa aprobación de Washington con la condición de que los expertos técnicos de la CIA pudieron comprobar que no fueron diseñados para transportar ojivas nucleares.

Los misiles de combustible sólido y medio alcance DF-21 “Viento del Este” son una mejora sobre los DF-3 que los sauditas adquirieron clandestinamente en China en 1988, dicen los expertos, aunque no están de acuerdo en la mejoría que representan.

Los nuevos misiles, conocidos como CSS-5 según el código OTAN, tienen un menos alcance pero precisión mayor, haciéndolos más útiles contra “blancos de alto valor en Teherán, como el Palacio Presidencial o los palacios del Líder Supremo”, dijo a Newsweek Jeffrey Lewis, director del Centro de Estudios de No Proliferación James Martin en el Instituto Monterey de Estudios Internacionales. Estos misiles también pueden ser disparados en menos tiempo.

La poca precisión de los viejos DF-3 los hizo impotentes durante la primera Guerra del Golfo como una respuesta a los Scud de Saddam Hussein, según Desert Warrior, un libro de memorias 1996 del príncipe saudita Khaled bin Sultan, el entonces comandante de las Fuerzas de Defensa Aérea de Riad. El rey Fahd se negó a arrojarlos sobre Irak porque el resultado probable hubiera sido víctimas civiles en masa, y “la campaña aérea de la coalición que se libra contra Irak era suficiente represalia”, escribió Khaled.

Cuando terminó la guerra, los saudíes fueron en busca de algo mejor. Probablemente lo encontraron en China. Pero a diferencia de 1988, cuando la realeza molestó a Washington con la adquisición secreta del DF-3, esta vez se decidieron a jugar limpio. Y la CIA era su compañero de juegos asignada.

La CIA y oficiales de la fuerza aérea saudita elaboraron las formas y medios para la adquisición de los nuevos misiles chinos durante una serie de reuniones secretas en Langley, Virginia, sede de la agencia de espionaje y durante cenas en los restaurantes en el norte de Virginia durante la primavera y el verano de 2007, una fuente bien informada dijo a Newsweek. Los arreglos eran tan sensibles que el entonces director de la CIA, Stephen Kappes, ordenó que los costes logísticos de la CIA, que se estiman en $ 600.000 a $ 700,000, fueran enterrados bajo la vaga designación “operaciones de apoyo a” en los documentos de la partida de presupuestarios internos – lo que provocó fuertes quejas del jefe de personal de apoyo de la agencia.

Aparte de personal técnico, entre los pocos funcionarios de la CIA que pudieron participar en el acuerdo estaban el entonces número tres, Director Adjunto Asociado Michael Morrell, John Kringen, el entonces jefe de la Dirección de Inteligencia de la agencia; y el jefe de la estación de Riad de la CIA, que Newsweek no identifica porque sigue encubierto. Dos analistas posteriormente viajaron a Arabia Saudita, inspeccionaron las cajas y regresaron satisfechos con que los misiles no fueron diseñados para llevar armas nucleares, dice la fuente, que pidió el anonimato a cambio de discutir el acuerdo aún secreto.

La CIA se negó a comentar, al igual que funcionarios y ex funcionarios de la Casa Blanca. Las embajadas de China y Arabia en Washington no respondieron a solicitudes de comentarios.

Los informes de que los saudíes han mejorado su flota de misiles, sin embargo, no son nuevos. El ex analista de la CIA Jonathan Scherck, por ejemplo, que manejó informes de inteligencia sobre Arabia Saudita como contratista de 2005 a 2007, declara en Patriot Lost, un libro no autorizado de 2010, que China comenzó a suministrar un “sistema de misiles balísticos nucleares llave en mano” para el reino con la aprobación encubierta de la administración de George W. Bush, “no más tarde de diciembre de 2003.”

Lewis descarta las declaraciones “nucleares” de Scherck, que Scherck dice haber basado en los informes que vio de los espías de la CIA y de los sistemas de recolección técnicos.

Kenneth Pollack, ex experto de la CIA y del Consejo de Seguridad Nacionalde la Casa Blanca sobre el Oriente Medio, también rechaza el escenario nuclear de Scherck, así como las recientes afirmaciones de las revistas BBC y Time – citando a un ex jefe de la inteligencia militar israelí – que los saudíes habían colocado “un pedido” por ojivas nucleares de Pakistán.

“Tonterías y desinformación”, dijo a Newsweek.

Pero Lewis dice que otros detalles pequeños pero importantes en Patriot Perdido son válidos. “Uno puede plantear una serie de preguntas acerca de la lógica en el libro de Scherck – especialmente cuando empieza imaginando ojivas paquistaníes en esos misiles chinos o acusando a funcionarios de la administración Bush de diversos delitos,” Lewis explica, “pero cuando Scherck se centra en los detalles acerca de la supervisión de los envíos y despliegues de misiles, es creíble”.

Ingeniero en misiles crucero de la US Navy antes de unirse a la CIA, Scherck fue despedido en 2008 por intentar conseguir detalles fuera de los canales regulares en la Agencia Nacional Geoespacial, el servicio de inamegens satelitales dirigido por James Clapper cuando comenzó a averiguar sobre el misterio de los misiles. Clapper es hoy director de Inteligencia Nacional. Luego el Departamento de Justicia se abalanzo sobre Sherck, incautando las modestas ganancias de su libro publicado independientemente y prohibiéndole escribir o hablar más sobre el asunto. Con 39 años, Scherck se emplea como gerente nocturno en un hotel al sur de California mientras trabaja en un guión.

Mientras tanto, los saudíes han estado actuando como si quisieran que la gente tome nota de su programa de misiles previamente secreto.

“En los últimos años, Arabia Saudita a comenzado a hablar mucho sobre su Fuerza de Misiles Estratégicos”, escribe Lewis en el borrador de una futura pieza para Foreing Policy que mostro a Newsweek. “Y mientras lo hace, Riad parece estar dando a entender que ha adquirido al menos dos tipos de misiles balísticos.”

“Por ejemplo”, escribe Lewis, “en 2010, Khaled – por el entonces viceministro de Defensa – cortó la cinta en el nuevo edificio de la sede en Riad de la Fuerza de Misiles Estratégicos. Publicaron una serie de imágenes del edificio, tanto por dentro como por fuera. Por otra parte, desde alrededor de 2007, la prensa saudita ha cubierto las ceremonias de graduación de la escuela de de la Fuerza de Misiles Estratégicos en Wadi ad-Dawasir – especialmente si el orador invitado es una persona de importancia.

“El proceso de contratación de los sauditas también ha resultado en buena cantidad de información que aparece impreso, hasta el plan de pago”, agregó. “Durante un tiempo, la Fuerza Estratégica de Misiles incluso tenía una página web, aunque ya no está activa.”

La foto más intrigante hasta el momento, mostró “el reemplazo de Khaled – el, recientemente removido, viceministro de defensa príncipe Fahd – visitando la sede de la Fuerza Estratégica en Riad”, escribe Lewis. En lugar de agasajarlo con el habitual “halcón de oro macizo en una vitrina… “, los funcionarios se muestran posando con una caja cubierta de vidrio con tres modelos de misiles.

“El misil en el extremo izquierdo es, obviamente, un DF-3 de la clase que Arabia Saudita compró en China a finales de 1980”, escribe Lewis. “¿Pero los otros dos? Podrían ser cualquiera de los misiles chinos o pakistaníes. Todos los misiles, Lewis menciona, poseen capacidad nuclear.

Una vez más, el espectáculo sin precedentes podría ser un engaño. En cualquier caso, los saudíes están golpeando los tambores alrededor de sus bases de misiles – sin previo aviso evidente aquí, Lewis dice, probablemente porque todo está en árabe.

La prensa local de Arabia ha estado cubriendo donaciones de sangre y los esfuerzos de ayuda por parte del personal en las bases de misiles conocidas, Lewis dice a Newsweek. Y mientras que los funcionarios han sido reservados sobre otras bases de misiles, ha descubierto que “la gente en los tablones de anuncios árabes tiene la lengua suelta.

“Resulta que, si usted es un saudí asignado a una unidad de lanzamiento”, dice, “la cosa más natural del mundo es anunciar en una cartelera, ‘Hola, yo trabajo para la fuerza de misiles saudí, y he sido asignado a este lugar, ¿dónde puedo conseguir un apartamento? Y la gente abiertamente habla de sus despliegues de una manera que asustaría a las autoridades saudíes si se dieran cuenta de ello”.

Quizás. Pero no se puede asustar a la gente si nadie sabe lo que tienes. Tal vez los saudíes están repentinamente tratando de llamar la atención. Ellos han enfrentado el dilema de la disuasión antes.

A finales de 1988, recuerda Khlaed en sus memorias, le preocupaba que nadie hubiera detectado el despliegue de los DF-3 adquiridos en secreto. ¿Cuál es la ventaja de tenerlos si nadie está asustado de ellos? Sugirió, develando su existencia, “el objetivos de incorporar estas armas no se cumpliría” a menos que el mundo (léase: iraníes e israelíes) supiera de ellas. Pero “no tuvimos la necesidad de develarlo, porque los americanos fueron los primeros en hacerlo público”. Y estaban furiosos al respecto.

Pero ¿qué pasa con el acuerdo de misiles de 2007 del que Newsweek fue informada? Nadie parece haberse dado cuenta de eso, tampoco.

Pero podrían ahora.

Nota importante: Estos DF-21 – o lo que sean – no inclina de manera espectacular el mapa de Oriente Medio a favor de los saudíes.

“Incluso si se da el caso de que Arabia Saudita hay recibido misiles DF-21, a menos que también recibieran ojivas nucleares para los misiles, tienen poco significado para el equilibrio militar de la región,” dijo Pollack a Newsweek.

“Arabia Saudita ha tenido misiles balísticos chinos desde la década de 1980, y el DF-21 tiene un alcance más corto que los CSS-2 que originalmente compraron. Una ojiva convencional en el DF-21 sería demasiado pequeña para causar el tipo de daño que tendría un impacto estratégico. Incluso si los chinos habían vendido a los saudíes la ojiva mod-4 para el DF-21 -. que teóricamente puede paralizar un portaaviones – los saudíes carecen de la tecnología de sensores para encontrar un portaaviones, excepto cuando uno está atracado en el puerto Jebel Ali en los Emiratos Árabes Unidos, estrecho aliado de Arabia Saudita. “

Lewis está de acuerdo – con salvedades. Cuando estás hablando bombas nucleares y misiles, siempre hay que tener en cuenta las cosas raras, como Kissinger susurrando a Hanói que Nixon estaba loco por Vietnam y daría un golpe al botón del Armagedón si se le presiona demasiado- la denominada “teoría del loco.”

“Tiene sus ventajas, sin duda tiene sus ventajas”, dice Lewis sobre el nuevo trato por misiles, aunque sólo sea porque algunos de esos misiles podrían haber sido modificados para portar ojivas nucleares después de los técnicos de la CIA se fueron. “Pero si yo fuera un iraní no sé si me sentiría fundamentalmente diferente acerca de los DF-21 como sobre los DF-3….”

“Tal vez hay un asunto visceral, donde ellos [los iraníes] dicen, estos tipos están gastando un montón de dinero, van en serio”. Así que esto solo demuestra la voluntad saudita de una forma inquietante, en una forma en la que el viejo sistema de misiles no podía.

“Es una cosa extraña. Tiene su propia lógica extraña. Así que sí, se nota la diferencia. Pero no modifica el balance radicalmente.”

Fuente : Exclusive: CIA Helped Saudis in Secret Chinese Missile Deal

Correo Electrónico
Publicidad

Dejá una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.