Sus grandes buques envejecen y Moscú no puede reemplazarlos en un mediano plazo .

Flota del Mar negro durante el desfile en Sabastopol.
Flota del Mar negro durante el desfile en Sabastopol.

El Kremlin ha anunciado que Rusia prevé dar un importante impulso a sus operaciones navales para 2015. Pero esto podría ser una promesa vacía ya que la flota rusa estaría al borde de una caída precipitada en los números de buques operativos con poder de combate debido al gran déficit industrial de diseños que han sido fabricados hace décadas.

“En cuanto a las misiones de los buques de guerra rusos, habrá un 50 por ciento mas que en el 2013” dijo en diciembre el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor General de Rusia.
Por lo mencionado por Gerasimov se puede esperar un futuro sombrío para la marina rusa. Incluso si la flota rusa consigue mayor operatividad para el 2015 con respecto a años pasados, esto tendrá sus consecuencias en el futuro ya que va a tener menos barcos disponibles para ser desplegados, quedando solamente operativos los mas débiles y pequeños.

Sobre el papel hoy la marina rusa posee alrededor de 270 buques de guerra, incluyendo unidades de superficie, anfibios, submarinos y auxiliares. Este numero incluye muchos barcos que están inactivos y en malas condiciones materiales, mas decenas de pequeñas patrulleras con capacidad de combate limitada.
De los 270 buques, unos 125 de ellos se encuentran en estado de operatividad. De esos 125, solo alrededor de 45 son buques de guerra o submarinos que se encuentran en buena forma y con capacidad de ser desplegados.
Todas las cifras anteriores provienen del Dr. Dmitry Gorenburg del Centro Davis de Estudios para Rusia y Eurasia de la Universidad de Harvard.

En comparación, la armada de Estados Unidos posee unos 290 buques de guerra de los cuales un gran porcentaje se encuentra en buen estado de mantenimiento, siendo casi todos buques oceánicos con capacidad de ser desplegados.
Al mismo tiempo, la armada de Rusia, al poseer una fuerza de casi 50 grandes buques de guerra demuestra que no es insignificante, superando a casi todas las flotas del mundo. El problema según Gorenburg es que la actual armada Rusa es anticuada y no puede durar mucho mas tiempo.
“La Marina Rusa sigue siendo principalmente una fuerza con legado soviético” escribe Gorenburg. “En la actualidad, hay relativamente pocos buques de guerra modernos en servicio y los que se han encargado en los últimos años son relativamente pequeños”. En términos de grandes unidades de superficie, la armada solo opera aquellas unidades que pudo salvar luego de años en los que no recibió prácticamente financiación”.
Muchos, si no la mayoría, de los barcos de la época soviética serán radiados de servicio y desmantelados en los próximos años ya que llegaron a ser demasiado viejos para navegar en forma segura y económica.

Bajo la presidencia de Vladimir Putin, el Kremlin ha establecido planes para reconstruir la flota. Pero eso resulta mas fácil de decir que de llevar a cabo cuando los buques con mayor necesidad de reemplazo son los que mas dificultades tienen para su construcción, tales como los cruceros pesados, destructores de gran alcance y su único portaaviones, el Almirante Kuznetsov, apenas en condiciones de navegar después de casi 3 décadas de servicio.

“La industria de la construcción naval de Rusia no esta en buena forma”, explica Gorenburg. Se estima que la industria podría construir solo entre la mitad y el 70 por ciento de los buques que Moscú requiere para el año 2020. “Lo primero que Rusia podría construir es un nuevo portaaviones recién para 2027, mientras que los nuevos destructores se encuentran en la mesa de dibujo, pudiendo ser fabricados recién para dentro de 10 años”.

Tampoco resultó una gran ayuda que Rusia haya invadido y alienado a Ucrania, quien construyo el Almirante Kuznetsov, suministrando incluso sus astilleros con muchos de los componentes que se necesitan para completar los nuevos buques de guerra.
Moscú intentó modernizar y actualizar su capacidad de fabricación naval con la adquisición de dos buques de asalto anfibio clase Mistral (de diseño francés) así como también licenciar su diseño para la construcción en astilleros rusos.
Pero París suspendió el acuerdo el año pasado luego de que tropas rusas anexaran la región ucraniana de Crimea, para proceder a infiltrarse en el este de este país para ayudar a los separatistas pro-rusos. Los astilleros de Rusia siguen siendo capaces de construir pequeñas corbetas y otros buques menores de vigilancia costera.
“La Marina Soviética se enfoco en construir buques para atacar grupos de batalla de portaaviones” sostuvo Goremburg. “La nueva armada rusa estará enfocada primariamente en defenderse en contra de adversarios menores cerca de sus fronteras”.
El incremento de un 50 por ciento en la operatividad para este año puede resultar en uno de los últimos años “ocupados” para la armada rusa, ya que debido a la antigüedad de sus buques, se verá obligada a sumar más días amarrada al puerto.

Mientras tanto los Estados Unidos y China continúan agrandándose y modernizándose. La armada norteamericana se encuentra en pleno proceso de expansión, ya que su intención no solo es contar con una flota compuesta por más de 306 grandes buques, sino que planea ampliar su despliegue, centrándose en la región del océano Pacífico.

Traducción de nota realizada por David Axe.

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