Por: Javier Bonilla
Fuente: http://defensa.com
Fotografía: Pantsir S-1(rosoboronpostavka.ru)
Tras la confirmación dada en Rusia hace menos de un mes por el vicepresidente brasileño, Michel Temer, al primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, durante la VII Reunión de la Comisión Ruso-Brasileña de Cooperación de Alto Nivel, para la compra de tres baterías formadas por cuatro vehículos de lanzamiento, ocho remuniciadores, tres unidades de control junto a tres radares, además de un lote de hasta 240 misiles 57E6-E, todo ello incluyendo determinado grado de transferencia tecnológica (de cuya efectividad , localmente se dudaba), que podría llegar a ser total en un sexenio, manejándose además, la posibilidad de usar monedas locales en la transacción, Brasil ralentizaría ahora esa adquisición, la cancelaría o forzaría una nueva negociación, como recientemente hizo con Saab por el GripenNG, aunque esta posibilidad en el caso concreto del Pantsir es remota.
Así, aunque los equipos serían necesarios para la cobertura de los Juegos Olímpicos Río 2016, por un decreto emitido en las últimas horas el Gobierno dejó sin efecto una seña de medio millón de dólares al respecto de esta operación, acuerdo que el anterior ministro de Defensa, Jaques Wagner, no habría querido firmar. La responsabilidad por la seguridad de las Olimpaadas quedaría a cargo de los KMW Gepard y de los RBS-70 y los Igla S ya existentes, asistidos por radares Bradar M-60, entre las opciones nacionales.
De hecho, la industria local no miraba con mucha simpatía el tema, especialmente en el caso de Avibrás, uno de los referentes en materia de cohetes y misiles, mientras Mectron, en crisis, solamente se podría implicarse si fuese adquirida por algun grupo ruso. Además, dejando al Ejército- que pese a haber enviado algunas delegaciones a Rusia en misión informativa no defendió demasiado esa opción- en una encrucijada logística, la Fuerza Aérea se inclinaría por sistemas IRIS- T SL de Diehl, así como la Marina lo ha hecho por el MBDA CAMM Sea Ceptor.