Por: Arie Egozi , Tel Aviv
Fuente: www.flightglobal.com
Traducción: Negro2000
El 24 de noviembre, un Lockheed Martin F-16 de Turquía derribó un Sukhoi Su-24 Ruso, con Ankara alegando que éste había entrado en el espacio aéreo turco. El incidente entre el miembro de la OTAN y Moscú ha creado gran preocupación en Washington DC.
A continuación, tras el incidente, fuentes israelíes sugirieron que si el avión de ataque ruso había sido volado cerca de un “enclave” de Turquía, cerca de la frontera con Siria, debería haber sido obvio que su tripulación no tenía “malas intenciones”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha llamado la acción de Turquía “fue una puñalada por la espalda” llevada a cabo por los “cómplices de los terroristas”, y advirtió que el incidente tendrá “graves consecuencias” para las relaciones de Moscú con Ankara.
Turquía confirmo que el derribo del Su-24 fue realizado por dos de sus F-16. Se dice que el avión fue objeto del ataque de acuerdo con sus reglas del combate, después de “violar el espacio aéreo del país”
Rusia ha rechazado la versión turca del evento, alegando que su avión no había violado el espacio aéreo turco, y había estado volando a una altitud de 6.000 m (19,700ft).
Ha habido informes contradictorios sobre el destino de los dos miembros de la tripulación del Su-24, que eyectaron a raíz del ataque.
Aunque los reclamos no fueron confirmados sugieren también que un helicóptero de rescate de Rusia que fue enviado a la zona fue alcanzado por un misil tierra-aire y luego destruido por un arma anti-tanque después de hacer un aterrizaje de emergencia.
Israel está siguiendo la situación muy de cerca, ya que también está llevando a cabo actividad aérea sobre Siria, según fuentes occidentales.
