Por Carlos J. Borda Bettolli. Gráficos por Rober Digiorge.
El 13 de diciembre del año 2001 se daría un hecho más que relevante para las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética. El por entonces presidente norteamericano George W. Bush anunciaba la intención de los EEUU de abandonar el Tratado de Misiles anti-Balísticos (Anti-Ballistic Missile, ABM) en favor de la profundización en desarrollo del programa conocido por ese entonces como la National Missile Defense (NMD), echando por tierra los casi 30 años de estabilidad en la materia entre las dos potencias.
El tratado ABM surge, tal como sugiere su nombre, de la necesidad de contar con una defensa efectiva contra la creciente amenaza de los misiles balísticos intercontinentales (ICBM). La potencial desestabilización que podrían generar estos nuevos sistemas de misiles sería reconocido por ambas partes, lo que las conduciría a abordar el tema en las discusiones para la limitación de armas estratégicas (SALT). El resultado final sería la firma del tratado ABM en el año 1972 realizado por el presidente Richard Nixon y por el secretario general del comité central del partido comunista, Leonid Brezhnev, acordando ambas partes limitar tanto el desarrollo de arquitectura como los sitios destinados para las defensas contra misiles balísticos (BMD).
Algunos de los puntos más importantes dentro de las limitaciones fueron:
- Dos áreas de despliegues (reducida a una en el año 1974) con la idea de restringir una cobertura total de los territorios nacionales.
- Cada sitio no debería poseer más de 100 lanzadores y cada lanzador debería contar solo con un interceptor.
- Limitar el desarrollo de la tecnología ABM, tales como la prohibición de desarrollar y ensayar con lanzadores con capacidad para mas de un interceptor; no realizar modificaciones en los lanzadores para una rápida recarga; limitar las cabezas de guerra guiadas de los interceptores a una sola.
- Prevenir la adquisición de capacidades contra misiles balísticos de radares y sistemas de AAA.
- Limitar los radares de alerta temprana a los límites territoriales.
- Prohibir el desarrollo de sistemas ABM, tanto terrestres, aéreos, navales como espaciales.
Una vez establecido el mencionado marco regulatorio, los soviéticos continuarían desarrollando su programa BMD el cual terminaría implementando con el sistema A-35 alrededor de Moscú mientras que en EEUU, antes las limitaciones establecidas, se cuestionaría la eficacia de un sistema de esta clase, por lo que posteriormente el congreso cancelaría el programa BMD denominado Safeguard. Este último, con asiento en la base aérea de Grand Forks, solo estaría operativo por unos pocos meses.
A inicios de la década de los ochenta, el presidente Ronald Reagan anunciaría el 23 de marzo de 1983 que los EEUU se embarcarían en distintas investigaciones y revolucionarios programas que tenían como objeto formar un sistema de defensa nacional. Estos programas en su conjunto serían denominados Strategic Defense Initiative (SDI), mas comúnmente conocida como “Star Wars” ya que el corazón de esta iniciativa consistía en el desarrollo de complejos programas de defensa contra misiles balísticos que estarían basados principalmente en el espacio. De esta manera EEUU tenía previsto contar con un sistema de múltiples capas tecnológicas que le permitirían identificar y destruir automáticamente un gran número de misiles balísticos, tanto en su etapa de lanzamiento, de vuelo como en su re-entrada.
La SDI sería el centro de muchas críticas, no solo por el gasto que implicaría el desarrollo de estos múltiples programas (incluía sistemas y sensores terrestres y espaciales, armamento de energía directa, etc) sino porque la implementación de la iniciativa “Star Wars” no solo pondría a los EEUU en lo límites de violar el tratado de ABM sino que podría llevar a la Unión Soviética a tener que actuar de alguna manera ante la pérdida de su disuasión nuclear. Sería importante considerar los impactos de la SDI en la Unión Soviética, ya que mas adelante veremos su estrecha relación con la actual BMD.
Tal como se mencionó, el primero fue la preocupación generada por el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías que podrían dejar obsoleta la disuasión nuclear soviética, lo que nos lleva a la importancia que tuvo (y tiene) la misma en lo que respecta a los análisis de defensa. Por idiosincrasia o identidad nacional, tanto EEUU como otras naciones pueden ver reducida sus capacidades nucleares sin embargo la Unión Soviética (y posteriormente Rusia) no podía darse ese lujo. Finalmente, los esfuerzos económicos llevados por la URSS para mantener la estabilidad estratégica con EEUU sería una de las causas de su colapso, detalle siempre presente y a ser evitado por la actual dirigencia rusa.
Nuevas amenazas.
Con el colapso de la Unión Soviética se confirmaría lo previamente afirmado por el presidente George H Bush, el cual había manifestado a fines del año 1989 que se estaba en las postrimerías de un “nuevo orden mundial”. Con la reducción (casi desaparición) de la amenaza soviética, muchos programas militares heredados de la administración Reagan serían cancelados o iniciarían un proceso de transformación para enfrentar las nuevas amenazas. La SDI sería una de ellas, evolucionando (y reduciéndose) no para hacer frente a un ataque masivo de ICBM soviéticos sino que su nuevo objetivo serían los peligros que podían significar naciones no alineadas o actores supra nacionales (agrupaciones terroristas) que desarrollasen o lograsen hacerse con misiles balísticos, tanto convencionales como nucleares. Esta sería la nueva misión de la ahora denominada National Missile Defense (NMD) a lo largo de la década de los noventa e inicios del siglo XXI.
Durante el lapso mencionado serían varias las naciones que desarrollarían o adquirirían misiles balísticos, tanto convencionales como con capacidad nuclear. India, Pakistán y China serían algunos de los países con los programas más prolíficos sin embargo también se les sumarían Irán y Corea del Norte, los cuales no solo representaban para los EEUU la principal amenaza a contrarrestar sino que fueron la razón para la constante evolución de la NMD.
La Defensa Nacional contra Misiles se vería beneficiada por programas heredados de la guerra fría, los cuales se irían perfeccionando a medida que avanzaba la disponibilidad de nuevas tecnologías. Entre ellos podemos mencionar a la Ground Based Mid-course Defense (GMD, basada en el misil GBI), los sistemas AEGIS y THAAD así como los misiles Patriot y SM-2.
En el camino de la evolución de la NMD aparecería el ya mencionado tratado ABM, por lo que antes una irremediable violación del mismo, EEUU procedería abandonarlo. Vladimir Putin lo tildaría de “error” a la decisión norteamericana, ya que sin duda significaba un duro golpe para la estabilidad estratégica entre las dos naciones. Pese a ello, la reacción rusa sería mesurada (en comparación con lo que vendría) posiblemente debido a que por ese entonces las relaciones ruso-norteamericanas gozaban de buena salud (alianza post 9/11).
El escudo europeo.
Posterior al retiro del tratado de Misiles Anti-balísticos, la administración de George W. Bush avanzaría durante el año 2007 sobre el programa de Misiles de Defensa Europeo. El objetivo de este era la instalación de 10 silos de misiles GBI en Redzikowo, Polonia así como un sistema de radar de banda X en la base en entrenamiento de Brdy, República Checa, con el propósito de proteger instalaciones, bases y aliados del viejo continente de la amenaza balística iraní. Tal como mencionamos previamente los GBI ya formaban parte del arsenal de defensa anti-balístico norteamericano, estando desplegados en Fort Greely, Alaska y en la base aérea de Vandenberg, California.
En esta ocasión el reclamo ruso, realizado con mayor decisión, apuntaba a la amenaza que significaba para sus medios de disuasión nuclear la presencia de un sistema de defensa en territorio europeo. El presidente Vladimir Putin se expresó de la siguiente manera: “…si una parte del potencial estratégico nuclear norteamericano se establece en Europa, y si según nuestros especialistas el mismo representa una amenaza, no nos quedará otra alternativa que tomar los pasos apropiados para lograr una respuesta. ¿Qué clase de pasos? Tendremos que tener nuevos blancos en Europa. …”
Objeciones de este tipo se hicieron más comunes y tomaron mayor fuerza cuando los EEUU anunciaron la intención de establecer un tercer establecimiento de este tipo, viéndose fogoneadas por el lobby político polaco y checo a la hora de aceptar los asentamientos mencionados.
Sin duda las relaciones ruso-norteamericanas no harían más que deteriorarse ante el avance de la BMD europea.
Sin embargo el 17 de septiembre del año 2009 los EEUU, ahora bajo el mandato del presidente Barack H. Obama, cancelarían no solo la creación del tercer sitio sino que también procederían con anular la instalación de los GBI en Polonia y del sistema radar en la República Checa (dentro del programa GMD), todo ello con los fines de mejorar las relaciones con los rusos. Esta decisión sería vista como una concesión, dejándole a Rusia una sensación de victoria pero crearía cierto descontento con las administraciones polacas y checas debido a la inversión y desgaste político que habían sufrido, quedándose ahora con las manos vacías.
La decisión norteamericana fue bien recibida no solo por gran parte de la comunidad europea sino también por el presidente Ruso Dmitry Medvedev y por el entonces primer ministro Vladimir Putin, resaltando ambos lo positivo de la nueva disposición y como la misma serviría para extender los lazos entre ambas naciones. El costo político se pagaría con cierto daño en las relaciones con Polonia y República Checa.
Los EEUU no demorarían mucho en aclarar que la cancelación de la defensa de misiles europea no se debía a una concesión para con Rusia sino mas bien a un cambio en las amenaza que significaba Irán. La suspensión terminaría por opacar otro anuncio importante: La mutación de la GMD europea en la llamada EPAA (European Phased Adaptive Approach). Pasado un tiempo, la misma volvería a generar en los rusos los temores previamente mencionados.
La amenaza que significaban los misiles balísticos de corto y mediano alcance fue una preocupación para el presidente Obama, incluso antes de su llegada a la Casa Blanca. Como candidato demócrata a la presidencia sería uno de los tantos que solicitaría que sanciones mas severas fueran aplicadas a Irán, luego de que este realizara las maniobras “Gran Profeta III”, donde se realizaron múltiples lanzamiento de misiles balísticos. El programa de misiles balísticos así como su capacidad para dotarlos con una posible carga nuclear se convertirían en la principal preocupación para la administración de Obama.
Pese a que distintos reportes de inteligencia indicaban que Irán tendría la capacidad de contar con un ICBM para el año 2015, los mismos serían en parte desestimados, dejando como la amenaza más inminente a los misiles de corto y mediano alcance (familia Shahab, Ghadr, Sajjil/Ashoura y Safir/Musudan). Para contrarrestar a los mismos, EEUU re-lanzaría el cancelado GMD europeo ahora denominándolo EPAA con la siguiente declaración:
“…Hemos actualizado nuestras evaluaciones de inteligencia sobre el programa de misiles iraní, y las mismas hacen énfasis en los misiles balísticos de corto (SRBM) y mediano alcance (M-IRBM), los cuales son capaces de alcanzar el continente europeo… Este nuevo enfoque no solo proveerá capacidades a más corto plazo, basadas en sistemas ya probados sino que proveerá una mejor defensa en comparación con el programa iniciado en el 2007 (GMD Europeo). … Ya que nuestro enfoque será en fases y adaptable, el mismo nos permitirá mantener la flexibilidad a medida que las amenazas y las tecnologías evolucionen…”
El European Phased Adaptive Approach.
Tal como lo indica su nombre, la nueva defensa de misiles europea será aplicada en fases y con medios que se irán adaptando a las tecnologías y amenazas que vayan surgiendo. El nuevo enfoque (cuya fecha de implementación se inició en el año 2011 y con finalización esperada para el 2022) tiene previsto desplegar medios terrestres y buques en diferentes fases, los cuales serán apoyados por un importante número de sensores (en tierra como en el espacio).
A continuación las fases previstas para el EPAA.
– Fase 1. (2011-2015)
Provisión de misiles interceptores SM-3 IA y SM-3 IB a buques Aegis, los cuales estarían desplegados en el mar Mediterráneo. En lo que respecta a sensores, se sumaba el emplazamiento de un radar móvil de banda-X AN/TPY-2 en Diyarbakir, Turquía. (Ankara pondría como condición que la información no fuese compartida con Israel.)
La primera fase se declararía operacional con el despliegue en el mar mediterráneo del crucero de la clase Ticonderoga “USS Monterey” CG-61, el cual contaba con misiles SM-3 IA. Estos último otorgaban protección limitada a Polonia y casi nula a República Checa, pero esta falencia sería solucionada en la siguiente fase.
Un importante refuerzo para la Fase 1 fue el acuerdo entre EEUU y España para destinar permanentemente 4 destructores de la clase Arleigh Burke en el puerto de Rota, Cádiz. Los cuatros buques dividirían sus despliegues entre los años 2014 y 2015 siendo los primeros en arribar el “USS Ross” DDG-71 y “USS Donald Cook” DDG-75. Posteriormente se les sumarían el “USS Carney” DDG-64 y el “USS Porter” DDG-78. Los mencionados buques contaban con el sistema AEGIS debidamente actualizado con la capacidad BMD.
En paralelo, la OTAN proseguía con el programa Active Layered Theatre Ballistic Missile Defence (ALTBMD), el cual para el 2012 contaba con la arquitectura necesaria para comando y control, logrando cierta capacidad BMD. Polonia y Alemania iniciaban planes para dotarse y modernizar sus sistemas de defensa de misiles respectivamente mientras que Francia e Italia sumaban sus SAMP/T Mamba.
– Fase 2. (2015-2018)
Dividida en dos partes, la principal sería la construcción y puesta en servicio de un sistema “AEGIS ashore” en Rumania, el cual es la versión terrestre del popular sistema de combate naval. La secundaría sería la continuación en el desarrollo del misil interceptor SM-3 IB.
En lo que respecta al AEGIS ashore, el mismo aplica las lecciones ya obtenidas con los años en medios similares en servicio, los cuales en su gran mayoría sirven para desarrollo, investigación y entrenamiento. Empleando los mismos sistemas de combate ya presente en los buques de la US Navy (ya sea el radar SPY-1 como la arquitectura de comando y control, computadoras, procesadores, equipos de inteligencia, etc), el mismo va asociado a un VLS Mk.41 para el lanzamiento de misiles interceptores SM-3 IB.
La construcción de la primera instalación de este tipo se inició en el 2013 en Deveselu, Rumania, contando con la versión BMD 5.0.1 para su AEGIS y habiendo iniciado la etapa de integración en las últimas semanas de diciembre de 2015. Se espera que alcance su capacidad operacional plena en el año 2016.
El SM-3 IB, pieza clave para interceptar los SRBM e M/IRBM, presentaría ciertos problemas en su desarrollo, por lo que se iniciaría una aceleración, tanto para la búsqueda de soluciones como para la etapa posterior de su adquisición.
En caso de necesidad, el AEGIS ashore podría ser reforzado con los sistemas THAAD y Patriot PAC-3 para intercepciones en la etapa terminal.
– Fase 3. (2018-2022)
Esta fase tiene previsto ampliar la disponibilidad del sistema AEGIS ashore (versión BMD 5.1) así como reforzar su capacidad con la adopción del interceptor SM-3 IIA. La nueva instalación será emplazada en Redzikowo, Polonia, lo que ayudará a una mejor cobertura, tanto por su localización como por la introducción del nuevo interceptor, el cual contará con una velocidad de 4,5 kilómetros por segundo. Se espera que entre en servicio en el 2018. Para ese entonces, el sistema en su conjunto tendrá completa capacidad para enfrentar SRBMs y M/IRBM así como una limitada posibilidad ante ICBMs.
– Fase 4. (2022-XXXX)
Etapa final del EPAA, la misma tenía prevista la adopción de un nuevo interceptor, el SM-3 IIB, el cual aumentaría seriamente las posibilidades de interceptar un ICBM ya que contaría con una velocidad de aceleración de 5/5,5 kilómetros por segundo.
Cancelada en marzo de 2013 debido en parte a limitaciones técnicas (y a lo ambicioso del programa) así como al avance de las objeciones por parte de Rusia, las cuales (una vez mas) hacían hincapié en que las Fases 3 y 4 ponían bajo seria amenaza su capacidad de disuasión nuclear. La respuesta norteamericana solo se refirió a que el EPAA estaba configurado solo para hacer frente a amenazas provenientes del área Medio Oriente/Asia.
Rusia buscaría una solución, proponiendo la que se denominaría “Defensa Sectorial”. La misma apuntaba a que Rusia se haría cargo de la defensa de su territorio mientras que EEUU lo haría con Europa. Pese a las intenciones, el plan era de difícil aplicación ya que el mismo significaba que la OTAN debería ceder parte de su sistema de defensa a Rusia pero al mismo tiempo esta última se negaba a hacerlo a la inversa.
Las cumbres de Lisboa 2010 y de Sochi en el 2011 no harían mas que tensar la situación entre las partes, ya que los rusos aducían que se enfrentaban ante un hecho ya consumado (por el EPAA) con un horizonte desfavorable, mientras que la OTAN veía como sus propuestas de transparencia (intercambios, ejercicios conjuntos en materia de defensa de misiles) eran rechazadas.
Rusia se enfrentaría no solo ante un problema geo-estratégico como es el avance del “cerco” norteamericano (Europa y Pacífico) y su superioridad convencional (con la posibilidad de ver sus medios nucleares incapacitados), sino también en lo que refiere a política, ya que tendría un alto costo demostrar debilidad ante una posible pérdida en su capacidad de disuasión nuclear. En cuanto a lo económico, el avance en múltiples programas como contrapeso podría generar ciertos problemas a largo plazo.
Pese a los mencionados reclamos, expertos sobre el tema (Viktor Yesin y Vladimir Dvorkin, ex oficiales de la fuerza estratégica de misiles y Yousaf Butt junto a Theodore Postol) en varias ocasiones expondrían la incapacidad técnica de los sistemas presente en el EPAA para contrarrestar medios nucleares rusos y de la imposibilidad de lograr una intercepción exitosa.
Dentro del contexto actual, la situación se ha tensado aún más. Tal como tratamos previamente (ver “Crisis Rusia Otan – ¿Quién se legitima?, Zona-Miltar Nº1 2015) la situación generada posterior al conflicto en Ucrania ha generado un constante movimiento, tanto en el plano diplomático como militar, por lo que no podemos dejar de mencionar que la evolución del EPAA ha cobrado mayor importancia desde entonces.
Un claro ejemplo han sido las denuncias cruzadas de los últimos meses por posibles violaciones al tratado INF (Intermediate-range Nuclear Fores) por ambas partes.
La denuncia rusa hizo hincapié en el empleo de blancos con capacidades similares a un IRBM, en el uso de drones como misiles crucero y (en el tema que nos ocupa) en el posible empleo de los lanzadores VLS Mk.41, que dotan al AEGIS ashore de la defensa de misiles balísticos europea, para lanzar misiles cruceros Tomahawk. Las denuncias norteamericanas se basaron en que pruebas de misiles crucero, IRBMs e ICBM habrían violado lo estipulado por el tratado.
Estas constantes acusaciones de ambas parte crisparían aún mas las relaciones, llegando incluso a la amenaza de abandonar tratados tales como el mencionado INF o el nuevo START.
Pese a ello, la OTAN ha optado por un camino, que es el de continuar o iniciar programas relacionados con el avance en sus programas de defensa de misiles. Sin ir más lejos, Polonia parece decidida por hacerse con ocho baterías del sistema Raytheon Patriot PAC-3 dentro del programa denominado Wisla. Pos su parte, Alemania confirmó en junio de 2015 que adquiriría el MEADS de Lockheed Martin/MBDA Deutschland destinado a dotar a su Taktisches Luftverteidigungssystem (TLVS – Sistema Táctico de Defensa Aérea).
Holanda no solo ha optado por modernizar sus Patriot sino que se encuentra en proceso de dotar a sus fragatas de la clase De Zeven Provinciën con capacidad BMD. Camino similar a seguido la Armada Española con sus fragatas de la clase F-100, capacidad que pusieron a prueba en octubre del año pasado durante el ejercicio “At Sea Demostration 2015”. Italia, Francia, Inglaterra, Dinamarca y Noruega también han manifestado interés o se encuentran en proceso de reforzar/implementar capacidades BMD.
Podemos especular con que el acuerdo alcanzado entre EEUU e Irán podría descomprimir la situación en lo que respecta a la defensa de misiles, sin embargo no deberíamos caer en la infantil idea de que la misma estaba apuntada únicamente a la amenaza proveniente de medio oriente. La creciente inferencia rusa a lo largo y ancho del globo nos lleva a pensar que tendremos noticias de la Defensa de Misiles Balísticos, y de la EPAA en particular, por un largo tiempo.