Por Gonzalo Jiménez Mora.

Nacimiento de los sistemas antiaéreos misilísticos soviéticos/rusos.

Debido a la cercanía geográfica de los frentes y a la naturaleza de la lucha contra Alemania Nazi durante la Gran Guerra Patria, a diferencia de los estadounidenses, alemanes y británicos, la Unión Soviética no desarrolló significativamente aviación de largo rango (estratégica) ni cazas nocturnos/todo tiempo (vuelo instrumental); Khrushchev diría al respecto “…uno de los más cruciales problemas que encaramos después de la guerra fue la superioridad, tanto cualitativa como cuantitativa, del poder aéreo de nuestros adversarios…”, a pesar del formidable e inigualablemente denso dispositivo antiaéreo que protegía los cielos de Moscú y otras ciudades, desde el fin de la contienda hasta comienzos de los años sesenta cada nuevo bombardero volaba más alto, más lejos y más rápido que su predecesor, haciendo ineficaz el sistema de protección soviético. La Unión Soviética se encontró en la inmediata posguerra rodeada de fuerzas de bombarderos estratégicos con grandes prestaciones potencialmente hostiles alojadas en bases de Noruega, Alemania, Italia, Corea del Sur y Japón, esto se agravaría luego con la formación de la OTAN.

Contra esa aviación de largo rango, gran altura, alta velocidad, capacidad diurna/nocturna e indiferente al clima, el uso de cañones antiaéreos era a todas luces una medida inadecuada (aun con la introducción del cañón KS-30 de 130mm, dirección por radar y alcance a cotas de más de 18 km), la solución se hallaba en el desarrollo y uso de tecnología misilística ya intentada por los alemanes en las postrimerías de la guerra y capturada por todos los aliados, incluyendo los soviéticos; los trabajos de diseño de estas nuevas armas adelantados en el “Instituto de Investigación Científica 88” (NII-88, en Kaliningrado) estuvieron a cargo de dos equipos paralelos encabezados, uno por S. Yu. Rashkov y otro por Ye. V. Sinilishchikov y tendrían como base los misiles germanos Henschel Hs-117 “Schmetterling” y “Wasserfall” (derivado del V2) respectivamente, del primero derivó el soviético R-105, cancelado después de las primeras pruebas en 1.948 debido al bajo rendimiento que prometía contra aviones a reacción; en cambio el “Wasserfall” se convertiría en la base e influencia de los siguientes diseños soviéticos y seria versionado como R-101.

El “Wasserfall” alemán (del que también derivó el norteamericano Nike “Hermes”) nunca logró la condición operativa durante la guerra (los teutones lo cancelaron en febrero de 1.945), pero se adaptaba bien al perfil buscado por los soviéticos que esperaban ataques masivos a gran velocidad y alta cota, paralelamente a las pruebas y perfeccionamiento de misiles, el “Instituto de Investigación Científica 885” (NII-885, en Monino) desarrolló radares de guía, seguimiento y de iluminación que fueron evolucionando en modelos más resolutivos; el esfuerzo de los equipos de diseño dio como fruto el misil V-300 (5V7 o R-113) y los radares A-100 y B-200, bases del primer antiaéreo misilístico operacional soviético S-25 “Berkut” (SA-1 “Guild” para la OTAN) que comenzó sus pruebas en junio de 1.951 y llegó a condición operativa en 1.954, podía abatir aeronaves motorizadas con turbinas “jet” a cotas de hasta 35 km y con alcance máximo de 58 km. Había comenzado la historia del arma misilística antiaérea soviética, la cual adelantó en muchos aspectos a los desarrollos de las potencias occidentales enfocadas en otras prioridades.

Predecesores del Sistema Misilístico Antiaéreo “Buk”.

TEL 9A316E. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.
TEL 9A316E. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.

Aunque según el informe de estimaciones de la inteligencia nacional preparado por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense titulado “Air Defense of the Sino-Soviet Bloc, 1955-1960” (julio de 1.955) la evidencia de que la URSS hubiera desarrollado y desplegado misiles antiaéreos no era concluyente, los soviéticos ya se encontraban francamente empeñados en la edificación de una compleja red defensiva entorno a Moscú (y luego en Leningrado) y un nuevo sistema misilístico estaba gestándose desde 1.953, este alcanzó la condición operativa en 1.956 y se denominó S-75 “Dvina” (OTAN: SA-2 “Guideline”; proyectil V-750), le correspondió convertirse en el primer misil antiaéreo en derribar una aeronave hostil el 7 de octubre de 1.959 cuando un Martin RB-57D “Canberra” de la República de China (Taiwan) en misión de reconocimiento fue alcanzado por la defensa aérea del Ejército Popular de Liberación (República Popular China) en las cercanías de Beijing; el S-75 saltó a la fama por el derribo del U-2 de Francis Gary Powers cerca de Sverdlovsk en mayo de 1.960 y es uno de los sistemas misilísticos más exportados y usados de la historia.

El S-75 cosechó derribos por muchos años, fue usado durante la Guerra de Vietnam, las guerras árabe-israelíes, la Guerra Irán-Irak, la Guerra del Golfo y en los conflictos separatistas de los Balcanes y el Caúcaso, se desplegó en Cuba durante la Crisis de los Misiles (abatió un U-2) y ha sido copiado y versionado por varios países (aun en operación). Un cambio en la estrategia de EEUU hacia la penetración de pequeños grupos de aviones en vuelo supersónico a baja altitud con maniobras evasivas y el uso de armas “stand off” (misiles crucero de gran alcance) condujo a la URSS a la creación de un sistema antiaéreo capaz de abatir misiles y aeronaves a media/baja cota como complemento de los “Berkut” y “Dvina” cuyo desarrollo comenzó en 1.956, entró en servicio en 1.960 con la denominación de S-125 “Neva” (OTAN: SA-3 “Goa”; exportación: “Pechora”; misil 5V24), este sistema fue usado también en Vietnam, logrando su primer derribo en julio de 1.965, se uso en las guerras de oriente medio en los años setenta y ochenta; en marzo de 1.999 los serbios abatieron un caza furtivo F-117 con un S-125 modificado para ser móvil.

En paralelo a la concepción del S-125, se trabajaba en una alternativa más avanzada y de mayor alcance que se denominó RZ-25 “Dal” (OTAN: SA-5 “Griffon”; misil 5V11), pero debido a las complejidades de su diseño fue cancelado, los aportes de este programa fueron el primer radar de guía semiactiva operacional soviético (el “Zenit”) y el uso del misil como elemento de desinformación (desfiló en 1.963 en la Plaza Roja como misil antibalístico). Desde 1.955, después del despliegue del S-25, se había identificado como una desventaja la dependencia de instalaciones de lanzamiento fijas, los sistemas S-75 y S-125 se diseñaron para ser transportables pero aun así se necesitaba de horas y hasta días para su despliegue, por ello se ideó el concepto de sistemas móviles para que estuvieran menos expuestos a ser atacados; en un primer momento se propuso el S-50, básicamente la reingeniería del S-25 para ser montado en ferrocarriles, pero la idea se desecho en favor de un sistema motorizado de más amplia movilidad, así comenzó en 1.958 el largo desarrollo del 2K11 “Krug” (OTAN: SA-4 “Ganef”; misil 9M8), operativo desde 1.965.

Este antiaéreo fue revolucionario y se benefició de todos los adelantos surgidos a lo largo de la década que duró su puesta a punto (en servicio pleno desde 1.967), la miniaturización y motorización de sus componentes supusieron grandes retos técnicos; similarmente al S-125, el “Krug” podía enfrentar misiles crucero y aeronaves supersónicas pero a cotas medias y altas con rango hasta 50 km; fue usado por la URSS en Afganistán (1.979-80); la última validación de sus capacidades estuvo a cargo de fuerzas polacas que lo probaron con éxito contra misiles P-15 “Termit” (OTAN: SS-N-2 “Styx”) en 2.006; cuando el 2K11 entró en escena, el panorama estratégico había cambiado, desde 1.964 la amenaza de los bombarderos había cedido la primacía a los misiles balísticos, los esfuerzos de diseño de orden defensivo se orientaron prioritariamente al terreno de los misiles antibalísticos (ABM), sin embargo, el desarrollo de un misil de largo rango detenido desde la cancelación del “Dal” se reactivó (previsto contra el SR-71 y el B-70), produciendo el S-200 “Angara” (OTAN: SA-5A “Gammon”; misil 5V21), también con cierta capacidad antibalística.

El S-200 sería el primero de una sucesión de sistemas de largo alcance del que deriva el actual sistema S-300VM Antey 2500 (en dotación en Venezuela). Los sistemas móviles de corto y mediano alcance siguieron evolucionando en una línea diferente; así, aunque el “Krug” es considerado el primer sistema de estas características, a la par de su creación se desarrolló otro sistema de menor alcance y con posibilidad de interceptar blancos como aviones y misiles crucero a baja altura, con prestaciones análogas al S-125, móvil como el 2K11, pero usando un bastidor más ligero (utilizado también por el sistema de cañones antiaéreos autopropulsado ZSU-23/4P Shilka), a este se le denominó 2K12 “Kub” (SA-6 “Gainful” en la terminología OTAN, misil 3M9 con alcance operacional de 25 km); enfrentó los mismos problemas tecnológicos que el “Krug”, por lo que su condición operativa inicial se alcanzó solo en 1.968, debutó con sus primeros derribos en la guerra árabe-israelí de 1.973 y también participó en la Guerra de Angola, el conflicto en Chad, la invasión israelí del Líbano (1.982), la Guerra del Sahara Occidental, la Guerra del Golfo y otras.

Evolución del Sistema Antiaéreo “Buk”.

Maqueta 9M317E sobre TELAR. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.
Maqueta 9M317E sobre TELAR. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.

El sistema “Buk” fue producto de la evolución tecnológica del anterior sistema misilístico móvil de corto alcance 2K11 “Kub”, su primera versión, diseñada por un equipo encabezado por el ingeniero Ardalion Rastov en la década de los setenta, tuvo la designación (GRAU) 9K37 (OTAN: SA-11 “Gadfly”), la mejora más evidente sobre el antiguo “Kub” fue la incorporación de un radar de control de tiro en cada vehículo lanzador en lugar de depender de un radar central, esto posibilitó al sistema para enfrentar múltiples amenazas provenientes de diferentes direcciones en forma simultánea; la interoperatividad de ambos sistemas (por ser uno la evolución del otro compartían una serie de elementos comunes a ambos) produjo la variante híbrida 9K37-1 “Buk-1” que aumentaba el numero de misiles disponible, entrando en servicio en 1.980; una posterior mejora del radar, de la resistencia a las contramedidas electrónicas así como la instalación de un sistema identificador amigo-enemigo produjo la variante designada 9K37M1 “Buk” M1 que entró en servicio en 1.983, su misil de guía semiactiva serie 9M38 tenía un rango máximo de 32 km y techo de 22 km.

Los componentes del “Buk” M1 (OTAN: “Gang” para su versión de exportación) son: vehículo lanzador erector transportador y radar 9A310M1 (TELAR), vehículo transportador erector lanzador 9A39M1 (TEL), radar de adquisición de blancos 9S18M1 (TAR) y vehículo de comando y control 9S470M1. Cuando Rusia introdujo el nuevo proyectil 9M317 que posibilita la intercepción de misiles balísticos y objetivos en superficie, operativo con el sistema desde 1.998, así como otras mejoras, la designación volvió a cambiar a 9K37M1-2 “Buk-M1-2” (OTAN: SA-17 “Grizzly”), conocido para exportación como “Ural”. En 2.007, el cambio del radar 9S35M1 del TELAR al radar pasivo PIIN 9S36 ESA y la mejora de la consola de mando y los sistemas electrónicos permitiendo la incorporación de sistemas de seguimiento óptico combinados con una cámara térmica y un telémetro láser para rastreo pasivo del objetivo, así como la capacidad de operar con los misiles 9M317, 9M38 o 9M38M/M1/M2 dio lugar a la nueva versión 9A317 “Buk” M2, dependiendo del proyectil usado tiene alcance destructivo de hasta 50 km y un techo de 25 km.

Operadores actuales del sistema “Buk”

En la actualidad existen diez países que son usuarios reconocidos del sistema misilístico “Buk” en sus diferentes versiones y variantes; cuatro operadores de la versión original M1 (uso de misiles 9M38M1) de los que tres lo heredaron de la antigua Unión Soviética pero que en algunos casos lo han actualizado, a saber: Azerbaiyán, Bielorrusia y Ucrania, el cuarto operador de esta versión es Georgia, que obtuvo sus sistemas comprándolos a Ucrania; dos clientes de la variante de exportación de la versión M1 (uso de misiles 9M38), estos son: Finlandia y Egipto; el país fabricante, Rusia, tiene en sus inventarios las versiones M1-2 y M2 (uso de misiles 9M317) y desarrolla la versión M3(*); por último la variante de exportación del M2 (M2E, uso de misiles 9M317E) esta en servicio en Siria, en Venezuela y ha sido adquirida últimamente por Argelia (contratada en 2.013). Ambigüedades en las fuentes no permiten determinar con exactitud si las repúblicas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur (Caucaso) o las de Donetsk y Lugansk (Donbas) son en la actualidad usuarias del sistema (se sabe que Rusia despliega sistemas antiaéreos en Abjasia).

(*) Desfiló en la Plaza Roja en mayo de 2.015, alcance aumentado a 75 km.

Historia operativa del sistema antiaéreo “Buk”.

El primer derribo confirmado del sistema antiaéreo misilístico “Buk” tuvo lugar el 20 de abril de 2.008 en el marco de las crecientes tensiones entre Georgia y las repúblicas separatistas pro-rusas de Osetia y Abjasia, cuando esta ultima entidad informó haber abatido un avión no tripulado “Hermes” 450 de bandera georgiana y fabricado en Israel por la empresa “Elbit Systems”, otra media docena de derribos de aparatos similares serian declarados en el lapso previo al estallido del conflicto de agosto de ese año; durante esa contienda Georgia también hizo uso de una versión del “Buk”, atribuyéndose la destrucción de tres aviones de ataque Su-25 y un bombardero Tu-22M, a los que seguiría un avión no tripulado el 17 de noviembre, todos rusos. En enero de 2.013, la aviación israelí atacó un sistema “Buk” M2E del Ejercito Árabe Sirio que se dirigía en convoy hacia una zona de despliegue, luego del incidente los hebreos se justificaron declarando que este sofisticado antiaéreo tenia como destino el grupo Hezbollá que lo habría adquirido a través de Irán, tales afirmaciones han sido desmentidas por los gobiernos de Irán, Siria y el país fabricante, Rusia.

Pero el acontecimiento reciente mas famoso que involucra al sistema “Buk” y que ha suscitado gran diatriba y discusión entre investigadores y analistas de muchos puntos del planeta, acaparando la atencion de los medios de comunicación y constituyendo el centro de intrigas internacionales e impases diplomáticos es sin lugar a dudas el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania el 17 julio de 2.014, donde perdieron la vida 298 personas; se ha determinado que la causa más probable de la catástrofe podría ser en efecto el impacto de un misil antiaéreo compatible con las características del “Buk”, tal como lo señaló en su momento el asesor del ministro del interior ucraniano, Antón Guerashenko, desde redes sociales; hay que acotar que aunque este sistema es dotación regular de las unidades del Ejército Ucraniano desplegadas en la zona del conflicto para ese momento (156º regimiento de misiles antiaéreos, 27 dispositivos de lanzamiento “Buk” M1), el gobierno de Ucrania señala como autores materiales a los separatistas de Donetsk en supuesta posesión de sistemas provenientes de Rusia.

Esta afirmación fue subrayada con una serie de evidencias que luego se develaron como falsas, entre estas resaltan algunas fotografías anónimas publicadas en la revista francesa “Paris Match” y grabaciones telefónicas entregadas por los servicios secretos ucranianos; una investigación internacional concluyó que el daño es consistente con los efectos de un misil perteneciente a un sistema “Buk” (lo cual no fue refutado por los rusos), pero no fue expresamente concluyente sobre la versión del misil o la dirección desde la que impactó, aspectos cruciales para determinar la autoría del derribo; la empresa fabricante del sistema, “Almaz-Antey” criticó no haber sido invitada a cooperar con la investigación, reaccionó realizando su propia investigación a la que convocó la concurrencia de cualquier interesado, determinando con experticias químico-mecánicas que el tipo de misil usado para derribar el vuelo MH17 no se encuentra en inventario de las fuerzas rusas (9M38M1), habiendo dejado de fabricarse hace muchos años, pero si es de uso y dotación actual de las unidades de defensa aérea de Ucrania; aun hoy prosigue la polémica.

Particularidades de la variante de la version adquirida por la FANB.

TELAR 9A317E. Detalle del radar piin 9S36E ESA. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.
TELAR 9A317E. Detalle del radar piin 9S36E ESA. Imagen: Gonzalo Jiménez Mora.

La variante de exportación 9A317E “Buk” M2E adquirida por la FANB para ser operada por el componente Armada Bolivariana dentro del Comando de Defensa Aeroespacial Integral, tiene algunas características particulares que la diferencian de la versión original “Buk” M2, lo más resaltante a simple vista es que el sistema está dispuesto sobre chasis GM-569 (a rueda -no a orugas-, autonomía 500 km, velocidad máx. 65 km/h) lo cual, si bien resulta en menores prestaciones de movilidad en terrenos difíciles, permite un más rápido traslado y despliegue aprovechando las ventajas características de la red vial de la zona costera; el sistema está compuesto por los vehículos puesto de comando 9S510E, radar de detección y designación de blancos (TDR) 9S18M1E, transportador erector lanzador (TEL) 9A316E y transportador erector lanzador y radar (TELAR) 9A317E, este último monta la variante de exportación del radar de seguimiento y guía 9S36 (9S36E) con capacidad de seguir blancos que se desplacen a muy baja altura sobre el terreno (desde 15 metros a 25 km), el sistema puede hacer seguimiento de hasta 24 blancos en forma simultanea.

El “Buk” M2E puede usar todos los modelos de misil disponibles para las versiones y variantes anteriores pero su alcance máximo estaría limitado por la variante de exportación del proyectil 9M317 (9M317E: 5,5 m de largo, diámetro máx. 400 mm, envergadura de 860 mm, peso de 710 kg, ojiva fragmentaria-alto explosivo de 70 kg con espoleta de proximidad y de contacto) con rango de 3 a 45 km contra todo tipo de aeronaves y hasta 20 km contra misiles (balísticos y de crucero), intercepta blancos móviles con velocidad de hasta 830 m/s, puede actuar contra objetivos en superficie contrastados con el terreno (o contra un cuerpo de agua); este misil se resguarda dentro de contenedores de transporte 9Ya266, gran cantidad de los cuales se vieron transitar sobre gandolas por la autopista Valencia-Puerto Cabello cuando los misiles llegaron al país abordo del buque “Ocean Voyager” en abril de 2.013; el sistema se probó con munición real en el año 2.015 durante las maniobras “Escudo Soberano” en San Carlos del Meta, Edo. Apure. Una batería se despliega en cinco minutos y su tiempo de reacción es de 20 segundos luego de la percepción del blanco.

El “Buk” M2E como parte del sistema antiaéreo estratificado venezolano.

La operación del sistema “Buk” M2E como elemento antiaéreo de mediano alcance con capacidad antimisil viene a ser un eslabón más de una cadena de medios militares que busca la negación del uso del espacio aéreo soberano y sus contigüidades a una fuerza atacante en un entorno tecnológicamente complejo y saturado de aplicaciones de guerra electrónica, sus capacidades de uso contra objetivos en superficie contrastados al mar y misiles de crucero que vuelan a muy baja cota lo hace ideal para su emplazamiento en la línea costera, lo que podría justificar que su manejo haya sido confiado a la Armada dentro de la estrategia conjunta del CODAI. El rango del “Buk” M2E es complementario al dispositivo antiaereo-antimisil integrado además por otros equipos con radios de accion muy cortos (cañones: ZU-23/ZOM1-4 y 40L70; misiles: ATLAS Mistral, Igla-S y RBS-70), cortos (“Barak” Mk.III, “Pechora” 2M), largos (S-300VM Antey 2500) y aviación de combate (Su-30MK2), apoyándose en una red de detección y seguimiento que se ha ido edificando con elementos que dan cobertura a prácticamente todo el teatro aeroespacial venezolano.

Corolario reflexivo sobre la generación de capacidades A2/AD venezolanas.

La edificación de construcción de capacidades disuasivas militares de una nación es siempre una consecuencia de la percepción de las amenazas que se ciernen sobre ella, pero como es lógico esperar, esa percepción tiene un componente subjetivo que puede no reflejar la realidad imperante; sin embargo, la observación cuidadosa de la realidad fáctica como instrumento de análisis es una herramienta que ayuda a discernir el verdadero objetivo de las acciones que se realizan en el marco de la preparación militar; es un obviedad que las nuevas prestaciones del equipo adquirido en años recientes por la FANB no se corresponde con las hipótesis de conflicto derivadas de los diferendos fronterizos pendientes que históricamente influenciaron las compras de armamento venezolanas, la incorporación de medios de altas prestaciones como los sistemas antiaéreos con capacidad antimisil, artillería reactiva de gran alcance, misiles antibuque/antiradar de lanzamiento aéreo y radares 3D de largo alcance es un indicativo claro de que se construye un sistema defensivo disuasivo basado en la estrategia de antiacceso/negación de área (A2/AD).

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Gonzalo Jimenez Mora
Licenciado en Administración de Empresas con extensión en Educación Superior, profesor en la Escuela de Administración de Empresas de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Bicentenariade Aragua, historiador aficionado y colaborador de varias revistas, publicaciones digitales y websites. Colaborador de Zona Militar en asuntos de Venezuela.

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