Rusia planea mantener su flota naval en operación a lo largo de 2017 para asegurar que los intereses del país en lugares como el Ártico y el Mediterráneo sean apoyados por sus fuerzas en el agua, dijo el lunes un funcionario de la Armada rusa.
“En 2017, la Flota del Norte continuará apoyando activamente y deliberadamente la presencia naval en los océanos del mundo”, dijo Vadim Serga, jefe de operaciones de prensa de la Flota Norte de Rusia, según una organización estatal de medios.
Las operaciones actuales de Rusia incluyen la presencia de un portaaviones, un crucero de batalla y un destructor anti-submarino en el mar Mediterráneo oriental. Los funcionarios han estado planeando expandir las operaciones en todo el mundo si eso fuera necesario.
“Las tripulaciones de varios grupos de buques de superficie han comenzado los preparativos para las expediciones de larga distancia a los mares del Océano Ártico, a varias zonas del Atlántico y a la cuenca del Mediterráneo”, dijo Serga.
Las declaraciones se produjeron menos de una semana después de que los funcionarios rusos indicaron que se botaran dos submarinos muy avanzados en 2017. Los submarinos, ambos nucleares, han estado en obras durante bastante tiempo y han enfrentado déficits presupuestarios y retrasos. Sin embargo, las naves no pueden estar listas para los ensayos de mar en 2017 puesto que necesitarán atracarse primero y allí recibiran probablemente sistemas adicionales a instalar antes de que puedan ser enviados al mar. Esos submarinos pueden costar entre $ 890 millones y $ 1.5 mil millones.
Rusia reforzó algunas de sus capacidades de defensa en 2016 cuando las relaciones internacionales comenzaron a parecer cada vez más inestables. En el Ártico, el ejército ruso abrió varios puestos avanzados militares para aumentar sus capacidades antimisiles y antiaéreas en ese lugar. La presencia creciente en el Ártico también ha sido un movimiento estratégico mirando hacia el futuro: El Ártico tiene una gran reserva de petróleo en su mayoría sin explotar. La zona también se convertirá en una importante ruta comercial marítima en el futuro, ya que el cambio climático global altera las temperaturas y derrite el hielo marino que ha dificultado históricamente la zona.