La OTAN buscó presionar a las autoridades rusas con el acercamiento de sus F-16 al avión del ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, opina el profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO) Evgueni Kozhokin. “Incidentes así son peligrosos: cualquier fallo técnico, cualquier error del piloto y luego entramos en la zona de lo impredecible”, explica el experto a Sputnik.
Kozhokin considera que las personas que dieron esa orden querían presionar a las autoridades rusas. El politólogo opina que en Washington piensan que Moscú no puede aguantar la presión psicológica y que por eso puede hacer concesiones perjudiciales para Rusia. “Me parece que están totalmente equivocados en cuanto a la posibilidad de ejercer presión a Rusia de esta manera. Fue un error peligroso”, sostiene.
De acuerdo con el politólogo, aunque la maniobra aérea fue realizada por cazas de la OTAN, la responsabilidad por el incidente recae no solo en la Alianza Atlántica, sino también en países concretos. La OTAN es una organización militar altamente integrada y las autoridades polacas no se habrían arriesgado a realizar acciones de ese tipo por sí solas. Fue una acción que había sido acordada con el país principal de la alianza, opina.
“Por eso, la responsabilidad por el incidente recae ante todo en EEUU. Otra cosa es que no todos los países están preparados para dar tal paso. En la historia de la OTAN se conocen de muchos casos cuando [otros países] corrigieron al líder. Por eso la parte polaca también fue responsable”, dijo a la vez que se lamentó de que “el actual Gobierno de Polonia no siempre persiga sus intereses nacionales y cometan acciones que no benefician ni a la estabilidad de Europa, ni a los intereses del mismo país”.
Los cazas F-16 de la OTAN intentaron acercarse al avión en el que viajaba el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, en el Báltico el 21 de junio. Posteriormente, el mando de la Fuerzas Armadas de Polonia confirmó de modo oficial la participación de los cazas polacos en la intercepción.