La advertencia que la Casa Blanca lanzó en relación al riesgo de un nuevo ataque químico en Siria no fue solo para Bashar Asad, sino también para Rusia e Irán, dijo la embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, al comparecer en el Capitolio.
Durante su intervención, que se celebró el 28 de junio en el Congreso de EEUU, Haley declaró que el aviso de la Casa Blanca también tenía como destinatarios a los países que apoyan al presidente sirio: Rusia e Irán.
La embajadora estadounidense ante la ONU expresó su esperanza de que la advertencia obligara a Moscú y Teherán a “pensárselo dos veces” antes de brindar su apoyo a Asad.
Estas declaraciones fueron hechas después de que el servicio de prensa de la Casa Blanca publicara un comunicado en el que acusó al mandatario sirio, Bashar Asad, de estar preparando un nuevo ataque químico.
Las autoridades estadounidenses advirtieron que, en caso de que este se realice, el Gobierno sirio “lo pagará muy caro”. Por su parte, el portavoz del Pentágono, Jeff Davis, dijo que EEUU detectó actividad en la base aérea de Shairat. Según las acusaciones de Washington, desde esta misma ubicación las fuerzas gubernamentales sirias perpetraron el 4 de abril un ataque químico en la localidad de Jan Sheijun.
Tres días más tarde, Donald Trump dio la orden a los destructores de EEUU a que atacaran la base con 59 misiles, sin esperar a que se realizara una investigación independiente de los hechos.