El gobernador de Alaska, Bill Walker, ha solicitado al Departamento de Defensa estadounidense que abra una nueva base naval en el estado de Alaska como respuesta a la amenaza nuclear que aparenta ser Corea del Norte.
Walker hizo publica su petición el 3 de septiembre pasado, urgiendo al gobierno estadounidense que tome medidas al respecto luego de la última prueba nuclear realizada por Corea del Norte y la sexta en lo que va del año.
El régimen norcoreano afirmó que probó una bomba de hidrógeno en el sitio de prueba de Punggye-ri. Funcionarios del Centro de Terremotos de Alaska dijeron que la prueba se registró como un evento sísmico de magnitud 6,3, indicando que el arma podría haber sido termonuclear.
“Una base naval en Alaska puede ser una parte clave de esta estrategia”, dijo Walker en un comunicado. “Nuestra ubicación proporciona el acceso más rápido a Asia para cualquier base, que también estaría bajo el paraguas protector de la unidad de defensa antimisiles en Fort Greely, que protege la mayor parte de Norteamérica”. Asimismo, “esta base también proporcionaría apoyo clave para ejercicios de colaboración y entrenamiento con las fuerzas marítimas de nuestros aliados” afirmó Walker.
Alaska es el hogar de dos puestos del Ejército; dos bases de la Fuerza Aérea; y de la Base Conjunta Elmendorf-Richardson que alberga unidades del Ejército y de la Fuerza Aérea. También se encuentran la Guardia Nacional de Alaska y los miembros de la Guardia Costera. Actualmente no hay base de la Marina en Alaska.