En junio, el Gobierno turco había decidido desechar las negociaciones con una única y exclusiva empresa, Otokar, para el programa de tanques Altay. (Otokar)

Traducido y adaptado por Eduardo Moretti
Para Zona Militar

Ankara, Turquía – Las autoridades militares de Turquía han ajustado su competencia multimillonaria para la producción de un tanque de batalla con el fin de seleccionar un ganador a mediados de 2018.

“Un calendario se ha configurado”, según un funcionario de adquisiciones familiarizado con el programa de tanques.
La fase inicial del programa de tanques Altay consiste en la producción en serie de un lote de 250 unidades. Funcionarios militares dicen que el programa llegaría a 1.000 unidades. Fuentes de la industria dicen que la cifra final podría llegar a miles de millones de dólares.

El funcionario de adquisiciones dijo que el gobierno de Ankara espera que los tres postores presenten sus ofertas para noviembre.
“Creemos que deberían ser capaces de presentar sus ofertas finales (BAFOs) a principios de 2018”, dijo. “Queremos concluir el proceso de evaluación dentro de unos meses y seleccionar al ganador a mediados de 2018”.
En julio, la oficina de adquisiciones de Turquía, la Subsecretaría de Industrias de Defensa, o SSM, envió solicitudes de propuestas a tres fabricantes locales de vehículos blindados. Esta decisión significó que tres empresas fueran invitadas a licitar en el programa. Las empresas que recibieron el RFP de la oficina de adquisiciones son BMC, Otokar y FNSS, todas empresas privadas.

En junio, SSM había decidido desechar las negociaciones con una única y exclusiva empresa, Otokar, para el programa Altay. Otokar es el desarrollador y constructor de prototipos de Altay, el primer tanque de combate de nueva generación en Turquía.

A principios de este año, los prototipos de Altay de Otokar completaron exitosamente las pruebas de calificación, incluyendo pruebas de movilidad y resistencia en terrenos accidentados y condiciones climáticas adversas, pruebas de disparo con varios escenarios y pruebas de supervivencia.
En 2008, Otokar, la mayor compañía de defensa privada de Turquia, había firmado un contrato de 500 millones de dólares con el SSM del Gobierno turco para el desarrollo y producción de cuatro prototipos de la Altay.

Pero en junio, la agencia gubernamental, aduciendo que la oferta de Otokar sería insatisfactoria, para la producción en serie del tanque, canceló el contrato y decidió ir a la competencia.
La decisión de Turquía de abrir la competencia para el Altay llega en un momento en que algunas fuentes de la industria advierten que el programa se enfrenta a varios retos técnicos, incluyendo un motor y un sistema de transmisión para el tanque.

“Todavía hay incertidumbres sobre el paquete de energía [que comprende principalmente del motor y el sistema de transmisión]”, dijo una fuente de la industria. “La industria local está teniendo conversaciones con dos empresas alemanas sobre el paquete de energía, pero siempre bajo una mirada política”.
El funcionario de compras confirmó que la industria turca está negociando con MTU, un fabricante de motores alemán, y Renk, un productor de sistemas de transmisión. “Además,” dijo, “hay conversaciones paralelas con potenciales productores de motores y transmisores de otros países”. No mencionó qué países, ni cuáles empresas estaban en conversaciones con la industria turca.

Las relaciones bilaterales de Turquía con Alemania han sido manchadas este año después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusara a Alemania y Europa de ser nazis y racistas.
En agosto, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, dijo que Turquía nunca sería miembro de la Unión Europea mientras el país esté gobernado por Erdogan, lo que complicaría aún más las relaciones entre Ankara y Berlín. Sus comentarios se produjeron después de que Erdogan urgiera a los turcos alemanes a boicotear a los principales partidos de Alemania en las elecciones generales de este mes.

Las conversaciones de adhesión entre Turquía y la UE han quedado prácticamente paralizadas, aunque Turquía sigue siendo candidata a la adhesión. Los líderes de la UE se han mostrado cada vez más críticos con la represión de Erdogan contra los opositores y temen que los nuevos poderes que Erdogan obtuvo en un referéndum en abril están alejando a Turquía de los valores democráticos.

“El papel de Alemania en el programa Altay sigue siendo crítico, aunque no indispensable, pero cada vez más un signo de interrogación”, dijo un diplomático turco. “Y el programa sigue abierto a la cooperación industrial no alemana”.

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