La armada alemana está preparada para recibir cinco corbetas de la clase Braunschweig que construirá un consorcio de empresas del país denominado Arge K130 en un acuerdo que superará los 2.000 millones de dólares, según anunció esta semana el Ministerio de Defensa.
El contrato con las compañías alemanas Lürssen Defence de Bremen -que encabeza el grupo industrial- ThyssenKrupp Marine Systems de Hamburgo y los astilleros navales alemanes de Kiel, serán los encargados de construir los nuevos barcos de la armada después de un complicado proceso de adquisición al ser excluidos inicialmente del contrato los astilleros de Kiel.
El parlamento alemán aprobó fondos para los cinco nuevos buques en junio, después de la puesta en marcha de las cinco primeras unidades de la clase de Braunschweig entre 2008 y 2013.
Se espera que los nuevos buques sean entregados a la Armada alemana para el año 2025, dijeron las autoridades, y añadieron que los barcos son “urgentemente necesarios” para cumplir con las obligaciones de Alemania con la OTAN.
“Estamos adquiriendo barcos ya probados con tecnología altamente mejorada”, dijo Armin Schmidt-Franke, vicepresidente de la agencia de tecnología de defensa y adquisiciones de la Bundeswehr.
Las modificaciones previstas en los nuevos barcos incluyen las características de evacuación de la tripulación de conformidad con el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, y una mayor seguridad de la tecnología de la información de los buques y su infraestructura de red, según un comunicado de la agencia.
Las armas de las corbetas incluyen un cañón principal Oto Breda Super Rapid de 76 mm/62, 2 cañones automáticos Mauser BK-27 mm. 4 RBS-15 Mk.3, 2 MK.49 RAM misiles RIM-116A y minas navales.
Con una eslora de 89,12 m y una manga de 3,40 m, cuenta con un hangar para dos drones Camcopter S-100 y una plataforma de apontaje a popa para un helicóptero.
La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, fue criticada por congresistas de la oposición a principios de este año por forzar la compra de los buques adicionales a pesar de las críticas del Bundesrechnungshof, una agencia comparable a la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos.