Por Nicolás Dold Sierra
Las últimas semanas la Argentina se ha visto sacudida por un conflicto harto anunciado por quienes navegan las profundas aguas de la geopolítica, la política patagónica o la cuestión fronteriza con la República de Chile: el conflicto Mapuche y el reclamo por los supuestos territorios ancestrales.
Más allá de la discusión histórica que involucra los enfrentamientos entre los Mapuches de la Araucania chilena y los Tehuelches de la Patagonia argentina, desembocando luego en el casi exterminio de éstos últimos y culminando con una conquista del desierto en muchos casos apoyada por nativos argentinos, la cuestión de la Resistencia Ancestral Mapuche significa uno de los desafíos más importantes del Estado Argentino en cuanto a lo que atañe a la soberanía nacional.
El Mayor General Carl von Clausewitz se pregunta, en su célebre Tratado De la Guerra, “¿Cuál es la idea fundamental de la defensa? Es la de parar un golpe. ¿Por qué señal se distingue? Se distingue porque en ella se espera el golpe que se debe parar”. Surgen, entonces, en base a esta reflexión, cuestiones sobre las que vale la pena reflexionar: ¿Estamos ante un “golpe” que debe ser “parado”? Y más importante aún, ¿se trata de un “golpe” que concierne a la Defensa Nacional?
Para responder estas preguntas que surgen alrededor de la problemática presentada, será necesario hacer nuestros algunos conceptos expuestos por el Gral. Juan Enrique Guglialmelli, fundador de la revista Estrategia y uno de los más importantes teóricos argentinos sobre la geopolítica y la estrategia militar. Según el mencionado autor, dentro de la geopolítica pueden distinguirse dos esferas: la Frontera Exterior y la Frontera Interior.
La Frontera Exterior es la tradicional conceptualización de la frontera como el límite entre naciones soberanas y la relación de éstos. Por Frontera Interior, sin embargo, se comprende a los límites territoriales, culturales, políticos y económicos que existen hacia el interior de una nación soberana. En este sentido, el desarrollo y la integración económica-territorial resultan menesteres al momento de analizar la Defensa Nacional.
Así, sin adentrarnos en el debate político sobre el que hacer con las tribus originarias que habitan el territorio argentino y centrándonos meramente en un análisis geopolítico de la situación, el conflicto territorial con la organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), supone una barrera de suma relevancia para la protección de la Frontera Interior y Exterior nacional y, en consecuencia, para la geopolítica patagónica.
La imposibilidad del Estado de llegar a aquellos espacios denominados “tierras ancestrales”, no sólo mediante las fuerzas de seguridad competentes sino también mediante diversas instituciones de Gobierno, pospone la ocupación efectiva de los territorios así como la integración política y económica de la región. Ahora bien, ¿cómo supone esto una problemática geopolítica para la Argentina?
Pues, para ello es necesario observar el presente mapa de los Pueblos Originarios elaborado por el Ministerio de Educación de la República Argentina a comienzos del corriente milenio, donde puede vislumbrarse que el territorio reclamado por la célula RAM no sólo abarca buena parte de una de las regiones más postergadas del país, como es el caso de la Patagonia, sino que además en los casos donde el reclamo se extremiza, como hemos visto en las últimas semanas, obstaculiza el desarrollo de un activo de suma relevancia geopolítica nacional, como es el caso de los yacimientos petrolíferos patagónicos.
Por otro lado, también significa un conflicto de incipiente cuño separatista en un espacio clave para los intereses argentinos en la Antártida, Malvinas y demás islas circundantes. No sólo por la cercanía de estos espacios reclamados por la RAM para con los espacios anteriormente mencionados, sino que además significa un potencial foco de conflicto severo en una región donde la siempre amenazante presencia del Reino Unido se percibe a solo unos kilómetros de distancia.
En este sentido, en épocas donde el separatismo en Europa y las nuevas guerras en África y Asia parecen encontrar su cauce, es posible diagnosticar a la cuestión Mapuche, más específicamente la organización RAM, como una temática que debe ser abordada transversalmente no sólo desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, sino incorporándose también otras áreas de Gobierno como las diferentes ramas del Ministerio de Defensa y el Ejército, el Ministerio del Interior e incluso la Cancillería, en un esfuerzo conjunto de todos los brazos del Estado prestándosele particular atención no sólo por una cuestión de seguridad interior sino también porque concierne a la Defensa Nacional una salida de ésta crisis, que garantice la soberanía argentina y resguarde, de manera pronta, los intereses nacionales a la redonda del territorio, si se quiere evitar la premisa del célebre general McArthur, cuando afirma que “la historia de los fracasos se resume en dos palabras… demasiado tarde“.
http://www.malvinense.com.ar/snacional/10/1221.htm
Excelente artículo y magistral cierre.
En el año 2000 hice un curso de especialización militar en Canadá y en una conferencia específica para el tema se planteaban los nuevos desafíos para la integridad territorial de Canadá. Como introducción se refería al muy reciente y dificultoso sorteo de los deseos de independización de Quebec y se planteaba la gran dificultad emergente de cómo contener las tensiones separatistas de los territorios occidentales.
Más allá de las diferencias de idioma y de peculiaridades entre las culturas europeas británica y francesa que incidían en el conflicto de Quebec, la British Columbia lindante con el Pacífico aparecía como un territorio muy lejano del poder central de Ottawa, con altos porcentajes de población de otras etnias que hasta habían motivado que en algunos casos el examen de la licencia de conducir se diera en idioma mandarín, pero que sumaba la potente tracción de la proximidad con la frontera de Estados Unidos. Las tracciones Norte-Sur podrían llegar a ser mayores que las Este-Oeste.
Dicho ésto, las tensiones desde el Este y del Oeste de la Patagonia Argentina podrían terminar siendo mayores que la cohesión nacional generada por el poder central de Buenos Aires y generarse un riesgo de secesión. El asunto es un tema de la Defensa por más de un motivo, pero especialmente, si las fuerzas disgregantes se nutren de fuerzas armadas.
No veo necesario ni conveniente meter a los ingleses en esta discusión. La inacción sobre el tema RAM y el conflicto mapuche en general se da por ideologías marxistas, izquierdistas y populistas , cualquiera puede darse cuenta que los que apoyan con mayor vehemencia a las ilegítimas reivindicaciones mapuches son izquierdistas “antiimperialistas” , los mismos que desprestigian a las tropas argentinas que triunfaron en la Guerra del Paraguay , los mismos que tildan a Roca de “genocida” , no hay que caer en el discurso populista antiimperialista que buscar un enemigo externo, el claro ejemplo de como actuar en este caso lo da Chile, que combate duramente los actos terroristas mapuches , mientras mantiene una buena relación con Inglaterra. Lo mismo hizo el General Roca al expulsar a los mapuches de la patagonia y paralelamente firmar un megaacuerdo de libre comercio con los Ingleses, Pacto Roca Runciman, combatir a la RAM no es incompatible con incrementar la alianza con los ingleses, cosa que es muy necesaria para nuestra geopolítica, por motivos que no vienen al caso, pero por mencionar algunos, depender menos del comercio con Brasil, hacerle contrapeso a Brasil y que no monopolice el poder en el Cono Sur.. etc.