Los 816 militares del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) que estaban en la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) regresaron a Brasil. El tercer y último vuelo llegó en la madrugada del martes a Sao Paulo (SP), trayendo también 72 militares de la Compañía de Ingenieros Paraguaya.
Con el regreso del contingente, llega a su fin la participación de Brasil en la Minustah. Después de cuatro meses de misión, el teniente João Lourenço Espolaor Neto describe su experiencia en Haití como única. “Todo lo que he vivido ha agregado mucho a mi crecimiento personal y profesional. “Tuve la oportunidad de dirigir un pelotón en un territorio hostil y de conocer a un pueblo que pasa por reales necesidades, viendo de cerca lo que es miseria y pobreza”, dijo.
Uno de los retos de los militares del último batallón fue el paso del huracán Irma. Al principio de la categoría 5, el fenómeno devastó áreas del Caribe y Estados Unidos. El teniente Espolaor cuenta que el fenómeno retrasó el regreso de la tropa. “Estábamos preparados para actuar en favor de la población haitiana, pero gracias a Dios no fuimos alcanzados”, afirmó.
Para los peacekeepers que regresan al país, la sensación común es de deber cumplido. “Nunca más olvidar a Haití. La misión fue increíble, entre ayudas humanitarias, patrullas y huracanes, vivimos de todo un poco. Trabajar con los compañeros de todas las fuerzas, unidos por el mismo ideal, no tiene precio “, dijo el soldado José Gabriel Meritello do Carmo.
Comandante del Ala 13, el coronel aviador Kennedy Fernandes Ferreira enfatizó que el éxito del empleo de la tropa de la FAB en Haití fue fruto de dedicación y preparación profesional. “Los militares que vuelan de esa noble misión son hombres de Fuerza Aérea probados en terreno hostil, hecho que impulsa la instrucción de nuestras tropas con la fuerza de su ejemplo práctico”, concluyó.