Las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron importantes ejercicios aéreos el lunes en la Península Coreana, pero parece que la Fuerza Aérea del Ejército de Liberación Popular de China también se ha estado preparando para una posible guerra en la región.
Sin embargo, según Xinhua, los simulacros tuvieron lugar en el Mar Amarillo y el Mar Oriental de China e involucraron a fuerzas de misiles tierra-aire, aviones de combate y aviones de alerta temprana.
Beijing planea continuar realizando ejercicios para proteger los intereses estratégicos de China en la región, dijo el vocero de la Armada China.
Un analista militar en Beijing le dijo al South China Morning Post, “el momento del anuncio de alto perfil del PLA [AF] es también una advertencia a Washington y Seúl para que no provoquen más a Pyongyang”.
Aunque quizás advirtió con una mano, los chinos extendieron otra: la semana pasada el comandante general PLA Shao Yuanming y el teniente general Richard Clarke se reunieron en Washington para analizar las oportunidades de mejorar los canales de comunicación con respecto a la situación en la Península Coreana.
Las reuniones se realizaron horas después de la prueba de Corea del Norte de su misil balístico intercontinental Hwasong-15, que alcanzó una altitud 10 veces superior a la órbita de la Estación Espacial Internacional. El misil viajó 1,000 kilómetros (620 millas) antes de caer en el Mar de Japón, pero pudo haber recorrido 6.500 millas, si estuviera volando en una trayectoria estándar.
El apogeo del misil fue “más alto, francamente, que cualquier tiro previo que hayan tomado”, dijo el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, después de la prueba. Pyongyang ahora tiene la capacidad de atacar “en todas partes del mundo, básicamente” con sus ICBM, señaló el jefe del Pentágono.
