Washington ha asignado $ 214 millones de dólares para construir aeródromos, sitios de entrenamiento, y otras instalaciones militares en una acumulación militar sin precedentes en el este y el norte de Europa con el objetivo de contrarrestar la “agresión rusa”.
La modernización planificada de las bases aéreas, ubicada predominantemente en Europa del Este cerca de las fronteras rusas, así como en Islandia y Noruega, es parte de la Iniciativa Europea de Disuasión (EDI) de 4.600 millones de dólares destinada a “tranquilizar” a los aliados europeos de la OTAN.
Los fondos se distribuirán entre un total de nueve bases en Letonia, Estonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Luxemburgo, Islandia y Noruega para que puedan albergar aviones de combate estadounidenses de primera línea, informó Air Force Times.
Según los informes, los Estados Unidos planean desplegar F-22 Raptor y aviones de combate sigilo F-35 de quinta generación en algunas de las bases del Báltico y el norte de Europa para rastrear y disuadir a los submarinos rusos, según informó dicho periódico.
A su vez, mientras era portavoz del Comando Europeo de EEUU, Juan Martínez, se negó a dar detalles sobre la naturaleza o ubicación de las operaciones.
La Estación Aérea Naval Keflavik en Islandia se someterá a una modernización de $14 millones de dólares, que lo verá añadiendo nuevos hangares para alojar aviones de patrulla marítima P-8A Poseidón. El avión, denominado “asesino submarino”, está equipado con torpedos, cargas de profundidad, misiles antibuque Harpoon y otras armas.
Parte de la inversión se destinará a la construcción de nuevas pistas e instalaciones de almacenamiento de combustible en las bases aéreas. Se destinarán unos 55 millones de dólares a la Base Aérea Kecskemet húngara para “aumentar la capacidad de almacenamiento de combustible, construir una calle de rodaje paralela y mejorar el aeródromo”, según Martínez. Señaló que las mejoras de infraestructura a gran escala en toda Europa no significan que las tropas estadounidenses estén estacionadas allí permanentemente, sino que se atengan a las rotaciones como lo han hecho en el pasado.
La agenda anti-rusa defendida por la OTAN encabezada por Estados Unidos se ha vuelto cada vez más costosa para el contribuyente estadounidense. En 2018, el presupuesto de EDI aumentará $ 1,2 mil millones además de los $ 3,4 mil millones de 2017.
Una parte de esto es $500 millones de dólares en “asistencia letal de defensa” prometida por Washington a Ucrania y aclamada por su presidente, Petro Poroshenko, que ha estado buscando armas estadounidenses para reprimir los disturbios populares en las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk en el este del país, que, según la narrativa oficial ucraniana y estadounidense, está respaldado por Rusia. El desembolso de fondos está condicionado a las reformas del ejército ucraniano, que deberá ser atestiguado por los Estados Unidos.
El continuo refuerzo de la OTAN en Europa del Este y los países bálticos y el despliegue de nuevas partes de la defensa antimisiles de los EEUU, “indican claramente la flagrante falta de voluntad de nuestros socios occidentales para dejar de impulsar una agenda anti-rusa”, dijo el ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu dijo.