Washington – Las quejas sobre la eficiencia y velocidad del proceso de ventas militares al extranjero por parte de países aliados, la industria y funcionarios del Pentágono no son nada nuevo.
Pero aquellos que esperan una reforma positiva en ese sentido ven buen potencial en 2018, gracias a un grupo de líderes con un enfoque personal en la construcción de nuevas capacidades y una administración que ve las ventas de armas al exterior como una forma de hacer crecer los empleos en Estados Unidos.
Comienza con el Secretario de Defensa Jim Mattis, quien desde el principio declaró que el aumento de las capacidades de los países socios era uno de sus objetivos clave. Esa directiva ha sido acompañada por un ritmo constante sobre el tema, de acuerdo con el subsecretario de Defensa Patrick Shanahan, quien dijo a los periodistas el 21 de diciembre que trabajaría directamente en el tema.
Shanahan, un ex ejecutivo de Boeing, dijo que se ha reunido con el teniente general Charles Hooper, jefe de la Agencia de Cooperación de Seguridad y Ellen Lord, la principal funcionaria de adquisiciones del Pentágono, para encontrar formas de acelerar el proceso FMS. O como dijo Shanahan, asegurándonos de que no estamos entorpeciendo el proceso de adquisiciones de países aliados.
También identificó a Japón, Corea del Sur y Medio Oriente como tres áreas de enfoque para acelerar el proceso, lo cual quizás no es sorprendente, ya que las compañías estadounidenses consiguieron aproximadamente $ 22 mil millones de Dólares en ventas desde Asia Central/Oriente Próximo y US $ 7.96 mil millones en la zona Asia-Pacífico en 2017
La reforma del FMS no es un problema menor para Lord, que a menudo se quejaba de la velocidad del proceso cuando era una ejecutiva líder de Textron. Aunque no pudo impulsar los cambios en años anteriores, Lord ha dejado en claro que ve algunas formas de modificar el proceso desde el interior que podría ayudar a que las cosas se muevan.
En un intento por reducir el tiempo dedicado a las adquisiciones, Lord ha lanzado seis programas piloto de menor tiempo de ejecución de la acción de compras, con el objetivo de poder contratar a un cliente dentro de los 210 días posteriores a la solicitud de la propuesta. Si bien se centran principalmente en proyectos nacionales, se intenta incluir también la aceleración de la adquisición por parte de Japón del sistema no tripulado Global Hawk.
Durante una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado el 7 de diciembre, Lord dijo que su equipo estaba trabajando en beneficiar los contratos de producción para incluir opciones para los requisitos de FMS por desarrollar. Para de tal manera, repensar esto, lo que “va a reducir la línea de tiempo y nos permitirá ser muy receptivos a los clientes internacionales”.
Hacer ese tipo de trabajo requeriría mayores lazos con la industria, algo que Hooper de DSCA (Agencia de Cooperación de Seguridad y Defensa) le dijo a una audiencia organizada en Washington, que tiene la intención de seguir trabajando en el futuro.
Cuando Defense News le preguntó acerca de los comentarios de Hooper, el portavoz Tom Crosson dijo que los compromisos de Hooper con la industria han sido “de alcance limitado”, algo que el jefe de DSCA espera expandir en 2018.
“La Agencia ahora está coordinando con socios de la industria para llevar a cabo sesiones informativas más exhaustivas que permitan al director comprender mejor los objetivos a corto plazo, las estrategias de largo alcance y cómo se relacionan con el rol de DSCA en la creación de capacidad de los socios”, escribió Crosson en un correo electrónico.
Hooper también espera acelerar el proceso indirectamente, a través de una mejor capacitación de la fuerza de trabajo. En octubre, Hooper primero abordó la idea de una Universidad de Cooperación de Seguridad, siguiendo el modelo de la Universidad de Adquisición de Defensa. Semanas más tarde, Lord mostró su apoyo al concepto general.
Cuando se le preguntó sobre el estado de ese plan, Crosson dijo que DSCA está ejecutando una “serie de iniciativas destinadas a mejorar la capacitación proporcionada en toda la comunidad de cooperación de seguridad”, incluida la creación de algún tipo de estructura universitaria.
“La universidad será una nueva institución que aprovechará el currículo existente y las ofertas educativas”, incluyendo dos ubicaciones actuales en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson y la Sede de la Fuerza Conjunta-Región de la Capital Nacional, escribe Crosson. También uniría “las relaciones existentes con la Universidad de Adquisición de Defensa, las instituciones de educación militar profesional del Servicio y otras facultades y universidades civiles para maximizar las eficiencias educativas”.
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