El pasado 3 de febrero, un equipo integrado por 10 oficiales de las Fuerzas Armadas Brasileras participaron del reconocimiento del área de operaciones de la Misión Multidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización de la República Centroafricana (MINUSCA), primer paso para el futuro desembarco de casi 750 soldados en el país africano. La misión de reconocimiento se inició el 21 de enero pasado y su recorrido incluyó las ciudades de Bangui, Bambari y localidades adyacentes.
De acuerdo a lo declarado por el General Ajax Porto Pinheiro, el despliegue de las tropas brasileras deberá de estar completado a fines del primer semestre de 2018, debiendo previamente analizarse los costos operacionales y obtener la autorización del Palacio del Planalto. Cabe recordar que a fines de 2017, Brasil contaba en la MINUSCA con 3 expertos de misión y 4 oficiales.
La solicitud para integrar la misión se realizó en noviembre pasado, cuando Jean-Pierre Lacroix, jefe de las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU, invitó formalmente a Brasil a unirse a las tareas realizadas en la República Centroafricana. De confirmarse la presencia brasilera, sus tropas llenarían el vacío dejado por el retiro del contingente de Uganda (bajo mando de la Unión Africana y en coordinación con los EEUU), lo cual generó mayor inestabilidad y un aumento en la violencia. Según las palabras del funcionario de la ONU, las tropas brasileras están muy bien consideradas por su profesionalismo y experiencia, tal como ocurriera en Haití, donde Brasil comandó el Componente Militar de la MINUSTAH a lo largo de 13 años y desplegó un total de 26 contingentes.
Sin embargo, se considera que MINUSCA representa un mayor desafío debido a la inestabilidad que aún se vive en el país africano y la constante lucha entre las casi 10 facciones cristianas y musulmanes. A fines de diciembre de 2017, y de acuerdo a la información brindada por la ONU, MINUSCA está compuesto por Un total de 12.830 efectivos uniformados, que incluye 10,750 efectivos militares (incluidos 480 observadores militares y oficiales de Estado Mayor) y 2.080 policías (incluyendo 400 agentes de policía y 108 funcionarios de prisiones). Y desde que se implementó, la Misión ha sufrido 28 bajas por acciones maliciosas.