A mediados de 2018, ingenieros rusos comenzaron a trabajar en aviones de nueva generación para la guerra electrónica llamados Porúbschik-2. Será la nueva versión del conocido Il-22 Porúbschik, que tiene como cometido ‘cegar’ a los jets enemigos, a los bombarderos y a los sistemas de defensa aérea con base en tierra.
El Il-22 es una envejecida aeronave de la época soviética que ha sido modernizada un par de veces para responder a los desafíos de los nuevos sistemas electrónicos.
“En la guerra moderna, la mayoría de las armas se basan en la interacción con la navegación por satélite. En primer lugar, los satélites proporcionan imágenes que van desde el campo de batalla hasta los puestos de mando, a los aviones también les proporcionan la navegación GPS y, lo que es más importante, guían los misiles hasta sus objetivos”, declaró a Russia Beyond Dmitri Safónov, exanalista militar del diario Izvestia.
Según él, si se creara ruido electrónico que influyera en el trabajo de estos satélites, entonces se cegarían los misiles, que no podrían ser utilizados en un conflicto.
“En los conflictos modernos, las armas de precisión están basadas en tierra. En los próximos años su poder destructivo será comparable al nuclear. Por lo tanto, dejar a tu enemigo potencial sin la posibilidad de usar estas armas debe ser algo que se haga desde tierra”, mencionó el experto.
En busca de un pájaro
En estos momentos ya se trabaja sobre el fuselaje y la imagen de un nuevo avión. Los expertos creen que será más grande que la versión anterior del Il-22 Porúbschik.
“Los sistemas electrónicos capaces de ‘apagar’ los satélites, o simplemente de interferir en ellos, requieren mucha energía y suficientes generadores. Por lo tanto, el nuevo avión necesitará contar con un gran espacio interno y suficiente fuselaje. Es probable que los nuevos sistemas se basen en el avión de transporte militar Il-276”, afirmo a Russia Beyond Víktor Murajovski, redactor jefe de la revista Arsenal de la Patria.
El Il-276 es un avión militar de transporte aéreo de tamaño medio, capaz de transportar fácilmente 12 toneladas de carga a una distancia de 2.700 km.y vuela a una velocidad de 870 km/h.
Cada avión cuesta alrededor de 40 millones de dólares y se cree que es una opción perfecta para convertirse en la base del próximo Porúbschik-2.