El pasado 2 de agosto, se celebró en la Universidad del Cema, un seminario titulado “El Naufragio del submarino ARA San Juan: Hechos, opiniones e incertidumbres”, que tuvo como expositor a Jorge Bergallo, un ex submarinista y padre de Ignacio Bergallo, uno de los tripulantes del ARA San Juan, que se encontraba a bordo del submarino el día de su desaparición.
Bajo el marco de dicho encuentro, el ex submarinista, habló sobre los hechos conocidos de los sucesos que acontecieron en el ARA San Juan, de las incertidumbres en torno al submarino y sus opiniones personales como profesional submarinista y padre de una de las víctimas que fallecieron a bordo del submarino.
Hace nueve meses, un 15 de noviembre, el ARA San Juan tomó contacto por última vez, reportando así, lo que se conoció como su última posición, perdiendo comunicación con el submarino para siempre.
El encuentro, emotivo y marcado de un tono personal, permitió a los presentes escuchar de primera mano, sobre los hechos en torno al naufragio del submarino ARA San Juan, con el objetivo de comprender un poco mejor, para los que no somos versados en el tema, la complejidad de un submarino, sus tareas diarias y lo que probablemente significó la pérdida de comunicación con el mismo pasadas las primeras 48 hs.
Jorge comienza por explicar a la audiencia sobre los distintos niveles de navegación que posee un submarino, en este caso el Tipo TR1700, y como él mismo está diseñado para navegar en tres niveles, siendo el primero el nivel de superficie, seguido por el plano de periscopio o snorkel, a unos 18 metros de profundidad y por último, en plano profundo o de seguridad donde puede llegar a los 40 metros de profundidad.
“Cuando hace snorkel – explica Jorge – aprovecha para recargar las baterías, y comunicarse” (…) “Muchas veces la altura de navegación se cambia, porque por ejemplo, si pasan barcos que tienen mayor calado, y entonces se fija ese plano de seguridad, digamos a 50 metros. Pero no se puede ir acá en el medio porque no puedo ver ni escucho bien, y si no escucho bien, viene un buque grande y puedo ser embestido. Esas son las tres condiciones es las que el San Juan navegó siempre, y desde que zarpó de Ushuaia”.
En octubre, el ARA San Juan se encontraba realizando los ejercicio de Etapa de Mar III, realizando “navegaciones cortas para hacer lo que nosotros llamados, adiestramiento en técnicas, es decir salir a superficie, ir a inmersión (..) Aprendiendo a usar esa máquina. Hicieron lanzamientos de torpedo, como ejercicio. Hasta hicieron una Etapa de Mar, que implica una navegación larga de 20 días”.
Después de muchos años, era la primera vez que el ARA San Juan volvía a realizar una navegación larga que implicaba varias semanas en el mar.
Jorge destacó lo que él considera es un dato importante, y es que; “el espíritu de toda la tripulación era altamente satisfactorio, porque estaban haciendo cosas que hasta ahora no habían podido hacer”.
En octubre, se habían embarcado para cumplir con una etapa de mar prolongada en la zona, para luego dirigirse al noreste de Isla de los Estados para hacer un ejercicio típico de ataque a la Flota del Mar.
Como se hace en la guerra, hay una área de patrulla dónde se encuentra el submarino, y que los buques de superficie enemigos no saben y deben de encontrar, simulando un real conflicto en el mar. También, realizaron operaciones complejas, como lanzar buzos tácticos. “Es una operación muy compleja, porque deben salir por una escotilla y después recuperarlos”.
Así, el ex submarinista aclara que todo lo relacionado con la seguridad estaba en orden. Y continúa explicando que desde Ushuaia, volvieron a zarpar poniendo rumbo al “Área JULIANA” para efectuar una habitual patrulla de control marítima; al norte de Malvinas, en la llamada milla 201, la zona mayoritaria de pesca ilegal.
Dicha zona, es un área que se encuentra plegada de buques potreros que se dedican a iluminar hacia el fondo del mar para que los calamares se acerquen y se terminan pescando solos, “se enganchan en los grampines que se cuelgan por ambas bordas. Por ahí andaban ellos”.
La misión era, según le había notificado su hijo, lograr fotografiar a uno de estos pesqueros realizando la actividad ilegal. “Y entonces tenían que procurar, además de informar sobre todos los pesqueros que encontrarán allí, fueran inglés, uruguayo o lo que fuera, tenían que tratar de lograr la fotografía. Esto no lo vi escrito en ningún lado, es información que me dio mi hijo”.
Inician los problemas
Fue en esta área, dónde el ARA San Juan comienza a presentar problemas y fue allí, donde la CTBTO y posteriormente la Armada de los Estados Unidos, informaron sobre el evento “anómalo, corto, violento, singular y no nuclear, coincidente con una explosión”, al borde del talud.
“Bueno, iban navegando y al llegar a esta posición, comenzaron los problemas”, dice Jorge. El 14 por la noche, el submarino venía navegando sin novedades, cuando informan sobre un principio de incendio. Posteriormente, “A la 1 de la mañana se vuelven a comunicar. Hasta ese momento no parecía una emergencia que no pudiese resolverse” (…) “indican que el incendio fue controlado que no hay daños mayores ni nadie herido, que se van a ir a inmersión a plano profundo, para poder abrir el tanque de baterías y ver realmente qué daños había”.
La intención, explica Jorge, es averiguar qué había sucedido, intentar volver a conectar la batería y descansar. “Hay que tener en cuenta que están en superficie desde las 11:30 de la noche hasta las 6 de la mañana luchando con lo que pasaba a bordo, porque genera incertidumbre, el buque se mueve como una coctelera, seguramente alguien se debe haber golpeado la cabeza, porque es algo que siempre pasa”, supone Jorge “o se tropieza. Son 6 horas de esa tensa situación y por ello la aseveración de que tenían que ir a descansar”.
Jorge afirma que los tripulantes estaban “agotados” porque estuvieron por más de 6 horas en superficie bajo un temporal terrible lidiando con todo eso. “Y esa fue la última comunicación, es aquí donde figura que el satélite ya no puede captar la señal. Con lo cual quiere decir que en algún momento de acá, se fueron para abajo”.
Dos teorías en torno al naufragio del ARA San Juan
“¿Y por qué lo hicieron?”, se pregunta Jorge. “Puede haber dos teorías, las dos bastantes próximas. Fundamentalmente que se perdió el control, el gobierno del submarino, no hubo nadie capaz de soplar los tanques de lastre en una emergencia, largar una balsa, largar algo para que por lo menos los que estaban en superficie los pudieran ver. Ocurrió algo que los llevó directamente al fondo. Directamente a la profundidad de colapso”. Por consiguiente, al perder el control del submarino este cayó a gran profundidad provocando una implosión, o el aplastamiento del buque por haber alcanzado esa máxima profundidad de colapso.
Asimismo se pudo haber debido a una “explosión de hidrógeno. Las baterías producen hidrógeno por eso hay un sistema de extracción del hidrógeno. Nosotros creemos que lo que ocurrió es que durante todo este tiempo con las baterías mojadas se generó mucho más hidrógeno, en un nivel que nosotros no sabíamos y que nos lo explicaron los científicos. Y que, cuando fueron abajo, cuando ya estaba todo controlado, para verificar lo que había pasado, al levantar la tapa del tanque de baterías explotó o también, como nos explicó un especialista, un ingeniero químico, muchas veces con altos porcentajes de hidrógeno puede llegar a explotar por un cambio abrupto de luminosidad, si estaba oscuro y de pronto se ilumina puede ocasionar una explosión. Entonces, lo que nos imaginamos, lo que suponemos, es que cuando levantaron la tapa, ahí volaron”.
Hechos
La entrada de agua de mar en el sistema de snorkel al balcón de baterías, fue la causante del principio de incendio. Pero como afirma Jorge, “no fue la causa inmediata del hundimiento del ARA San Juan, pero si la que desencadenó una serie de eventos desafortunados” que llevaron a la explosión y como consecuencia el naufragio.
Al día de la fecha, y luego de una exhaustiva búsqueda por parte de la Armada Argentina y la colaboración de varios países, aún se desconoce su paradero.
Lo probable, es que el mismo se encuentre en el fondo del talud a más de 1000 metros de profundida. Jorge explica que la CTBTO informó a la comisión sobre dos espectros de explosiones, dónde se visualizan dos picos como si se tratase de dos grandes explosiones. A lo cual, algunos sostienen que “en realidad una es la explosión del submarino y la otra la onda que viene después producto de la reverberación o del rebote contra el talud. Como si fuese el eco. Esa es una teoría”.
44 personas perdieron la vida a bordo del ARA San Juan.
ACTUALIZACIÓN: Los restos del submarino ARA San Juan fueron hallados a 907 metros de profundidad en el Atlántico Sur, a 41 Km del registro señalado como evento hidroacústico por la CTBTO.