Berlin – Alemania busca vender un drone de vigilancia de segunda mano que le ha costado al país más de 700 millones de euros (US$ 823 millones) a Canadá, sin muchos de los componentes básicos que necesita para volar.
Una respuesta del Ministerio de Defensa a los legisladores del Partido de Izquierda de la oposición afirma que Alemania ha decidido “comenzar negociaciones concretas con Canadá para la venta del avión Euro Hawk, dos estaciones en tierra y posiblemente ciertas piezas de repuesto”.
La respuesta del gobierno, fechada el 19 de septiembre y obtenida por The Associated Press, agrega que Alemania no está actualmente en conversaciones con ningún otro país u organización sobre la venta del mencionado drone.
En un comunicado el lunes, el Ministerio de Defensa de Alemania confirmó que las conversaciones con Canadá fueron planeadas, pero se negó a comentar sobre un posible precio de venta o fecha. Los funcionarios de la Embajada de Canadá en Berlín no hicieron comentarios.
Alemania solicitó la variante Northrop Grumman Global Hawk en el año 2000 para el reconocimiento de larga distancia, pero más tarde canceló el pedido debido a los crecientes costos y las revelaciones de que el prototipo no estaría certificado para volar en Europa.
El entonces ministro de Defensa, Thomas de Maiziere, reconoció en 2013 que el drone era un un verdadero y gran problema, diciéndole a los legisladores que era mejor tener un “final horrible que un horror sin fin”.
El año pasado, el gobierno reconoció que el desarrollo y adquisición del prototipo, un sensor de inteligencia de señales llamado “ISIS” y repuestos, mas la realización de siete vuelos de prueba habían costado alrededor de US$ 681 millones de euros desde el año 2007. Otros 24 millones de euros fueron gastado en la preparación para la reanudación de vuelos de prueba temporales.
Según la última respuesta del gobierno a los legisladores de la izquierda, que aún no se ha publicado, el drone ya ha sido “desmilitarizado”. Esto implicó la eliminación del equipo de radio de fabricación estadounidense, el receptor GPS y las antenas, así como todo el cifrado y el sistema de control de vuelo.
En lugar de eliminar laboriosamente componentes de software individuales, los técnicos optaron por realizar una “desinstalación de hardware”, eliminando todos los discos duros que contienen software sensible fabricado en los EE. UU.
“La pregunta es qué haría un comprador con un avión desmantelado”, dijo Thomas Wiegold, un periodista alemán que dirige el sitio web de defensa Augen Geradeaus. “Sin navegación por GPS y, en particular, sin sistemas de control de vuelo, el dron difícilmente podría volar”.
Andrej Hunko, uno de los legisladores del Partido de la Izquierda que envió preguntas al gobierno, dijo que el drone ahora solo tiene “valor residual”.
“Por lo tanto, la venta recuperará, en el mejor de los casos, una pequeña porción del dinero de los impuestos gastados”, dijo. “Estimo que la pérdida ascienda a varios cientos de millones de euros”.
Hunko, cuyo partido se opone a la vigilancia militar aerotransportada, dijo que las estaciones terrestres del drone aún podrían alcanzar un precio de mercado como para ser vendidas.