En medio de las presiones de la comunidad internacional a Arabia Saudí por el asesinato de Jamal Khashoggi, España rechaza suspender la venta de armas a Riad.
España evita adoptar la línea dura con Arabia Saudí, en el contexto internacional, por el caso del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Desde el Gobierno subrayan que no van a suspender la venta de armas por el impacto negativo que dejaría en las relaciones comerciales del país.
Así, la Moncloa, la sede gubernamental situada en Madrid, la capital de España, rechaza las peticiones, tanto dentro como fuera del país.
El partido Podemos presiona fuertemente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para que, de manera urgente, paralice la venta de armas al reino árabe. Sánchez comparecerá el miércoles ante el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre la autorización a la exportación de armamento a Arabia Saudí.
A la petición de Podemos se suma la iniciativa de Alemania, que ha provocado que aumente considerablemente la presión sobre el Gobierno español. El domingo, Berlín anunció que suspende la venta de armas a Arabia Saudí hasta que no se aclare el caso del asesinato de Khashoggi.
Esta es la segunda vez que España se resiste a suspender la venta de armas a Arabia Saudí. A primeros de septiembre, la ministra española de Defensa, Margarita Robles, anunció la paralización de la venta de bombas debido a las críticas a la campaña militar que realiza Riad en Yemen.
Sin embargo, días después, fue desautorizada por Sánchez, que decidió mantener la entrega de las 400 bombas de precisión y las cinco corbetas. Sánchez rectificó la decisión, supuestamente, para no comprometer la construcción de las corbetas encargadas por Arabia Saudí en la Bahía de Cádiz y para no poner en riesgo los miles de empleos que dependen de ello en los astilleros de la empresa española Navantia.