Singapur presentará una carta de solicitud a los Estados Unidos para la compra, añadiendo que “Singapur tiene el respaldo tanto de la administración de los EE.UU. como del Departamento de Defensa para la propuesta de compra del F-35”.
El ministro de Defensa de la nación del sudeste asiático, no ha revelado qué versión del F-35 será comprada, aunque si ha confirmado que no será la “versión portaaviones” del F-35. Igualmente, se sabe que el precio unitario del avión “oscila entre 90 y 115 millones de dólares estadounidenses”.
Los precios son los respectivos precios unitarios de la versión convencional de despegue y aterrizaje del F-35A y la versión de aterrizaje vertical y despegue corto del F-35B bajo el último contrato LRIP 11 firmado en septiembre del pasado año 2018 entre el DoD y el fabricante Lockheed Martin.
Reportes anteriores sugirieron que la nación insular con escasez de tierra está interesada en el F-35B por su capacidad para operar desde pistas cortas.
El Ministerio de Defensa de Singapur, ha aclarado que “continuará trabajando con el Departamento de Defensa de Estados Unidos para optimizar los costos de operación y mantenimiento”.
Singapur cuenta actualmente con una flota de 60 F-16C/D Bloque 52/52+ Fighting Falcons y 40 F-15SGs de Lockheed Martin que quiere sustituir con los F-35.
Esta adquisición sería similar a la estructura de compra que Singapur adoptó para sus F-15 y F-16, con el país manteniendo actualmente una unidad de entrenamiento conjunta de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la República de Singapur para cada uno de esos tipos de aeronaves en Estados Unidos, compuesta por personal de ambos países, en Idaho y Arizona respectivamente.
Es imprescindible para cualquier nación, pero más aún para Singapur, tener capacidad de respuesta aún después de un ataque sorpresa que pudiera destruir las pistas de aterrizaje con bombas AP, y deje sin posibilidad de operar a los aviones convencionales. De nada sirve poseer aeronaves de combate de última generación si no son protegidos por abrigos reforzados y una red de alerta temprana y defensas AA capaces y efectivas. Aún con todo ésto, un posible ataque sorpresa que anule las defensas y destruya las pistas (si no los aviones protegidos en refugios), dejaría al país agredido sin capacidad de respuesta, o disminuida grandemente. Ésto ha sido demostrado en guerras anteriores. Pero para un país como Singapur, con una superficie tan pequeña y escasos aeródromos, ésta posibilidad se incrementa exponencialmente. Es por ello que seguramente Singapur se interese por la versión F-35 B, que posee capacidades STOVL similares al Harrier, primer exponente operativo de tal concepción.