El Departamento de Defensa está buscando nuevos proveedores de piezas para el F-35 Lightning II Joint Strike Fighter para reemplazar a los proveedores turcos, en caso de que dicho país quiero continuar con la compra del sistema de defensa de Rusia.
Ellen M. Lord, subsecretaria de defensa para adquisiciones y mantenimiento, mencionó la búsqueda de proveedores alternativos durante una conferencia de prensa en el Pentágono el jueves pasado.
“Los EEUU continúan hablando con Turquía de manera rutinaria”, dijo a los periodistas Ellen Lord, durante una actualización sobre las reformas de adquisición del departamento y los principales programas. “Hemos dejado muy claro que el F-35 y el S-400 son incompatibles. Hemos tenido a Turquía como aliado de la OTAN durante muchos años, también son un muy buen proveedor del programa F-35“.
Lockheed Martin es el principal constructor de fuselajes y Pratt & Whitney fabrica el sistema de propulsión.
De acuerdo con Lockheed Martin, ocho compañías turcas fabrican piezas para el fuselaje, el tren de aterrizaje y las pantallas de las cabinas del avión. Algunos de ellos han estado produciendo piezas de F-35 desde 2004. Por ejemplo, Fokker Elmo fabrica el 40 por ciento del cableado eléctrico y el sistema de interconexión del F-35.
Estas compañías están programadas para producir 12 mil millones de dólares dentro del programa F-35 durante la vida útil del avión, según USNI News.
El Pentágono se ha obligado a encontrar otros proveedores para suministrar piezas, debido a la situación con Turquía, dijo Lord. Catorce países participan en el programa F-35.
Sin mirar el bosque, sino los arboles, es importante notar como la industria aeronáutica latinoamericana (Latam) ha progresado en los ultimos diez años … sin mencionar la hegemonia que representan complejos industrials de grandes instalaciones como Embraer y Fabrica Aragentina de Aviones, podemos ver como Bolivia ensambla aviones de procedencia china y fabrica pos propios con ayuda de este mismo pais … Chile, si bien su Pillan ha entrado en obsolescenia por la falta de criterio ingeneril total de sus fabricantes (poderían estar en ya la generación del Pillan III a chorro) y helicóperos (Cardoen) ha logrado mantener una linea de reparaciones y de partes para otras fabricaciones de Latam … Argentina Colombia Venezuela y Peru destacan con sus Drones de impresionantes característica y lo mismo encontramos en el campo de misiles y helicópteros desarrollados con la unica fuente de fondos privados (la mayor parte de las veces) … logicamente que este progreso estratégico no esta bien visto por los ojos imperials de EEUU pretendiendo tener bajo sus intereses el potencial aéreo Latam y sabotean por esom toda ayuda, sea financiera, o de ingeniería, militar, diplomatica, o tecnologica, para cualquier iniciativa al respecto … un ultimo desmadre imperial es saber del estricto control yanqui sobre el Departamente de Defensa de Canadá, queriendo imponer para el reemplazo de los viejos F-18 de la RCAF, a los desprestigiados F-35 de acuerdo a sus propios intereses financieros y militares … ¿Habrá llegado la hora de decir “basta misters, go back home”?
Seguramente será un duro golpe para la industria aeroespacial turca así como para su economía global, (que está pasando por una crisis monetaria, devaluación incluida) si EE.UU decide retirar a Turquía completamente de la estructura productiva del F-35. Podemos ver claramente cómo éste proyecto “multinacional” es realmente estadounidense de punta a punta. Lockheed es quizá la empresa aeronáutica más innovadora tecnológicamente de la historia de la aviación, produciendo aviones fantásticos, que rozaban los límites tecnológicos (U-2, A-12/SR-71, F-104, C-5, F-22, etc), así como también la más sugestiva, logrando contratos increíbles, como el F-104 G Starfighter (aunque también recurriendo a metodologías escasamente legales, como sobornos). Este abolengo fue aprovechado hasta sus límites por Lockheed-Martin para convencer al Pentágono y a una gran cantidad de países que el proyecto F-35 era tecnológicamente viable y que compartir inversiones desde el inicio produciría grandes beneficios en contraprestaciones industriales, transferencias tecnológicas y economías de adquisición y uso. Eso en los papeles, porque dejando de lado la cuestión del gigantesco costo monetario de ésta aeronave de combate, la propiedad intelectual de todas sus versiones así como sus desarrollos futuros pertenecen a Lockheed-Martin. Su sistema de interconectividad y sensores sólo pueden ser evolucionados, integrados y aprobados por la empresa matriz. El fuselaje, que garantiza el sigilo, incluso es desarrollo íntegramente de Lockheed-Martin. Entonces, por más que terceras naciones hayan intervenido en su desarrollo y destinado enormes sumas de dinero en el avión, y que empresas foráneas sean proveedoras de componentes, el F-35 es estadounidense. Además, su tecnología avanzada lo convierte en material secreto para el Pentágono. De allí la reticencia de entregar el F-35 a un régimen de gobierno como el de Erdogan (por más que se trate de un aliado de la OTAN) que se codea con uno de los principales enemigos de EE.UU (Putin), estableciendo contratos energéticos a largo plazo y comprando sistemas militares altamente complejos (S-400) que incluirían incluso su producción en Turquía. Esto implica asesores técnicos rusos conviviendo en el seno de la FA turca y seguramente las características furtivas del F-35 serían estudiadas en el proceso de adaptación del sistema antiaéreo, y esa información EE.UU no está dispuesta a facilitársela a Rusia. Ese es a grandes rasgos, porque hay muchos otros, el fondo de la cuestión del asunto de los S-400 turcos y su relación con los F-35. Podemos imaginar la fastidia que implica para las empresas turcas perder contratos millonarios que tienen asegurados hace años, y seguramente deben constituir un grupo de presión importante en la política de intereses en el gobierno turco; pero ya hemos visto cómo reacciona el presidente turco ante la oposición, alcanzando algunos rasgos de similitud totalitaria. Seguramente, de no llegar a un acuerdo los gobiernos de UE.UU Y Turquía, el país anatolio quedará fuera del programa F-35 y sus empresas proveedoras serán marginadas. Quizá estas decisiones ralentice por un tiempo la cadena productiva del avión, pues no es tan sencillo encontrar empresas que califiquen en el corto plazo. No se trata de reemplazar una plegadora de aluminio, estamos hablando de procesos productivos que implican un alto nivel tecnológico, certificaciones complejas y costosas y entrenamiento del personal. Pero quizá la mayor incógnita esté en cómo responderá Turquía (Erdogan) a lo que considera una intromisión de EE.UU a su autodeterminación, y seguramente pondrá en tela de juicio su continuidad en la Alianza Atlántica, que es justamente lo que Putin desea.