Pese a lo cliché, la frase nos brinda una real descripción sobre el estado actual por el cual atraviesa el proyecto Pucará II y las probables incidencias que podría tener en el futuro del sistema de armas IA-58 Pucará.
Pese a los rumores y trascendidos bien fundados sobre la posible evolución del proyecto en uno mucho más ambicioso, por ahora lo que hemos confirmado es que el prototipo remotorizado AX-561 (hoy rebautizado OVX-501) avanzará con la finalización de la etapa de ensayos en vuelo. Una vez concluida la misma, y si no surgen mayores novedades, el primer hito consiste en entregar el prototipo remotorizado a la Fuerza Aérea Argentina, cumpliendo parcialmente con las obligaciones que emanan del Contrato 10 (Enero 2010). Cabe recordar que el mencionado acuerdo tenía previsto la recuperación operacional del sarm Pucará así como el desarrollo de una series de prototipos con el fin de solucionar deficiencias e incrementar capacidades. A corto plazo se planificaba la modificación básica en los sistemas de comunicación (8 aviones) mientras que etapas adicionales avanzarían en paralelo, teniendo como objetivo el desarrollo de un prototipo para los sistemas de navegación (aplicable a 8 aeronaves), remotorización (1 prototipo) y para el Sistema Integrado de Navegación y Tiro (SINT) similar al del IA-63 Pampa (1 prototipo).
De los trabajos mencionados, se lograría avanzar con las modificaciones en el sistema de comunicación (FAS 1160A FASE 1A) y con el desarrollo parcial del prototipo con el nuevo sistema de navegación básica(FAS 1160A FASE 1B). Este último, el A-568, fue entregado a la Fuerza Aérea en diciembre de 2016 y lamentablemente sería la unidad que sufrió la doble plantada de motor durante la exhibición aérea realizada en Avellaneda en septiembre de 2018.
¿Que podemos esperar a corto plazo? Por lo pronto se ha confirmado el avance sobre el proyecto que tiene previsto la incorporación de un sistema electro-óptico multisensor perteneciente a la firma cordobesa FixView, empresa que acumula varios años de experiencia en el desarrollo de plataformas giroestabilizadas. Pese a que aún se encuentre en etapa embrionaria, las últimas novedades parecen indicar que se trataría del sistema de la serie FV-300 debidamente adaptado al IA-58 Pucará. Pese a ser un detalle menor, el cambio de matrícula de AX-561 a OVX-501 indicaría que el proyecto avanza por los carriles esperados, por lo que podremos esperar mayores novedades en la próxima semana.
La instalación de una plataforma multi-sensor en el Pucará II traerá lógicos beneficios en cuanto a las capacidades de Inteligencia, Vigilancia, Reconocimiento (ISR) y adquisición de blancos, lo que sin duda se traduce en que el sistema de armas verá potenciada su principal función:el ataque. Tampoco podemos pasar por alto que el proyecto entra en el concepto de dualidad (tan en boga hoy en día), lo cual es un punto a favor, teniendo en cuenta el contexto actual en el cual las Fuerzas Armadas están viendo re-direccionados sus esfuerzos al control de fronteras, apoyo a las FFSS federales, apoyo a la comunidad, etc.
Entrando en el campo de lo probable, también ha trascendido el renovado interés de la Fuerza Aérea Argentina por avanzar con el proyecto inicial de modernización y remotorización previsto en el Contrato 10, aunque con ciertas modificaciones tales como un full-glass cockpit similar al que equipa a los IA-63 Pampa III. Los componentes del mismo son provisto por Elbit Systems e incluye HUD, Sistema Integrado de Navegación y Tiro, tres pantallas multifunción MFD (5″x 7″) OSS, compatibilidad con gafas de visión nocturna, entro otros sistemas.
Pese a que la intención del artículo no es adentrarse en detalles técnicos e históricos (hay muy buen material online publicado en estos últimos días), recalcaremos algunos detalles menores de proyecto pretendido, en especial en cuanto a la remotorización se refiere. Sobre este punto debemos recordar que a inicios de la década de los ochenta, la FMA evaluó la remotorización del Pucará con motores Garrett TPE311-11 con hélices Dosty Rotor de 4 palas. Los trabajos de instalación y las modificaciones realizadas en las barquilla y bancada fueron realizados oportunamente por la compañía californiana Volpar Inc. Esta nueva versión se denominaría IA-66 y por diversas cuestiones técnicas no terminaría por prosperar. Mas cerca en el tiempo y en relación a la actual remotorización, Lockheed Martin Aircraft Argentina SA evaluó cuatro plantas propulsoras para reemplazar a los Astazou XVI-G: Dos de Garrett (TPE331-12-UHR y TPE331-12-B) y dos de Pratt & Whitney (PT6A-60A y PT6A-62). Como es bien sabido, se optaría por el PT6A-62, mientras que los trabajos de adaptación en bancada y barquillas los realizaría IAI.
El germen de la actual modernización se encuentra en las diversas propuestas y análisis realizados por Lockheed Martin Aircraft Argentina SA durante la pasada década, cuando en relación al proyecto FAS1160A, se evaluaron y proyectaron los trabajos para los ya mencionados kits de Comunicaciones FAS1160-1A y de Navegación Básica, componentes críticos y los asociados al cambio de planta propulsora, kit SINT (con base en la utilizada por IA-63 Pampa) y kit de blindaje. Sobre esta última modificación mencionaremos que se evaluó blindar el puesto de piloto/copiloto y las barquillas de los motores con material no metálico del tipo cerámico (Ceradyne), Spectra (Honeywell) y Kevlar (DuPont), todos ellos capaces de brindar protección contra munición 7,62mm.
A simple vista podemos afirmar que lo previsto en el Contrato 10 se trataba de un ambicioso proyecto y que de haberse concretado, habría garantizado la operatividad de los IA-58 Pucará. Las capacidades no estarían lejos de las que hoy se pueden apreciar en los Sierra Nevada/Embraer A-29 Super Tucano. Cuando casi todos considerábamos al Pucará muy próximo a su retiro , la Fuerza Aérea Argentina está dispuesta a apostar por el IA-58 e impulsar su modernización. Se trata de un gran desafío en el actual contexto (tanto en lo técnico como en lo económico) pero cuenta con sus puntos a su favor: las miles de horas trabajo para FAdeA y para las pymes locales (y todo lo relacionado a I+D e impulso a la industria nacional), sumado a que se evitaría la pérdida del sistema de armas sin su debido reemplazo.
El IA 58 Pucará es, prácticamente, único en su especie en toda latino américa y 100 % nacional; además de haber sido un arma utilizada en Malvinas es un aparato que lleva décadas cumpliendo servicio en nuestro país. Este avión puede modernizarse y puede utilizarse eficazmente en el escudo norte, en la lucha contra la droga, hasta inclusive podría tener otras aplicaciones. Teniendo este tipo de aviones en servicio, con posibilidades de hacerlo más competitivo, no sé si era necesario comprar los aviones Texan II de USA, para comprar es preferible comprar otras aeronaves o helicópteros.
Motores, hélices, cañones y ametralladoras, asientos, y casi toda su electrónica son extranjeros
Que bueno serìa que este viejo guerrero se modernice y, aunque sean pocos, ejemplares de su especie puedan mejorar sus capacidades. Creo que este tipo de avión, un guerrero de pura raza, nacido para matar, tiene una gran utilidad para el control de fronteras, sin perder sus garras de combate. Esperemos que este plan prospere y el viejo y querido Pucará siga volando misiones con las escarapelas de la gloriosa FAA.
Pero cuantos guapos Pucará hay para modernizar y en que tiempo?
Escuché que serían 8 naves. Alguien lo sabe?
Interesante propuesta, aunque según reza el artículo, por la magnitud de las modificaciones, algo onerosa para los presupuestos que maneja el ministerio de defensa. La incorporación de blindaje sería una excelente opción para posibles clientes de países “calientes” (con conflictos intermitentes o permanentes) pues incrementaría la posibilidad de supervivencia al toque de armas ligeras defensivas o explosiones cercanas; pero no constituye una necesidad para la FAA. Los motores elegidos tienen el suficiente márgen de potencia como para contrarrestar el incremento de peso y mejorar las prestaciones de carga máxima y velocidad punta, así como una variación de regímenes para incrementar la autonomía y tiempo de patrulla. César se pregunta con buen tino cuántas células quedan pasibles de ser modificadas. El artículo habla de la modificación de hasta 8 aviones (¿incluyendo prototipos?), aunque dependerá de la existencia de células en buen estado. La cantidad de Pucará existentes debe superar holgadamente las 20 unidades, pues luego de la guerra de la Malvinas se fabricó un lote de 30 unidades, haciendo un total de 110 máquinas fabricadas. El problema mayúsculo es su baja estandarización, siendo muchos aviones piezas únicas, de fabricación casi artesanal. Como sea, es un excelente proyecto, y más económico que adquirir AT-6 Wolverines pues los aviones ya están fabricados y de llevarse a cabo el proyecto, tendrán mejores prestaciones que los aviones estadounidenses, con el beneficio agregado de generar horas de trabajo y desarrollos de tecnología nacionales. Queda en el tintero la duda acerca de cuántas máquinas estarán en condiciones de ser modificadas y si el contrato será por 8 aeronaves o se incrementará. De ser exitoso no sería descabellado pensar en convertir al Pucará (II?) en un competidor en el mercado externo.