El vicepresidente del Lockheed Martin Aeronautics Co. y director del programa F-35 Lightning II, Greg Ulmer, máximo responsable desde mediados de marzo de 2018 del desarrollo, producción, mantenimiento y modernización de las tres versiones del F-35 ha lanzado a los cuatro vientos su iniciativa, en un intento por paliar la fama de que es un aparato extremadamente costoso de operar y también por amortiguar un reciente informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) que incide en los importantes problemas que sigue manteniendo el avión y que afectan a la seguridad de los pilotos.

Entre las anomalías más relevantes identificadas se encuentran las limitaciones que sufren los pilotos para volar a alta velocidad, para de esa forma evitar daños en la estructura del aparato y en su recubrimiento anti radar. A ello se unen diversos problemas con la pantalla montada en el casco y con la cámara de visión nocturna, que dificultan los aterrizajes en los portaaviones, así como las altas presiones en la cabina que causan dolores y sinusitis, que algunos pilotos han calificado de “insoportables”.

Los problemas reflejados en el informe de la GAO también se intentan atenuar con el pre acuerdo alcanzado a principios de junio entre el Pentágono y Lockheed Martin para la adquisición de 478 F-35 en tres lotes ‒del 12 al 14‒ por un valor de alrededor de 34.000 millones de dólares, lo que representa la mayor compra en la historia del Departamento de Defensa en cuanto a volumen económico.

Se trata de una adquisición en la que también están incluidos los aviones para las naciones asociadas al programa ‒Australia, Canadá, Dinamarca, Italia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Turquía‒ y las demandas de los países que desean armarse con el F-35 a través del sistema de exportaciones FMS, como es el caso de Israel y Singapur.

Lockheed Martin subraya que “el precio unitario para las tres versiones del F-35 se ha reducido un promedio 15% del lote 11 al 14”, de tal modo que el coste de un F-35A del Lote 13 (2019) “resulta inferior a 80 millones de dólares, incluidos e integrados los sensores y los equipos de designación de objetivos”.

En total, el departamento de Defensa de Estados Unidos planea una adquisición de 2.663 aparatos, de los que ya se han entregado más de 400 unidades, lo que supone mantener las cadenas de producción del F-35 hasta al menos el año 2037.

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