Ministerio de Defensa
Ministerio de Defensa

A menos de un mes de las elecciones primarias en la República Argentina las distintas agrupaciones políticas en pugna se abren juego en la cancha del rosqueo, negociando posiciones de poder, cargos e influencias. Un área que no se encuentra ajena a esta dinámica es aquella que tiene su derruido trono en el Edificio Libertador, el Ministerio de Defensa.

Otrora importante en la historia, hoy se ofrece como un premio consuelo para los partidos o actores con menor aporte relativo dentro de las plataformas electorales. Los recursos millonarios de la cartera se esfuman en un casi 90% de gastos corrientes, liquidando esperanzas de desarrollo, de renovación y de potenciación para cualquier partido político que ocupe su espacio, sea del color que sea.

Sin embargo, en un contexto histórico mundial que parece volver a poner un cierto interés en las cuestiones vinculadas a la seguridad nacional y a la Defensa, sea esto por impacto electoral atento a los neoconservadurismos o por mero cambio paradigmático de las relaciones internacionales, la cuestión militar muestra ciertos indicios de querer colarse en una agenda ya saturada de otra infinidad de temas. Detrás de esta pequeña agenda, fogoneada por años de omisión y desidia, las distintas agrupaciones comienzan a preparar diagnósticos y propuestas a contrarreloj con la intención de ofrecer una mínima base a los distintos proyectos políticos en disputa.

Los mas solidificados en cuanto a desarrollo de grupos de trabajo y posicionamiento en el ámbito de la Defensa se encuentran de ambos lados de la grieta, quienes comparten la característica de haber tenido gente en la función Defensa. Hoy por hoy el debate entre el nuevo oficialismo y la oposición mas representativa se concentra en el dilema continuidad ciega y contrariedad absoluta.

Por el lado del oficialismo, el sector radical entronado el el Ministerio muestra caras largas mientras Jefatura de Gabinete, Oscar Aguad y el pichettismo negocian lugares de poder dentro de la cartera de Defensa. Sin embargo las lineas de trabajo del peronismo oficialista para la cartera no distan demasiado de la gestión radical. La propuesta peronista sigue como eje los lineamientos del consorcio que avanzo en el consenso básico de la Defensa Nacional a fines de la década del 80, Jaunarena por el lado del radicalismo y Miguel Angel Toma por el lado del peronismo. La visión de este sector no deja de posarse sobre las asimetrías de los conflictos, las “nuevas guerras” y el impacto del crimen organizado, el terrorismo o el narcotráfico. Observan la disparidad regional en cuanto a la inversión sobre los instrumentos militares y la necesidad de recomponer la situación argentina descartando las compras de oportunidad.

Por el lado opositor, las agrupaciones con menos intención de voto han salido a buscar el esfuerzo y el compromiso de cualquier referente de área, sin importar sus condiciones o su profundidad académica. En muchos casos, han referenciado a analistas de seguridad, los cuales han tomado roles mixtos, sin tener conocimiento especifico sobre la función de la Defensa Nacional. Había (y hay) necesidad de contar con voluntades que asesoren.

El sector ligado al duo Fernandez-Fernandez tiene la particularidad de contener a sectores de tendencia mas progresista, donde conviven diversos grupos que no logran ponerse de acuerdo sobre el ámbito de la Defensa, y el recién llegado sector del massismo que dentro de su plataforma tiene mucho sustento el sector de la seguridad ciudadana y no necesariamente el de la Defensa. Esta idea colisiona con la obstinada proyección del sector progresista de desarticular toda acción política del oficialismo que supuso relacionar la seguridad interior con sus conceptos de defensa exterior.

Mientras tanto, con una agenda que intenta salir a la luz de los fracasos históricos, los proyectos, las ideas o las iniciativas para el sector que busquen solucionar sus problemas de instrumental y humanos siguen sin aparecer ni en plataformas concretas ni en discursos.

¿Veremos para después de las PASO?

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3 COMENTARIOS

  1. Esperemos que, gane quien gane, se pongan las pilas en el tema de defensa. Lamentablemente la formula F-F contiene a CFK, alguien que en su gobierno hizo lo posible por tener a la defensa en situación de abandono, con muchas promesas rimbombantes y pocas realidades. La defensa debe ser tenida en cuenta y tratada por la clase política, manejada por gente que sepa del tema y no por ignorantes del tema que no aporten a mejorar la realidad del sector de defensa. La verdad, siento ser pesimista sobre el tema.

  2. Gracias mariano por presentar permanentemente estos temas de forma tan clara y contundente, aunque teñidas de una ácida crítica constructiva que acompaño. Lamento pensar que por el momento el interés de la política en general y los políticos en particular pasa por la generación de nuevos espacios políticos carentes de ideologías, cuyo único objetivo es el pragmatismo coyuntural, pretendiendo ser vistos como el instrumento que la sociedad necesita para salir de una crisis que ellos mismos han construido. El intento de éstos “nuevos” espacios políticos, en los que sus actores más visibles son viejos dinosaurios que no saben ni pueden ceder lugares ganados tras décadas de permanencia en el sistema, pareciera ser justamente híper polarizar las próximas elecciones para que el electorado crea que no hay más opciones que la civilización o la barbarie, volviendo a paradigmas de siglos pasados. Ya no hay ideologías que seguir ni acciones que se encolumnen tras ellas, y aunque todos anuncien la unión política y el apoyo mutuo como única manera de salir adelante, cada uno intenta correr la frazada para su lado, mientras la mentada unidad es una especie de cambalache político muy similar a la letra del célebre tango… Quizá las ideologías y las ganas de cambiar al mundo sean cosa del pasado, pero tampoco queda claro que uno sea la civilidad y el otro la barbarie, ni que tampoco exista una híper polarización. Más bien que cada uno son un poco de lo mismo y que va a haber cambalache para rato, así que habrá que llorar mucho para conseguir algo. Lo único cierto es que en ésta suerte de caos político poco lugar hay hoy para pensar en la defensa. Habrá que esperar a que las aguas se calmen y ver hacia qué lado fluyen. Ni los unos ni los otros han demostrado mucho interés por la defensa nacional en el pasado. Mucho menos lo tendarán en los meses próximos. Si se encuentra un rumbo económico que permita un crecimiento que se refleje en el bienestar de la sociedad en su conjunto, podríamos pensar que Defensa podría lograr que sus llantos se trasuntan en cierto interés. Mientras tanto habrá que tratar de luchar para que las FFAA por lo menos sigan existiendo y no desaparezcan confundidas con las fuerzas de seguridad.

  3. Creo que vamos por buen camino y se hace lo que se puede. Hoy no podemos ser prioridad con tantos pobres. Hay que encontrar un equilibrio.

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