El componente tripulado New Generation Fighter (NGF) del Future Combat Air System / Système de Combat Aérien Futur (FCAS / SCAF) desarrollado conjuntamente por Dassault Aviation y Airbus se optimizará para las operacionesen portaaviones desde el principio, le ha confirmado a Jane’s una fuente cercana al programa.
El NGF seguirá un camino de desarrollo similar al de las tres variantes del caza Dassault Rafale, agregó la fuente.
Los ingenieros tomarán en cuenta las lecciones aprendidas de los programas Dassault Étendard, Super Étendard y Rafale para resistencia a la corrosión y compatibilidad con despegues asistidos por catapulta / aterrizajes en cubierta. Durante los apontajes en la cubierta del portaaviones, se infligen grandes cargas sobre el fuselaje al impactar la cubierta de vuelo. La fuente dijo que los caminos a través de los cuales se absorben estos choques y las cargas de impacto deberán diseñarse cuidadosamente.
En el Rafale, se decidió dotar al fuselaje básico de la resistencia requerida para las operaciones en portaaviones, negando la necesidad de mejoras estructurales que serían pesadas y, por lo tanto, limitarían el rendimiento. Aunque es demasiado pronto para especular sobre el diseño final del avión NGF, la fuente confirmó que es probable que se hagan elecciones similares una vez que comience el trabajo de diseño detallado.
La compatibilidad electromagnética es otra limitación importante para los portaaviones, ya que los radares y radios a bordo de barcos generan fuertes señales electromagnéticas. Para resistir esto, los sistemas electrónicos del Rafale están protegidos por un blindaje dedicado y conectores de alta calidad. Todos estos componentes también protegen al Rafale contra el poderoso pulso electromagnético que podría ser generado por una explosión nuclear o una nueva generación de armas de pulso/microondas. El NGF se beneficiará del mismo nivel de protección, dijo la fuente.
Para las operaciones desde portaaviones, el NGF deberá estar equipado con un tren de aterrizaje capaz de absorber una velocidad de descenso de 6,5 m/seg y, como el Rafale, estará equipado con una barra de lanzamiento para la catapulta.
Por Henri-Pierre Grolleau, París y Gareth Jennings, Londres – Jane’s Navy International