Si estallara un conflicto armado entre Beijing y Washington, los misiles balísticos de alta tecnología de China probablemente paralizarían las bases militares y la flota naval de los Estados Unidos en toda la región del Pacífico occidental en cuestión de horas, según dio a conocer un nuevo informe de investigadores, con sede en Australia.
Con China haciendo rápidos avances tecnológicos y agudizando su poder duro, el informe instó a los aliados estadounidenses y regionales como Australia y Japón a revisar la inversión militar y los planes de despliegue, o enfrentar la posibilidad de que la “primacía militar” estadounidense sea socavada por el poder asiático.
El informe de 104 páginas del Centro de Estudios de los Estados Unidos en la Universidad de Sydney evaluó la estrategia militar, los gastos y las alianzas de los Estados Unidos en la región.
La autora principal, Ashley Townshend, dijo a “This Week in Asia” que el cambio en el equilibrio de poder de la región debería ser motivo de preocupación para todos los estados asiáticos, incluidos aquellos que buscan mantener buenas relaciones con ambas superpotencias, ya que les debería interesar disuadir a Beijing de ejercer un “política exterior agresiva”.
Sin embargo, los analistas militares chinos descartaron esa afirmación, alegando que Pekín continúa creyendo que Estados Unidos permanece como el poder superior de la región.
“Respetamos la presencia razonable de los EEUU en el Pacífico occidental, ahora y en el futuro, esperamos que los EEUU sean un jugador responsable en el mundo, incluso en el Pacífico occidental”, dijo Zhao Yi, un ex capitán senior del Ejército de Liberación (PLA por sus siglas en inglés).
Wu Shang-su, también investigador del RSIS, dijo que si bien la capacidad de “negación” de Pekín (interrumpir el uso del espacio por parte de los enemigos) puede haber mejorado en los últimos años, eso no significa necesariamente que haya podido usar esa capacidad para controlar ese espacio.
Wu dijo: “Por ejemplo, para capturar Taiwán, [las Islas Senkaku / Diaoyu] o incluso más lugares, requiere que Beijing establezca el control sobre el espacio aéreo, marítimo y electrónico específico. La potencia de fuego del PLA puede negar el control del ejército estadounidense, pero el primero necesita construir ese control para lograr sus objetivos”.
Uno de los hallazgos más crudos del informe fue sobre la destreza de la fuerza de misiles del PLA. Según los cálculos independientes de los autores, la fuerza china ha desplegado aproximadamente 1.500 misiles balísticos de corto alcance, 450 misiles de mediano alcance, 160 misiles de alcance intermedio y cientos de misiles de crucero de largo alcance lanzados al suelo.
Estos misiles balísticos convencionales son capaces de realizar ataques de precisión en objetivos tan lejanos del continente como Singapur, donde Estados Unidos tiene una importante instalación logística, así como enormes bases estadounidenses en Corea del Sur y Japón.
China también está en posesión de los llamados misiles “asesinos de portaaviones” como el DF-21D, que pueden golpear a los portaaviones estadounidenses en movimiento a una distancia de hasta 1.500 km.
Debido al Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias que Estados Unidos firmó con la antigua Unión Soviética en 1987, se le prohibió el despliegue de misiles con rangos de 500 a 5.500 kilómetros.
Sin embargo, ahora el acuerdo se encuentra finalizado luego de que Estados Unidos se retirará del mismo, alegando el incumplimiento de Rusia. Por otro lado, Washington ha señalado que quiere desplegar estos misiles, o versiones más avanzadas de ellos, en la región de Asia y el Pacífico.