Northrop Grumman ha rechazado una solicitud de Boeing para unirse para desarrollar el próximo misil balístico intercontinental de Estados Unidos, según declaró recientemente Boeing.
Boeing decidió abandonar la competencia de desarrollo del programa Ground Based Strategic Deterrent contra Northrop por un total de USD 85 mil millones, para en cambio ofrecerle a este último la posibilidad de desarrollar el proyecto en conjunto. Sin embargo, Northrop Grumman parece no estar interesado.
“En nuestras conversaciones hasta la fecha, Northrop Grumman ha expresado que no están interesados en asociarse con Boeing para formar el mejor equipo GBSD de la industria”, dijo el portavoz de Boeing, Todd Blecher, en un comunicado. “Nos preocupa cada vez más que la misión de disuasión de la Fuerza Aérea y la seguridad de la nación se verán privadas de la mejor solución: un enfoque comprobado que aprovecha las fortalezas técnicas de ambas compañías y las décadas de experiencia en ICBM”.
En agosto de 2017, Boeing y Northrop superaron a Lockheed Martin para ser los dos competidores finales del programa. Pero en julio de 2019, Boeing tomó la decisión de abandonar el programa, citando en parte, su creencia de que, la adquisición de la compañía de cohetes de combustible sólido, Orbital ATK; por parte de Northrop, le dio a la compañía una ventaja injusta.
La jefa de la división de Defensa, Espacio y Seguridad de Boeing, Leanne Caret, dijo en una carta dirigida a la Fuerza Aérea de los EEUU, que, “el enfoque de adquisición actual le da a Northrop ventajas inherentemente injustas de costos, recursos e integración relacionadas con motores de cohetes sólidos”.
Asimismo agregó, “carecemos de confianza en la imparcialidad de cualquier adquisición que no corrija este desequilibrio básico entre competidores”.
Imagen de portada: Senior Airman Ian Dudley/U.S. Air Force