Según un comunicado de prensa de Boeing, el vuelo de dos horas, fue controlado a distancia por pilotos de prueba, y confirmó el correcto funcionamiento de todas las funciones básicas de vuelo de la aeronave. “La aeronave completó un rodaje autónomo y despegó para posteriormente volar una ruta predeterminada para validar las funciones básicas de vuelo de la aeronave y sus operaciones con la estación de control en tierra”.
El jefe del proyecto de Boeing dijo que era un paso importante para poner el dron en la cubierta de vuelo de un portaviones.
Dave Bujold, Director del Programa MQ-25, ha afirmado “Ver el MQ-25 en el cielo es un testimonio de que nuestro equipo de Boeing y la Marina están trabajando en la tecnología, los sistemas y los procesos que están ayudando a llevar el MQ-25 al portaaviones. Esta aeronave y su programa de pruebas en vuelo aseguran que estamos entregando el MQ-25 a la flota de portaaviones con la seguridad, confiabilidad y capacidad que la Marina de los EE.UU. necesita para llevar a cabo su misión vital”.
James Geurts, jefe de adquisiciones de la Marina, ha dicho “Un contrato de 805 millones de dólares adjudicado a Boeing el pasado mes de agosto cubre el diseño, desarrollo, fabricación, prueba y entrega de cuatro MQ-25, un programa que el servicio espera que cueste alrededor de 13.000 millones de dólares en total para 72 aeronaves”.
El MQ-25 que ha volado es un activo de prueba propiedad de Boeing y un predecesor de los primeros cuatro modelos de diseño de ingeniería previstos en el contrato del año pasado. El modelo “se está utilizando para el aprendizaje temprano y el descubrimiento para cumplir con los objetivos del programa de adquisición acelerada de la Marina de los EE.UU.”.
El Stingray fue una prioridad impulsada por el anterior jefe de operaciones navales de la Marina, el Almirante John Richardson, quien lo vio como una oportunidad para forzar un programa a través del sistema y desplegar una nueva capacidad rápidamente.