Rusia ha enviado 120 misiles tierra – aire a Turquía para su sistema de defensa aérea S-400, dijo una fuente, según los medios de noticias locales.
Rusia y Turquía firmaron un acuerdo en 2017 para que Rusia proporcione su avanzado sistema de defensa aérea, un gran golpe para las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Turquía. Sin embargo, en su momento, Turquía había manifestado interés de adquirir el Sistema Patriot de los EE.UU., lo cual era la intención deseada y esperada de los países aliados de la OTAN, pero una variedad de problemas llevó a una alianza emergente entre Rusia y Turquía, vinculada a las conversaciones de paz para Siria en Astana y también a las afirmaciones turcas de que Estados Unidos apoya a los “terroristas” en Siria. Desde 2017, los dos países también han discutido otros acuerdos militares, y el presidente ruso Vladimir Putin ha apoyado al presidente turco Recep Tayyip Erdogan en dichas controversias.
Erdogan y Putin han forjado un nuevo orden regional en Oriente Medio, acordando un alto el fuego en Idlib en septiembre de 2018 y un alto el fuego en la región kurda del norte de Siria en octubre de 2019, después de que EE. UU. abandonó a sus socios, mayoritariamente kurdos, en la parte de Siria y permitió una ofensiva turca.
Rusia y Turquía ahora están trabajando en un acuerdo con Libia. Mientras Estados Unidos se retiraba y 200.000 kurdos eran expulsados de sus hogares en algunas partes de Siria, Moscú y Ankara pudieron trabajar juntos. El acuerdo del S-400 fue clave, puesto que, aunque los dos países tomen lados opuestos en algunas conflictos en la región, los acuerdos de defensa y los contratos en energía para la construcción de un oleoducto denominado TurkStream, fue lo que ayudó a impulsar las relaciones entre ambos países.
Un informe realizado por el medio de noticias TASS revela la velocidad en que los misiles tierra-aire para el S-400 “fluyen desde Moscú a Ankara”. En el verano del 2019, finalmente llegaron al país los primeros sistemas de defensa aérea, lo que terminó por provocar que EE.UU. amenazará con poner fin al rol de Turquía dentro del Programa F-35 Lightning Joint Strike.
La entrega de los misiles tierra-aire son para que Turquía pueda iniciar con las pruebas y realizar el proceso de puesta en servicio para el mes de abril. Cómo parte del acuerdo del S-400, figura la transferencia de tecnología entre ambos países. Dicha situación plantea un escenario de incomodidad para los aliados puesto que Turquía es también un país miembro. El problema es que Turquía, al usar tanto sistemas de la OTAN y de Rusia, estaría poniendo en riesgo información confidencial de los sistemas de armas de la Alianza.
Un informe realizado por Al-Monitor y The Drive en diciembre de 2019, afirmó que hubo cambios en la tecnología del S-400 para que sea adaptado a Turquía y evitar el traspaso de información, sin embargo, la OTAN continúa insistiendo que a pesar de las modificaciones, todavía se podría filtrar información. La infiltración vendría del uso por parte de Turquía de los aviones de combate F-15, F-16, etc. en coordinación con el sistema S-400.
A modo de ejemplo, muchos especialistas consideran que más allá de la infiltración de información, lo que preocupa a ambas partes (EE.UU, Rusia), es como se vería si un avión de combate ruso fuera derribado por un sistema S-400 que protege a los militares turcos en Idlib, o si por consiguiente, un avión de combate estadounidense es rastreado y posteriormente derribado por el mismo sistema S-400 turco en Siria. Turquía derribó un SU-24 ruso en 2015.
Los informes rusos indican que Turquía firmó un documento de entrega en diciembre de 2019, que inició una garantía de 20 meses para el S-400. Turquía todavía reclama entregas para abril o mayo con el objetivo de poner en funcionamiento el sistema, según el Ministerio de Defensa de Turquía.
El contrato posee un valor de USD 2.5 mil millones. Cuando esté operativo, cambiará el equilibrio estratégico en el Medio Oriente y también llevará a Rusia a lanzar el mismo sistema al mercado, cada vez más en la región y el mundo. Los eventos recientes pueden representar una nueva era de alianza turco-rusa para controlar partes de Medio Oriente, según consideran algunos especialistas.
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La guerra fría se calienta, de hecho nunca dejo de calentarse si hablamos de medio oriente.