Rusia está considerando la posibilidad de negarse a cumplir el Acuerdo de Fronteras Marítimas entre los Estados Unidos y la URSS, que delimitó la zona marítima del Estrecho de Bering. Durante una reunión en el Consejo de la Federación Rusa, se discutió la conveniencia de continuar cumpliendo con dicho acuerdo. Así lo señalo, Konstantin Kosachev, jefe del comité de Asuntos Internacionales.
Según él, los representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, el FSB y la Agencia Federal de Pesca fueron invitados a la reunión, y todos estaban “unidos” en sus posiciones. Pronto se informará oficialmente a la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matvienko sobre la decisión final.
El acuerdo, que se firmó en 1990, no fue ratificado por el parlamento de la Unión Soviética ni de la Federación de Rusia. Esto significa que su aplicación es “temporal”, dijo el Viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Ryabkov.
De conformidad con el artículo 15 de la ley federal “Sobre los tratados internacionales de Rusia”, los acuerdos relativos a las fronteras territoriales, incluida la delimitación de la plataforma continental, están sujetos a ratificación. Sin la ratificación, no tienen fuerza jurídica vinculante, aunque pueden aplicarse con carácter temporal.
La idea de romper el acuerdo y reivindicar de facto parte de la zona económica reclamada por los Estados Unidos fue expresada por Boris Nevzorov, senador ruso de Kamchatka Krai, en octubre del año pasado.
“Al introducir una Zona Económica Exclusiva de 200 millas entre nuestros países en la región de los mares de Bering y Chukchi, que se han solapado durante 1.500 millas, la delimitación del espacio marítimo de acuerdo con la práctica internacional debe hacerse a lo largo de la línea media, equidistante de las costas de los dos países. Sin embargo, debido a la concesión de Shevarnadze, la delimitación de los tramos en litigio se hizo según una línea recta ortodrómica americana”, explicó Nevzorov.
Como resultado, según Nevzorov, Rusia perdió más de 500.000 toneladas de pescado y cangrejo por año, y también perdió el acceso a cientos de miles de millones de dólares en yacimientos de petróleo y gas.
La línea de demarcación temporal también ha sido un obstáculo para el desarrollo de la Ruta del Mar del Norte, señaló: “Cuando un buque nuestro llega con gas, tiene que preguntar a los americanos si podemos pasar, porque en teoría pasamos a través de su Zona Económica Exclusiva. Es completamente absurdo”, concluyó.
Sin duda, semejante declaración, y la aparente retirada del acuerdo continuará tensando las relaciones bilaterales entre ambos países, que ya se encuentran enfrentados en varias cuestiones.
Imagen de portada: AP / Pablo Martínez Monsivais
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Lo que faltaba ,un conflicto limitrofe entre las 2 grandes potencias ,para ahondar mas la crisis mundial y la cercania con un conflicto de proporciones planetarias.Esperemos prime la cordura…