Al final de la IIGM y durante los primeros años de la “Guerra Fria”, la Unión Soviética se encontraba retrasada en muchas areas con respecto a occidente, sobre todo en electrónica y motores a reacción.

La falta de un bombardero estrategico propio, hizo que Stalin ordenara a Tupolev copiar directamente el B-29, utilizando bombarderos que habian aterrizado de emergencia en la URSS. Tras un colosal esfuerzo de ingeniería inversar, el Superfortress entro en servicio con la VV-S como el Tu-4.

Algo similar pasaría con el Lockheed U-2, que constantemente burlaba las defensas soviéticas a mediados de los 50. Al derribar el primer ejemplar, la URSS intento desarrollar una copia local, lo cual finalmente sería desestimado.

Por otro lado, países como Checoslovaquia intentaban reconstruir su industria aeronáutica, por lo que comenzó completando los BF-109 y Me-262 que habían quedado sin completar en su planta de AVIA.

En los tres enlaces de abajo repasamos el desarrollo de estos proyectos:

AVIA S-92 TURBINA, el Me-262 checoslovaco

Beriev S-13, la copia soviética del Lockheed U-2

Tupolev Tu-4, el Superfortress soviético

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