Ha trascendido en Santiago, que los familiares de las 38 personas que viajaban en el avión de transporte militar C-130R Hércules de la Fuerza Aérea de Chile, siniestrado a principios de diciembre pasado mientras sobrevolaba el Mar de Drake en ruta hacia la Antártica, han exigido al gobierno que se reinicie la rebusca de los restos de los fallecidos con medios técnicos submarinos. Asimismo, los familiares de los desaparecidos también exigen que se profundice la investigación sobre las causas y circunstancias de la tragedia.
Las demandas fueron planteadas en una reunión reservada, sostenida el pasado martes 28 de enero por representantes de los familiares de los desaparecidos con autoridades de gobierno. En la ocasión, los familiares se quejaron por la escasa y poco regular información provista por el ministro de Defensa, Alberto Espina, y por la falta de una operación de rebusca y recuperación de los restos de los desaparecidos y el avión con medios especializados oceanográficos y submarinos, subrayando que la búsqueda de superficie ya aportó todo lo que era posible y está ahora agotada.
Los familiares criticaron al Ministerio de Defensa por lo haber considerado una alternativa externa para cubrir la falta del buque oceanográfico Cabo de Hornos, que posee los avanzados equipos necesarios para ubicar los restos, pero que está en reparaciones. Solicitaron que, como corrección a la situación, se convoquen o contraten los servicios de navíos especializados de una Marina de otro país o de una empresa privada extranjera, para hacer efectiva la recuperación de restos humanos y materiales, que estarían en el lecho del mar a una profundidad de 4.000 metros.
Al respecto, fuentes cercanas a la Armada de Chile en Valparaíso, que respondieron una consulta de Zona Militar a condición de anonimato, advirtieron que, por un conjunto de razones ambientales, es poco probable que se logre recuperar más restos de las personas fallecidas. Pero si confirmaron que, con el equipo adecuado, podría ubicarse y recuperarse muchas partes del avión siniestrado y su carga, lo que permitiría avanzar en la investigación de las causas de la pérdida de la aeronave.
La falta de avance en la investigación del siniestro fue otra de las quejas de los familiares en la reunión. Acusaron que no conocen aún el nombre del oficial de la FACH que autorizó la partida del Hércules C-130 desde Punta Arenas, y que la institución militar tardó dos semanas en entregar el manifiesto de la carga que llevaba la aeronave al fiscal Eugenio Campos, quien encabeza la investigación. Esto último ha alimentado sospechas de que la carga que llevaba el avión, que habría caído por efecto de un evento catastrófico inesperado y rápido, sin tiempo para activar la señal de emergencia, pudo haber estado cargado de elementos peligrosos o explosivos.
Otra causa alternativa plausible que explicaría el siniestro es que los sistemas de gobierno del C-130, o sus superficies de control servo-mecánicas, hayan quedado inhabilitados por una súbita falla eléctrica, provocando que se precipitará fuera de control.
La familia del fallecido coronel de Ejército Cristián Astorquiza, una de las tres víctimas del siniestro que pertenecían al Ejército de Chile, presentó el pasado 22 de enero la primera querella judicial contra quienes resulten responsables de la pérdida del KC-130R. La querella se fundaría en que el avión y otros del mismo lote de fabricación, tendrían un historial de problemas técnicos, tanto durante su operación en los EE.UU. como en Chile. Otros familiares de víctimas estudian recurrir judicialmente en la misma forma.
La FACH posee dos C-130H adquiridos nuevos a principios de los 1970s, un C-130B sobreviviente de cuatro aparatos del mismo tipo cedidos a principios de los 1990s por los EE.UU., y tres KC-130R adquiridos de segunda mano de excedentes de los EE.UU. en años recientes. Está prevista la incorporación de dos C-130E de segunda mano, también provenientes de excedentes del Pentágono que, sin perjuicio de su capacidad general de transporte, serán modificados para su empleo en lucha contra incendios forestales.
El KC-130R Hércules matrícula 990 de la FACH (USMC entre 1978 y 2009, adquirido por Chile en el 2014) se perdió en la tarde del 9 de diciembre del 2019. El contacto con el avión se perdió mientras esté sobrevolaba el Mar de Drake. El Hércules, que se dirigía al aeródromo “Teniente Rodolfo Marsh” en la Antártica, había partido desde la Base Aérea de Chabunco en Punta Arenas, llevando 38 ocupantes que, salvo algunos funcionarios del Ejército (3) y civiles (3), eran mayoritariamente tripulantes y otros funcionarios de la FACH (32).
A las operaciones de rebusca por parte de las FF.AA. y particulares de Chile se sumaron elementos aéreos, satelitales y navales de la Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Reino Unido, Estados Unidos, Israel y España. El 12 de diciembre se localizó el lugar donde la aeronave siniestrada cayó al mar, y se comenzó a recuperar restos humanos y materiales.
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