Ya en 2018, Rusia transfirió los sistemas de misiles antiaéreos S-300 a Siria para fortalecer la defensa aérea del país. Sin embargo, hasta el día de hoy, Siria está siendo objeto de ataques por parte de aviones israelíes, pero no ha habido informes de que la Fuerza Aérea israelí pierda ningún avión durante sus ataques contra Damasco.
Hubo otro incidente con la defensa antiaérea siria el 6 de febrero. Cuatro aviones de combate israelíes F-16 atacaron las afueras de Damasco sin ingresar al espacio aéreo sirio. La defensa aérea de Siria disparó misiles en respuesta y casi derribó un avión Airbus A-320 que volaba por la ruta Teherán-Damasco ( con 172 personas a bordo) cuando se acercaba para aterrizar en el aeropuerto de Damasco. Fue solo gracias a los controladores de tráfico aéreo, que redirigieron el avión a un aeropuerto auxiliar, que se evitó una catástrofe.
La Fuerza Aérea Israelí ataca regularmente a Siria. ¿Pero qué pasa con los S-300 rusos?
Aquí surge la inevitable pregunta de por qué Rusia envió los sistemas antiaéreos a Siria en primer lugar, si los aviones israelíes pueden surcar la dicha defensa aérea y atacar a Damasco y las tropas iraníes en Siria.
Algunas teorías
Existen diferentes teorías sobre el destino de los S-300 rusos en Siria. El experto australiano Richard Frank afirma que el ejército israelí ha aprendido a eludir los sistemas antiaéreos rusos. Los expertos rusos, por otro lado, rechazan tales afirmaciones como un intento occidental de menospreciar la efectividad del armamento ruso.
Vale la pena señalar que los aviones israelíes evitan ingresar al espacio aéreo sirio y atacan el territorio sirio desde el espacio aéreo libanés, por ejemplo. Es por eso que las manos de Damasco están atadas. Si los sistemas antiaéreos de Siria derribaran un avión israelí en el espacio aéreo libanés, Damasco podría ser retratado como el agresor, lo que ciertamente no necesita en medio de la situación política actual.
Los factores topológicos y geográficos también juegan un papel importante. Los aviones israelíes normalmente atacan objetivos en Siria desde el valle de Beqaa, que está protegido por montañas por todos lados. Literalmente aparecen inesperadamente desde detrás de las cadenas montañosas y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos después de desatar sus ataques. Se ha comentado, a modo de burla, que los pilotos de las FDI “ya están de vuelta en la base bebiendo café, mientras que las tripulaciones antiaéreas sirias están buscando un objetivo en el cielo”.
Otra teoría que ha circulado en los medios de comunicación es que los soldados sirios no están calificados para operar y mantener sistemas tan complejos como el S-300. Sin embargo, Damasco ha tenido tiempo suficiente desde que llegaron los sistemas para dar a sus tropas el entrenamiento necesario.
Una teoría más interesante es que los S-300 se desplegaron mal en terreno montañoso, lo que impide significativamente su funcionamiento efectivo. Como resultado del mal despliegue, los aviones de guerra electrónica israelíes han podido acercarse a los sistemas y crear interferencias para proteger el avión de ataque.
Por lo tanto, es posible que los S-300 simplemente no se usen contra los aviones israelíes que ataca objetivos en Siria desde el espacio aéreo libanés. Si es así, la efectividad o la ineficacia de los sistemas antiaéreos rusos no se pueden evaluar con precisión. Esto se ve agravado por el hecho de que, además de los factores militares y tecnológicos, hay un factor político; y es que Rusia afirma mantener relaciones especiales con Siria e Israel, y pretende mantener los canales activos de comunicación militar con ambos. Limitando así el desempeño del S-300 para evitar derribar un avión israelí.
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Este es un tema de estudio y análisis. Los operadores árabes no se caracterizan por su eficiencia. Las baterías sirias, bueno, puede que los israelíes le hayan encontrado la vuelta para neutralizarlos con medidas de EW. Con respecto a los S-400, son del estado ruso. No creo que los rusos se jueguen a derribar aviones israelíes por las consecuencias que esto traería para las relaciones con el estado hebreo. En otras palabras, puede que no derriben aviones israelíes no porque no puedan, sino porque no quieren. De todas formas, entran dudas.