Un nuevo RQ-4 Global Hawk, avión de vigilancia no tripulado de largo alcance, arribó a Corea del Sur esta semana y fue anunciado por el embajador de EE.UU. en el país, Harry Harris, este domingo.

El embajador felicitó al equipo de Cooperación de Seguridad de los EE. UU. y a la República de Corea por llevar a cabo con éxito la entrega del Global Hawk al ROKAF está semana.

Sin embargo, y a pesar del entusiasmo del embajador en dar conocer la noticia, el anunció no fue bien recibido en Seúl. Aparentemente el país quería mantener en reserva ciertas entregas militares por considerarlas “delicadas”.

Según una fuente militar anónima de Corea del Sur citada por Yonhap, la “postura básica de Corea del Sur es que no divulgamos tales cosas por razones de seguridad“. Y agregó que “Global Hawk es un activo clave de vigilancia, pero entendemos porque el público posee un gran interés en él”.

En un análisis sencillo, podemos entender porque Corea del Sur desea mantener oculta la entrega del sistema de vigilancia RQ-4, y es que la misma podría provocar el disgusto de Corea del Norte, y el gobierno surcoreano ha repetido en varias ocasiones que quiere priorizar las relaciones bilaterales intercoreanas.

Lo mismo sucedió el año pasado cuando Harris volvió a tuitear sobre las entregas de los F-35A a la ROKAF, a pesar de que el gobierno de Corea del Sur había llevado a cabo las negociación y las entregas con suma discreción. Luego del tuit, Corea del Norte realizó varias pruebas de misiles balísticos alegando su descontento con la compra de los aviones de combate de quinta generación por parte de Corea del Sur.

Fabricado por Northrop Grumman, el RQ-4, es un avión no tripulado de gran altitud y larga duración, diseñado para misiones de vigilancia y reconocimiento que utiliza una gama de sensores, incluido un radar de apertura sintética de alta resolución. El RQ-4 es conocido por su capacidad de vigilar grandes áreas de terreno en un solo vuelo, incluidas áreas de hasta 100.000 kilómetros cuadrados, lo que es aproximadamente el tamaño de Corea del Sur. Y es precisamente dicha de cubrir vastas áreas, lo que podría inquietar a Corea del Norte.

Imágenes cortesía de Northrop Grumman

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