Dentro del grave contexto de pandemia que nos toca vivir, que pone de manifiesto el impacto nefasto que genera el virus dentro del tejido social, mostrando sus vulnerabilidades, a lo largo y ancho del globo la dinámica estatal viene ofreciendo el principal vector para generar pautas de relacionamiento y controles con la intención de limitar la expansión de infectados. Detrás de estas actividades se dinamiza un relato que a través de la comunicación busca incidir en la sociedad apuntalando determinados mensajes ligados a conductas, restricciones, sanidad, etc.
La pandemia ofrece espacio para que se desarrollen campañas masivas propagandisticas, tan intensas como lo son durante un estado de guerra. Es indudable que si bien los efectos de una guerra convencional son ampliamente distintos a los de una pandemia, algunas caracterÃsticas de la relación entre Estado y ciudadano durante ambos escenarios son similares: se busca un alto grado de acatamiento y de entendimiento de las acciones institucionales con el fin de limitar el alcance del enemigo y maximizar el alcance de las acciones propias.
Dentro de este contexto no hay una sola institución que coopere con las estrategias oficiales de una Nación que no se pliegue a brindar sus propios mensajes desde su propia naturaleza y actividad. Contribuyendo con los lineamientos propuestos por el Estado, las distintas instituciones u organizaciones adaptan el mensaje y le adosan sus particularidades y caracterÃsticas institucionales: se pliegan asà a visibilizarse. Es de esta forma que consolidan la importancia de su actividad dentro del contexto critico en el que vivimos. Farmacias, supermercados y otros dentro de rubros comerciales, hasta sistemas de salud, fuerzas de seguridad y, desde ya, el instrumento militar de un paÃs que apuntala su esfuerzo en instalar hospitales de campaña, realizar tareas logÃsticas indispensables, realizar patrullas de observación, instalar cocinas de campaña, fabricar respiradores y material sanitario, entre otras cosas.
El apoyo al mensaje del Estado también viene siendo objeto de la actividad comunicativa de las distintas fuerzas armadas alrededor del mundo. En ese sentido, el instrumento militar ha re adaptado el mensaje de sus campañas de relacionamiento publico con el contexto critico del COVID-19. Desde ya que esto se visibiliza a través de la propagación de mensajes planificados que buscar captar la atención de la agenda y de esta forma solidificar la importancia que tienen las misiones subsidiarias de las fuerzas para situaciones criticas como la actual. Detrás del sistema sanitario per se, la estructura militar se muestra como la mas versátil para contrarrestar un embate masivo como una epidemia.
Detrás del sistema propagandÃstico con ribetes militares, hay uno que viene llamando la atención por la elocuencia del mensaje: la adaptación que viene realizando el instrumento militar estadounidense de la vieja propaganda de guerra utilizada durante la II Guerra Mundial.
A través de las icónicas imágenes que fueron vectores de apoyo industrial, sanitario y económico durante los años de la guerra, algunas instituciones militares de los EE.UU. han avanzado en su edición para adaptarlas al “enemigo invisible” del coronavirus.
Los mensajes apuntan al publico interno y externo. Por un lado buscan contribuir a reforzar el mensaje que busca transmitir el Estado, pero por otro lado apuntalan ciertos mensajes o valores que la institución quiere transmitir: apoyar a su personal que se encuentra en la “linea de fuego”. Persuadirlos a utilizar elementos sanitarios para que se cuiden del virus o que mantengan distancia social, etc.
Sin duda las imágenes han logrado captar el interés del publico, no solamente hacia el interior de sus Fuerzas Armadas, sino hacia el exterior
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