La Guerra del Chaco, que enfrentó a Paraguay y Bolivia entre los años 1932 y 1935, fue poco estudiada y difundida, tal vez por su cercanía en el tiempo con la Segunda Guerra Mundial y por desarrollarse en territorios ajenos a la influencia de las principales potencias de entonces, sin embargo, fue el conflicto bélico más importante de América durante el siglo XX, por su duración, la magnitud de tropas enfrentadas, la cantidad de bajas sufridas y los recursos empeñados, dejando exhausta la economía de ambas naciones.
Las causas profundas devienen de la época colonial y la falta de una demarcación clara entre instituciones administrativas virreinales sobre un territorio inhóspito y deshabitado, que especialmente para Bolivia adquirió valor estratégico a partir de perder su salida al mar como consecuencia de la derrota ante Chile en la Guerra del Pacifico (1879-1883), fue entonces que llegar a las costas del rio Paraguay le hubiera permitido tener una salida al océano Atlántico. También se relacionó el conflicto con intereses de compañías petroleras rivales que pretendían extraer los recursos existentes en la región.
En este conflicto se empleó la incipiente arma aérea, se realizaron importantes movilizaciones de tropas y se desplegaron tanques, artillería, morteros, ametralladoras y fusiles como nunca se había visto en este continente, sin embargo, lo más novedoso fue el empleo práctico de la guerra de maniobras, concepto desarrollado luego de la Primera Guerra Mundial y absorbidos por el más destacado conductor de la contienda, el Mariscal Estigarribia.
La zona de conflicto
La región del Gran Chaco es una unidad fitogeográfica que se desarrolla en el centro-sur de Sudamérica y que ocupa gran parte del norte argentino y la zona limítrofe entre Bolivia y Paraguay; la guerra se desarrolló en la subregión denominada Chaco Boreal cuyos límites son: Al sur el río Pilcomayo, que a su vez es el límite natural con la República Argentina, al norte las Sierras de Santiago, al este el río Paraguay y al oeste el río Parapití.
El Chaco Boreal es una gran llanura con mínimo declive, existen algunas elevaciones y extensas zonas deprimidas que durante las épocas de lluvias se transforman en grandes bañados y esteros, se divide en dos zonas bien diferenciadas, el Chaco Húmedo al este y el Chaco Seco al oeste.
El Chaco Húmedo se caracteriza por extensos palmares, altos pastizales, selva en galería e islas de bosques rodeados por bañados y esteros que dificultan la transitabilidad, existían pequeñas poblacionales conformadas sobre la base de fortines que le daban seguridad a los emprendimientos forestales de tanino y las incipientes colonias agrícolas menonitas, esta era la región controlada por Paraguay al inicio de las hostilidades.
El Chaco Seco, es un desierto árido, revestido por monte bajo y espinoso, en la temporada de lluvia estival, los escasos y maltrechos caminos se transforman en un lodazal infranqueable, en la estación seca, el fino y penetrante polvo queda flotando en el ambiente como nubes, que afecta principalmente los pulmones y los filtros de aires de todo vehículo motorizado, habitada escasamente por pequeñas tribus de aborígenes, esta región era controlada mayormente por los bolivianos que habían diagramado su penetración con una extensa red de fortines de oeste a este, los más adelantados se encontraban a 500km de sus bases en las sierras bolivianas y su objetivo era llegar hasta el rio Paraguay.
En toda la región las condiciones sanitarias eran pésimas, pululaban las serpientes venenosas y las enfermedades infecciosas como el mal de Chagas, la malaria, el escorbuto, el cólera, la fiebre amarilla y todo tipo de enfermedades producidas por ácaros y artrópodos produjeron numerosas bajas, sumado a esto la deficiente alimentación y la falta de agua que provocaba la consecuente sed y peor aún era la falta de este líquido para la tarea más esencial de higienizar las heridas infectadas y putrefactas por gusanos.
Los fortines bolivianos más adelantados se unían a la estación ferroviaria más cercana, ubicada en Tarija, a través de 1.200 kilómetros de carreteras muy precarias y no siempre operables, su movilización demandaría entre 60 y 90 días, mientras que las fuerzas paraguayas usaban como principal vía de transporte el río Paraguay hasta Puerto Casado y desde allí por ferrocarril de una sola vía de 160 kilómetros de largo hasta llegar a Villa Militar, este lugar constituía la principal base logística, a partir de allí la distribución se hacía en camión por precarias carreteras, con estos medios su movilización solo demandaría entre 10 y 30 días.
Acontecimientos que precedieron a la Guerra
En el momento de la guerra, el pueblo paraguayo constituía un grupo étnico homogéneo, por su acertado mestizaje hispano-guaraní, en contraposición, el pueblo boliviano tenía una marcada diferencia entre clases sociales, su dirigencia casi no se había mezclado con los naturales del altiplano. Ambos poseían buenos soldados, rústicos y sobrios, sin embargo, a los habitantes de la montaña les costó adaptarse al desierto espinoso con temperaturas extremas y sin horizonte visible en la enmarañada vegetación.
Bolivia con una población cercana a los 3.000.000 de habitantes, tenía una economía fuerte basada en su riqueza minera y poseía un Ejército organizado e instruido en la doctrina alemana, con material de primera línea, para equipar a 50.000 hombres, con aviones, tanques y artillería moderna para la época, poseía reservas instruidas, sin embargo, carecía de una conducción superior idónea.
Paraguay con una población que no llegaba al 1.000.000 de habitantes, tenía una economía reducida a sus recursos agropecuarios, su organización militar era deficiente, al momento de iniciar la contienda escasamente podía organizar dos divisiones de 5.000 hombres, con escaso material bélico de primera línea, su sistema de movilización no estaba desarrollado convenientemente, sin embargo, se había preocupado en instruir a sus oficiales superiores, quienes regularmente se capacitaban en Europa.
El Ejército Boliviano, desde principios del Siglo XX y con la intención de ocupar efectivamente el Chaco, inicio la penetración de oeste a este por cuatro vías: La primera partía de Villa Montes en las serranías y se introducía en el Chaco a caballo del río Pilcomayo, fuente principal de agua, pasaba por Guachalla, Ballivián, Muñoz y Sorpresa. La segunda y tal vez la más importante, arrancaba en Ñaicoranza, seguía por Boyouibé, Carandaity, Algodonal, Villazón, Yrendagüe, Garrapatal y Camacho. La tercera arrancaba de Charagua, cruzaba el río Parapití, pasaba por 27 de noviembre, Ingavi, Madrejon y terminaba en los fortines Florida y Pintos. La última vía partía desde Santa Cruz de la Sierra costeaba las Sierras de Santiago, tocando Roboré y desembocaba en Puerto Suarez, frente al límite con Brasil y desde allí bajaba hasta Vanguardia.[1]
La Guerra del Chaco estuvo precedida por acontecimientos y disputas que se dieron inicialmente en el terreno diplomático, posteriormente esta situación se agravó con la penetración del Ejército Boliviano en el desierto chaqueño, en 1927 se produce el primer choque en proximidades del río Pilcomayo donde en un confuso incidente es muerto el Teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva, un año después un destacamento detuvo a una patrulla boliviana compuesta por altos jefes en proximidades de Bahía Negra y cuatro meses más tarde Paraguay toma el Fortín Vanguardia, se produjeron entonces movilizaciones en ambos países pero no se llegó al choque armado, ante el agravamiento general de la situación se creó una Comisión de Neutrales para la firma de un Pacto de No Agresión, de esta forma se desescaló la confrontación manteniéndose el Statu Quo existente.
Laguna Pitiantuta, el incidente desencadenante
En diciembre de 1930 un cacique de la zona llevó la noticia a los paraguayos, de que diez hombres habían llegado hasta la laguna Pitiantuta, extensa aguada ubicada en medio del desierto y que era conocida únicamente por los naturales de la región, pocos días después, el General Belaieff, ruso blanco al servicio del Paraguay, salió de Puerto Casado con una pequeña partida exploradora y estableció, en marzo de 1931, un fortín al este del espejo de agua que tenía una importancia estratégica para el despliegue de fuerzas en dicha zona.
Bolivia que preveía un pronto arbitraje por parte de la Comisión de Neutrales, para delinear las posesiones de cada país en el Chaco, le dio suma importancia al rápido control de la laguna y destinó una pequeña fuerza para desalojar a los pocos ocupantes del lugar, acción que sucedió el 15 de junio de 1932 y produjo la muerte del Cabo Oliborio Talabera, la reacción de Paraguay no se hizo esperar y Estigarribia destacó un Batallón del Regimiento de Infantería 2 “Itororó” a órdenes del Capitán Abdón Palacios que recuperó el sitio el 16 de julio, luego de un breve combate.
Ante esta situación Bolivia protesto enérgicamente en la Comisión de Neutrales y se sintió con el derecho de tomar represalias, actitud que realizó inmediatamente con la toma de los Fortines Toledo, Corrales y Boquerón en la última semana de julio, esta acción volvió irreversible la escalada bélica y provocó una fuerte manifestación popular tanto en La Paz como en Asunción.
Estigarribia, el hombre y sus circunstancias
Cuando se produjo el incidente en laguna Pitiantuta, el Comandante Regional del Chaco paraguayo era el Teniente Coronel José Félix Estigarribia, de pequeña estatura, modo apasible e introspectivo, provenía de cuna humilde, inicialmente se formó como ingeniero agrónomo, comenzando su carrera militar en 1908, realizó la escuela de perfeccionamiento para capitanes en el Ejército de Chile, posteriormente es enviado a Francia donde se gradúa en la École de Guerre, fue discípulo de Foch, recibió el influjo de las ideas europeas y la doctrina francesa, en sus biblioteca personal, además de ser actualizada y muy profesional para la época, figuran autores como Clausewitz y Lidell Hart[2], con ideas claras en cuanto a la moral de la guerra y el aprovechamiento del espacio durante la ejecución de las maniobras; previo al inicio del conflicto Estigarribia había recorrido el chaco, a pie, a caballo, en carreta, en camión y en tren lo que le dio un acabado conocimiento del terreno.
[1]Sienra, Alejandro. La Guerra del Chaco, su Conducción Estratégica. Imprenta Militar, Asunción, 1980. P. 57.
[2]Biblioteca personal del Mariscal Estigarribia consultada por el autor.
Te puede interesar: Un cañón y un tractor en la oscuridad de Malvinas
Excelente, los aliento a que continuen con las etapas y secuencias hasta el final del conflicto. gracias
Muy buena, nota, una guerra olvidada.
Felicitaciones.
Exelente conocer la historia nos permite tener un acotado punto de vista
Excelente articulo, se conoce muy poco sobre este conflicto…Muy buena idea
Excelente nota de una guerra muy poco conocida…ojala puedan publicar sucesivos artículos de las diferentes fases de la guerra.
Excelente trabajo sobre la guerra del chaco. Hay que seguir publicando sobre este tema, y sobre la participación argentina en el conflicto.
Interesante articulo de una guerra contemporanea de la que poso se sabe
En la fotografía en la que está el General Belaieff, quien posa a su lado (al centro) es el médico Argentino, voluntario en la guerra del Chaco, el Dr. Carlos De Sanctis, médico Rosarino, quien actuó con el grado de Capitán de Sanidad, en el ejército Paraguayo.
Esto como se lee, es solo una parte de ésta auténtica tragedia sudamericana.
Mi padre fue combatiente en esa guerra en un ambiente realmente atroz donde un litro de agua era oro puro. Justamente él, relataba que en momentos de faltante del líquido y con temperaturas caniculares, se distribuían por día 2 jarros de aluminio(200cm3) para la tropa y 1 jarro para los oficiales, como papá.
Disentería, tifus, fiebres intensas eran moneda corriente.
Espero ver más capítulos.
Los paraguayos han demostrado una valentía sin límites, siempre han luchado en desventaja, como en la guerra contra la vergonzosa Triple Alianza
Para ver un poco el tema desde una perspectiva histórica y tratando de ser imparcial, quiero comentar que tengo un libro escrito sobre los Prisioneros Bolivianos de la Guerra del Chaco. Como se dice en varios comentarios, guerra casi desconocida en La Argentina.