Lockheed Martin, citando retrasos en la cadena de suministro causados por la pandemia COVID-19, dijo que ralentizará la producción de aviones de combate F-35 y no cumplirá con las entregas.

La producción en su instalación de Fort Worth, Texas, se reducirá a partir de la próxima semana, y su objetivo de entrega planificado de 141 aviones en 2020, probablemente será de 18 a 24 unidades menos.

La compañía pasará a un cronograma de producción ajustado en el que sus 2.500 empleados de Forth Worth se dividirán en tres grupos, donde cada grupo trabajará durante dos semanas, seguido de una semana de receso, según anunció la compañía en un comunicado oficial esta semana.

Después de una rotación de tres semanas, Lockheed planea evaluar y hacer ajustes a su nuevo horario. La línea de producción se moverá más lentamente, se establecerá un ritmo de trabajo más lento y se preservarán las capacidades del taller, agregó el comunicado.

“Estos son tiempos difíciles, pero manejar desafíos difíciles es parte de nuestra expertise“, dijo Michele Evans de Lockheed Martin. “El horario de trabajo alternativo mantiene el conjunto de habilidades especializadas de los empleados y nos brinda la oportunidad de ajustar nuestro flujo de trabajo para tener en cuenta los retrasos de los proveedores debido al COVID-19”.

La compañía reveló por primera vez el posible retraso en las entregas de los F-35 en abril, citando a los proveedores de componentes que se ralentizaron por órdenes del gobierno de suspender las operaciones debido a la pandemia.

Greg Ulmer, vicepresidente del programa F-35 de Lockheed Martin, dijo esta semana en una conferencia telefónica, que “los trabajadores de la línea de producción hacen todo el esfuerzo posible en cada sección del avión, pero tienen que esperar a que lleguen piezas de todas partes del mundo”.

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