El mundo de lo militar tiene sus particularidades, no es novedad. Sus formas, estructura, naturalidad del secretismo y su comunicación interna y externa lo convierten por momentos en un ámbito críptico o por lo menos mas complejo que otras organizaciones.
Desde ya que estas particularidades promueven dentro de sus actividades, una codificación singular de su lenguaje: la conjunción entre medios y recursos humanos, verticalidad y disposición hacia las misiones que le encomienda el poder político fomentan cierta dificultad para quienes no pertenecer a este sistema, de esta forma cayendo en prejuicios, errores de conceptos y falta de valoración.
En ese sentido, los comunicadores que se mueven dentro de este ámbito especifico se terminan por constituir en decodificadores de su lenguaje, aportando en el entendimiento de sus misiones, el funcionamiento de sus equipos y la importancia que tiene invertir en ellos para que el rol que les asigna el poder político se materialice. El comunicador entonces se convierte en un canal de transmisión de información esencial hacia otras organizaciones y desde ya, hacia la propia sociedad y opinión publica constituida.
La prensa en general y en especial en el mundo occidental, debe ser también un seguro para la gobernanza o el buen gobierno. Tienen un rol central que con su profesión y sentido ético observa y comunica a la sociedad sobre las actividades de diversas instituciones gubernamentales.
En esa linea colabora en la construcción de interés sobre actividades que pueden ser fundamentales para la vida democrática de un país, funcionando también como una herramienta importante de información que facilita la toma de decisiones de los múltiples actores que intervienen dentro del campo de la Defensa o la seguridad nacional.
Teniendo en cuenta esto, la prensa también juega un rol fundamental a la hora de comunicar las actividades del mundo militar y de la gestión de politicas de defensa.
A nivel histórico el contacto y el desarrollo de historias en medios masivos sobre lo que sucede en el ámbito militar es limitado. La agenda editorial para los temas militares aparece de tanto en tanto con historias, a diferencia del pequeñísimo núcleo de prensa especializada que lo hace de manera diaria. Este campo, puede y debe servir de insumo para otros medios para tener nociones mas desarrolladas sobre la realidad militar.
Es a través del decir que uno conoce lo que sucede y es a través del conocimiento en que uno comienza a valorar al actor.
Entendiendo la importancia de la comunicación dentro del ámbito resulta es esencial que cada actor que forma parte de este mundo tenga un mayor contacto y no funcione con pensamiento de cluster. De esa conexión y dinámica comunicativa se termina consolidando la agenda y finalmente el interés.
Management and fit realizo una encuesta hace poco que no trascendió demasiado en medios masivos o si lo hizo se posicionó en ejes que no abordaron la cuestión de defensa. Ubicó a las Fuerzas Armadas como una de las estructuras con mayor confianza y respeto solo por debajo de las instituciones educativas como escuelas y universidad. Esto es claro: repatriaciones, asistencia a la comunidad, labores sanitarias, tareas logísticas y despliegue de la totalidad de los uniformados terminan por mostrar a la sociedad la importancia que tiene este elemento, dotándolas de extrema visibilidad.
Sin embargo, en las ultimas semanas se viene escuchando algún lamento vinculado a la importancia de la defensa y a las misiones subsidiarias: el coronavirus tendrá finalmente una fecha de vencimiento ¿nuestra visibilidad también?
Es verdad que finalmente el país (y mundo) se adaptará a la pandemia o finalmente se encuentre una solución definitiva al calvario del virus. A raiz de esto, aparecerá una normalidad adaptada que volverá a poner a las Fuerzas Armadas con un framing de agenda particular: millones de demandas ciudadanas que se van a colar por encima de una agenda de requerimientos operativos y humanos en las fuerzas que llevan décadas de arrastre.
Ya volviendo a la comunicación: el desafio detrás de la conexión entre el mundo de la defensa y los comunicadores radicará nuevamente en visibilizar sus esfuerzos cuando la atención de la opinión se vuelque hacia otras cosas. Generar un mayor relacionamiento entre las instituciones castrenses y la sociedad bajo el interés genuino de la defensa nacional, no solo para continuar mostrando su excelencia para estar en primera fila cuando surgen las catástrofes, sino también para fomentar el buen gobierno y el seguimiento ciudadano sobre sus actividades.
Para esto es imprescindible fomentar la preparación de comunicadores sobre el campo del instrumento militar y las cuestiones ligadas dentro del mundo de la defensa, desde estudiantes aficionados hasta comunicadores de renombre. Promover a su vez una cultura de la comunicación sobre la defensa incluyendo a los tomadores de decisión entre miembros de las fuerzas armadas, funcionarios públicos y privados relacionados al sector.
Aumentar el flujo y la dinámica de comunicación entre los actores que forman parte de la defensa (instrumento militar, academia, gestión publica, industria, ciencia y desarrollo) es una garantia para posicionar en agenda la cuestión defensa. En ese sentido el Estado es el actor central: todas las naciones del mundo con políticas de defensa contundentes tienen como organizador al Estado. Comunicar entonces será romper clusteres.
Poner y mantener en agenda el estado, necesidades y las proyecciones del ámbito de la defensa son esenciales para su propia relevancia dentro de la dinámica de poderes actual y para tomar relevancia es esencial ahondar en esta cultura de la comunicación que lleven a que los consensos fluyan sin importar las trabas ideológicas, administrativas y económicas.
¡Feliz día del periodista!
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