Para algunos, la situación de pandemia brinda la posibilidad de dejar de lado las diferencias individuales de cada Nación y establecer bases duraderas para la cooperación internacional. Pero lejos de eso, desde que comenzará la crisis por el coronavirus, las potencias mundiales se han visto envueltas en crecientes escenarios de tensión con altas probabilidades de una escalada de conflicto.
Camuflado bajo un manto de defensa y protección de los intereses nacionales, las potencias han estado llevando a cabo acciones que podrían indiscutiblemente ser tomadas como provocativas y peligrosas.
Si tomamos como referencia estos últimos meses, el avance de China en regiones como el Mar del Sur de China, en la frontera con India, e incluso en el espacio exterior, ha supuesto un enorme desafío para países como EE.UU., Rusia y los aliados de la OTAN que ven a China como el próximo gran rival en el mar, en la tierra y en el espacio.
Sin duda, un nuevo escenario mundial se está configurado, en el cuál China se encuentra moviendo fichas fuertes, aprovechando, por momentos, la crisis del covid-19 para su beneficio en términos de defensa y proyección internacional.
Sobre este punto, dónde se ubicará la defensa argentina que, antes de la pandemia, ya venía sufriendo los desgastes de la falta de inversión y la ausencia de una política de Estado que permita otorgarle a la defensa el lugar de importancia que merece en la agenda política. Argentina que se encuentra dentro del área de influencia estadounidense, pero que tiene como principal destino de exportación a China, cuál es el lugar que quiere ocupar frente a estos países que han estado envueltos en tensiones militares y económicas en los últimos tiempos.
Con la situación de covid-19, el país una vez más tuvo que adaptarse a una situación de crisis con recursos insuficientes. En el campo de la defensa y el instrumento militar, la crisis desatada por el covid-19 provocó que toda la planificación esperada para este año fuese puesta en segundo plano, y en cambio supuso la ponderación de volcar todos los recursos del instrumento militar a la tarea de ayudar a mitigar la propagación del virus bajo la Operación General Belgrano.
Y aunque las tareas hoy desarrolladas por el instrumento militar son consideradas esenciales y de vital importancia en esta crisis que estamos transitando, debemos apurarnos en descifrar que tanto podrá llegar a cambiar el panorama mundial, y como se adaptará el país a ello.
Como mencioné inicialmente, el escenario de pandemia ofrece una oportunidad para re pensar la política en las relaciones internacionales, pero “oportunidad” para algunos supuso el ejercer aún mayor presión sobre sus intereses en el sistema internacional. En el caso de China resulta obvio, pero lo mismo vienen haciendo Rusia, EE.UU. y sus aliados.
El covid-19, el “enemigo invisible” como fue denominado por los medios del mundo, puso en jaque a países militarmente poderosos que se vieron indefensos ante esta nueva amenaza. Ante esta crisis, los aviones de combate de quinta generación, los sistemas de defensa aérea y portaaviones de última generación, parecían ser irrelevantes frente al nuevo panorama.
Sin embargo, los nuevos acontecimientos que aún se encuentran en desarrollo al rededor del planeta, con disputas en el Mar del Sur de China, en la región de Ladakh, en la zona desmilitarizada de Corea del Norte y Corea del Sur, sumados a los eternos conflictos en Medio Oriente y zonas del norte de África, difícilmente se pueda pensar un escenario mundial post pandemia sin hipótesis de conflictos.
Podríamos incluso hasta suponer posible que la crisis económica mundial que provocó el coronavirus, y de la cuál aún no conocemos el final, podría provocar nuevos escenarios de tensión en el mundo, hasta incluso en la región.
Durante años, la discusión en el país entorno al rol de las FF.AA. y la defensa, se pensó siempre desde la ausencia de hipótesis de conflicto y el desconocimiento o desacuerdo sobre el rol del instrumento militar en tiempos de paz.
Por consiguiente, ante los eventos sucedidos en los últimos meses, podríamos arriesgarnos a pensar que nuestra forma de concebir nuestra realidad podría cambiar.
Con lo cual, al desarrollar un escenario hipotético post pandemia, sería interesante re pensar la defensa en Argentina, y evaluar sus fortalezas y debilidades frente a este escenario cambiante.
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Argentina tiene que armarse y bien,nuestra defensa esta escasa de todo,Argentina tiene que estirarse lo mas posible con el dinero ya que el armarnos bien defensiva mente,va ayudar a mantener nuestra soberania y mas en estos tiempos que todo es perdida y todos estan desesperados, y mas aun sabiendo que Argentina reclama la isla malvina
Islas Malvinas. Armemos a nuestra querida infanteria y compremos camiones para movernos por todo el territorio Nacional
Hola Jennifer. Soy Ana y con Ricardo desearíamos alguna forma de cominicarnos con vos y felicitarte!
Desde 1983 hay un plan sistematico para desarmar a las fuerzas armadas argentinas