La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) no quiere desperdiciar las capacidades del F-22 Raptor y busca designar a algunos modelos del F-22 más antiguos, que se utilizan para el entrenamiento de pilotos, a unidades de combate. Así lo dijo el general Mike Holmes, jefe del Comando de Combate Aéreo de la US Air Force “como método para aumentar la preparación” de los Estados Unidos frente a situaciones de combate ante la necesidad de otorgar más capacidad de fuego a la flota.
“Si nos fijamos en los bloques más antiguos del F-22, ya son aviones aptos para el combate, incluso sin llevarlos al estándar más alto [de los modelos más nuevos]”, dijo Holmes, quién aseguro que si tuviese que ir a la batalla, sin duda elegiría un F-22, por sobre otros modelos de la fuerza aérea.
“Si pudiéramos reducir los requerimientos para nuestras unidades de entrenamientos de pilotos, podríamos tomar esos aviones de entrenamiento para el combate”, explicó Holmes. “Ya hemos pagado por ellos, ya pagamos por la gente que los vuela y los opera”, agregó.
Holmes dijo que reutilizar parte de la capacidad de la Unidad de Entrenamiento Formal (FTU) para otorgarle capacidad de combate, apunta a reducir a la mitad los tiempos de entrenamiento de los F-22.
A si mismo Holmes advirtió, que la revisión de resignación de los Raptors es sólo una idea aún y que no puede proporcionar ninguna estimación de cuántos aviones podrían ser desplazados como aviones de entrenamiento de pilotos para reconvertirse en unidades de combate. El objetivo es únicamente “ver qué podríamos hacer para aumentar la capacidad [aérea] sin gastar más dinero“, dijo.
Hasta ahora, para la flota actual de Raptors, “el enfoque y el problema principal es tener suficientes motores disponibles para cumplir con nuestros requisitos, ya que hemos estado volando el F-22 más de lo previsto”. En particular, señaló, el servicio ha estado utilizando el F-22 en misiones en Siria “de formas que no se pronosticaron”.
Sin embargo en este punto, Holmes se mostró optimista alegando que después de trabajar sobre el déficit con el fabricante de motores Pratt y Whitney, resolvieron que los motores están en “buena forma”.
Lo que le preocupa a la Fuerza Aérea de los EE.UU. es la necesidad de modernizar su flota y el costo de mantener sus aeronaves envejecidas ante el desafío que presentan Rusia y China. “Estamos atrapados en esta colisión entre capacidad y modernización”, dijo.
A su vez, Holmes remarcó una larga lista de problemas en el mantenimiento de sus aeronaves, más allá de los problemas de motor que tiene el F-22:
- F-15: grietas en los alféizares, que son tiras de material de alta resistencia que ayudan a sujetar la piel del avión y son fundamentales para la seguridad del vuelo. Holmes dijo que estos están “desgastados y extendidos a lo largo de su vida útil y ahora tienen que ser reemplazados, lo que significa desarmar el avión”.
- A-10 Warthog: se requieren reemplazos de alas para la flota.
- F-16 Fighting Falcons: aunque Holmes dijo que la flota aún tiene vida útil, “necesitan mucha modernización para ser útiles contra las amenazas actuales”. Esa modernización significa mucho tiempo de inactividad en los depósitos.
- F-35 Joint Strike Fighter: el contratista principal Lockheed Martin ha tenido problemas con la producción debido a una escasez crónica de piezas, pero la Fuerza Aérea ha sido cautelosamente optimista de que las tasas de preparación están aumentando. Holmes dijo que la cuestión clave para el programa es “trabajar para descubrir cómo sostendremos este avión a largo plazo y a un costo asequible”.
- Aviones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) basados en el fuselaje del Boeing 707 (como el E-8 JSTARS y el E-AWACS): falta de disponibilidad del motor y tiempo de depósito requerido para la re ingeniería.
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