Durante esta primera parte del año se han producidos numerosos eventos de relevancia en el área espacial a pesar de los efectos y restricciones producidas por la pandemia en forma global.
Esto nos lleva a pensar que estamos frente a nueva carrera espacial, pero ahora por el control del dominio espacial, el cual se constituirá en el nuevo campo de combate si no se gerencian adecuadamente los conflictos devenidos de los intereses económicos de las grandes potencias y de las empresas privadas que buscan explorar y explotar sus recursos.
Si nos retrotraemos a 1967, podemos encontrar la primera norma que se dicta sobre el uso del espacio exterior en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas. Ese año se celebró el Tratado sobre el espacio exterior, cuyo nombre completo es Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes. Actualmente, forman parte de este Tratado 105 países más 24 países que han firmado, pero que aún no han ratificado.
Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8f/Outer_Space_Treaty.png
Este documento representa el marco jurídico básico del derecho internacional del espacio, teniendo entre sus principios:
- Prohibición de la colocación de armas nucleares u otras armas de destrucción masiva en la órbita de la Tierra, su instalación en la Luna o cualquier otro cuerpo celeste.
- Limita exclusivamente a la utilización de la Luna y otros cuerpos celestes con fines pacíficos.
- Prohíbe expresamente su uso para la realización de pruebas de armas de cualquier tipo, la realización de maniobras militares o el establecimiento de bases militares, instalaciones y fortificaciones.
- Prohíbe explícitamente a cualquier gobierno la reivindicación de los cuerpos celestes como la Luna o un planeta, ya que son patrimonio común de la humanidad.
Esta norma brinda a los Estados los medios necesarios para la resolución de conflictos en el espacio ultraterrestre, pero hay que tener presente que se dictó hace más de 50 años donde la tecnología no era la que se dispone hoy en día, por lo cual se considera necesario una revisión de la misma.
Complementariamente con esta norma, existen acuerdos y convenios que constituyen instrumentos jurídicos que se ocupan del espacio exterior y que han sido firmados por varias naciones. Éstos son:
- Acuerdo de rescate: cooperación internacional para rescate astronautas.
- Convención de responsabilidad: por daños causados por las actividades de espaciales.
- Convenio de registro: de los objetos lanzados al espacio.
- Tratado de la Luna: Que establece que un regulador internacional supervisaría cualquier extracción de los recursos de la Luna y otros cuerpos celestes dentro del sistema solar y declara que la Luna y los planetas son la “herencia común de la humanidad”.
Por su lado, en abril de este año y en contra del mencionado Tratado sobre el espacio exterior, Donald Trump dicta el decreto según el cual, “los estadounidenses tenían derecho a participar en la exploración comercial, la recuperación y el uso de recursos en el espacio ultraterrestre. El espacio exterior es un dominio legal y físicamente único de la actividad humana y EEUU no lo ve como un bien común global”.
Con lo cual, le abre la puerta a muchas empresas privadas que están desarrollan tecnología para poder llevar a cabo la explotación de esos recursos y sobre las cuales se está apoyando el mismo desarrollo espacial de EUUU.
Existe una tendencia muy clara en EEUU hacia la privatización de las actividades espaciales, donde empresas como SpaceX, Bigelow, Virgin Galactic, Deep Space Industries, están incursionando en actividades tan diversas como el transporte de abastecimientos en el espacio, el turismo espacial y la minería de asteroides; y que recientemente le ha permitido a los EEUU volver a poner a un cosmonauta desde territorio estadounidense en la Estación Espacial Internacional, evento que no se producía desde 2011.
De una forma más conciliadora y apartándose de la posición de Trump, la NASA está impulsando el Acuerdo Artemisa, que contiene principios para un futuro seguro, pacífico y próspero, junto con las agencias espaciales que participan del programa para llegar a la Luna con una misión tripulada en 2024. Tanto Rusia como China no participan del mismo debido a rivalidades geopolíticas. En este Acuerdo, la extracción y utilización de recursos espaciales se llevará a cabo bajo los auspicios del Tratado del Espacio Exterior de 1967.
Lo que busca el Acuerdo es establecer un conjunto común de principios para gobernar la exploración civil y el uso del espacio ultraterrestre con el fin de crear un entorno seguro y transparente que facilite la exploración, la ciencia y actividades comerciales para toda la humanidad.
Los principios que sostienen, muchos de los cuales son similares al Tratado del espacio exterior de 1967, son:
- Propósitos pacíficos: todas las actividades se deben realizar con fines pacíficos, de acuerdo con los principios del Tratado del Espacio Exterior.
- Transparencia: los países socios deberán describir públicamente sus propias políticas y planes de manera transparente.
- Interoperabilidad: utilización de estándares internacionales abiertos, que se desarrollen nuevos estándares cuando sea necesario y que se esfuercen por apoyar la interoperabilidad en la mayor medida posible.
- Prestar asistencia: a los astronautas en peligro, al igual que en el Tratado.
- Registro de objetos espaciales: al igual que el Tratado.
- Publicación de datos científicos.
- Protección de sitios y artefactos históricos: será tan importante en el espacio como lo es aquí en la Tierra.
- La capacidad de extraer y utilizar recursos en la Luna, Marte y los asteroides será fundamental para apoyar la exploración y desarrollo espacial seguro y sostenible: se llevará a cabo bajo los auspicios del Tratado del Espacio Exterior, con énfasis específico en los Artículos II, VI y XI.
- Desconflicto de actividades: Se proporcionará información pública sobre la ubicación y la naturaleza general de las operaciones e informarán la escala y el alcance de las ‘Zonas de Seguridad’.
- Desechos orbitales y eliminación de naves espaciales: De acuerdo con las Directrices de mitigación de desechos espaciales del Comité de las Naciones Unidas sobre los usos pacíficos del espacio ultraterrestre.
Más allá de las normas y acuerdos mencionados, los EEUU considera que se necesita mantener la supremacía en este nuevo dominio con el objeto de preservar sus intereses económicos y asegurar su defensa.
Para ello, ha creado su sexta rama militar, la Fuerza Espacial (USSF) con aproximadamente 16.000 efectivos entre civiles y militares cuya misión es organizar, entrenar y equipar a las fuerzas espaciales para proteger los intereses estadounidenses y aliados en espacio y para proporcionar capacidades espaciales a otras ramas militares estadounidenses.
Su creación se debió a que muchos de los interese económicos y de seguridad están puestos en el espacio a través de satélites de posicionamiento GPS, comunicaciones, internet, etc. y como todo espacio de interés es necesario protegerlo, como sucede con el terrestre, aéreo o marítimo, aquí lo hace procurando mostrar su superioridad en este dominio.
Básicamente esta Fuerza busca instruir a su personal en técnicas de guerra espacial orientadas al desarrollo y gestión de batalla espacial a través de posicionamiento de satélites, guerra electrónica y otras técnicas; y para ello, está generando su propia red de satélites de comunicaciones conformada inicialmente por 6 satélites como así también de satélites de GPS, los cuales están siendo puesto en órbita por SpaceX.
Dentro de su Estrategia Espacial de Defensa del 2020, los EEUU prevén el aumento de complejidad del ámbito espacial impulsado especialmente por los avances de la ciencia y tecnología y por la mayor participación de las empresas privadas, las cuales han sido grandes impulsores en el crecimiento económico y en la generación de diferentes oportunidades. Esta situación origina grandes desafíos para dar la protección adecuada a tecnologías críticas, garantizar la seguridad operativa y de esta forma mantener una ventaja estratégica en el sector.
Además, esta Estrategia considera mantener la superioridad militar estadounidense en el espacio contra sus principales amenazas: Rusia y China, debido al desarrollo continuo, las pruebas y el despliegue de sistemas ofensivos en el espacio y la doctrina militar asociada diseñada para mantener fuera de riesgo los sistemas espaciales aliados y estadounidenses, según dijo el subsecretario adjunto de Defensa de Política Espacial, Stephen Kitay.
Este cambio de estrategia también se ve reflejado en el cambio del Comando Espacial de la Fuerza Aérea (AFSPC), que fuera creado en 1982 por la Fuerza Espacial (USSF) en diciembre del 2019, expresando el cambio del Departamento de Defensa para acercarse al espacio como un dominio de guerra.
Para lograr garantizar la superioridad espacial y asegurar los intereses vitales de la nación en el espacio ahora y en durante la próxima década, la estrategia establece cuatro líneas de esfuerzo:
- Construir una ventaja militar integral en el espacio. Dando más apoyo y recurso a la Fuerzas Espacial.
- Integrar el espacio en operaciones nacionales, conjuntas y combinadas.
- Dar forma al entorno estratégico. A través de normas internacionales de comportamiento para el espacio que reducirán los malentendidos y los conflictos.
- Cooperación con aliados, socios, industria y otros departamentos y agencias del gobierno de EEUU. Aumentando el intercambio de información; alineando la política espacial; promoviendo estándares y normas de comportamiento favorables para el espacio; y expandiendo la investigación cooperativa, el desarrollo y la adquisición.
Otro hito muy importante para los EEUU, fue el lanzamiento del cohete Falcon 9 de la empresa privada SpaceX con la nave Dragon Crew, llevado abordo cosmonautas hacia la Estación Espacial Internacional. La última vez que se realizó una operación de este tipo fue con el transbordador en el año 2011.
Además, SpaceX es uno los principales motores de desarrollo en el sector espacial. Como reseña se puede mencionar que el año más activo hasta el momento fue el 2018, cuando realizó 21 lanzamientos, pero en 2020 está en camino de romper ese récord, ya que si todo sale como está planeado realizará un total de 38 lanzamientos. La empresa tiene el objetivo de lanzar 70 misiones para 2023.
Pero en el escenario del dominio espacial hay otros actores importantes. Si bien, hay varios países que poseen la tecnología para desarrollar satélites, solo 13 países poseen la capacidad de desarrollar y lanzar satélites: EE UU, Italia, Francia, Japón, India, Reino Unido, Ucrania, China, Rusia, Israel, Irán, Corea del Norte y Corea del Sur.
FUENTE: https://www.ucsusa.org/resources/satellite-database
Y dentro de este contexto se pueden distinguir quienes son los que tiene mayor participación en este sector.
FUENTE: https://www.embajadaabierta.org/post/una-nueva-carrera-espacial
Uno de los actores importantes y rival geopolítico de los EEUU es Rusia, aunque últimamente fue superado por China en cuanto a la cantidad de satélites operativos, no ha tomado muy bien las expresiones hechas por EEUU sobre la amenaza que constituye junto con China a sus intereses y sobre la responsabilidad de generar este nuevo campo de combate en el dominio espacial.
A decir verdad, hasta el lanzamiento de la nave Dragon Crew, Rusia era el único país que trasladaba a las cosmonautas a la Estación Espacial Internacional llevándole la delantera a los EEUU; pero la presencia de SpaceX le hace perder esa situación ventajosa con la consecuente pérdida de cuota en el mercado de lanzamientos.
Pero para mantenerse en el mercado, Rusia apuesta a sus cohetes medianos y pesados de la serie Angara, planeando el lanzamiento del segundo cohete pesado a fines de 2020.
Este cohete utiliza combustible ecológico, con el propulsor RD-191 de la primera etapa que reúne las tecnologías más avanzadas y con el propulsor RD-0124 de la segunda etapa que cuenta con un impulso específico de 359 unidades (parámetro que relaciona el empuje y gasto de combustible), medida que no es alcanzado por ningún cohete en la actualidad.
Sin embargo, se pueden observar algunos desarrollos de Rusia que pueden haber motivado la posición de EEUU como lo es un cargador laser para poder transferir energía a los satélites y así extender su vida útil. Sin lugar a duda, esta tecnología tiene un uso dual pudiéndose constituir en un arma anti satélites en el espacio.
China es el otro actor fuerte en este terreno, que hasta el momento eran dominados por EEUU y Rusia, y lo viene demostrando con la implementación de su propio sistema global de navegación por satélite (GNSS) llamado Beiduo compitiendo con su rival GPS de los EEUU, GLONASS de Rusia y Galileo de la UE, siendo este último puramente civil mientras que el resto son propiedad parcial u operados por los militares. De este tipo de satélites posee 30 y con una mejor precisión que el GPS.
La importancia de este sistema de posicionamiento global, aparte de lo económico, es que sirve para guiado de sus aviones no tripulados y misiles. Por lo cual, tener esta independencia es extremadamente importante en el campo militar debido a que para el guiado de armas de precisión se necesita datos de exactos. Como se sabe la precisión de GPS esta distorsionada para el uso doméstico, lo cual no tiene relevancia, mientras que para su empleo militar se dispone de un acceso especial con la precisión necesaria.
Otra de las muestras de China para reemplazar a EEUU como potencia dominante en el espacio es el lanzamiento exitoso de su cohete Long March 5B después de varios intentos fallidos, lo cual le da la capacidad de colocar astronautas en el espacio.
Además, lleva 17 lanzamientos en este año, incluidos dos fracasos, previendo lanzar alrededor de 40 con el objeto de poner en órbita satélites para toma de imágenes de la tierra, de comunicaciones, de posicionamiento global, etc. China está liderando las estadísticas de los otros grandes competidores y constituyéndose en el segundo país, luego de EEUU en cantidad de satélites operativos en órbita.
También vale la pena destacar el desarrollo que ha mostrado China en estos últimos 10 años, entre ellos su estación espacial entre 2011 y 2018 y actualmente trabajando en su nueva estación, su vector de lanzamiento Long March 5B y el lanzamiento de sondas a la Luna y Marte.
Pero este dominio del espacio no está dado solo por la capacidad de colocar cargas en el espacio sino también de protegerlas por lo cual también ha desarrollado diferentes armas anti satelites ya sea de lanzamiento directo desde la tierra o armas de energía dirigida para impedir la toma de imágenes y guerra electrónica a efectos de realizar interferencias en las señales de radio con el objeto de perturbar las comunicaciones y las señales de GPS.
Además, tiene sus propios planes para construir una estación de investigación científica en el polo sur de la Luna, explorar la Luna en una década y establecer una “zona económica espacial” entre la Tierra y la Luna en 2050.
China posee varios centros de lanzamiento, lo que le permite realizar lanzamientos con pocos días de diferencia. Durante el mes de julio de 2020 prevé lanzamientos de diferentes centros. Entre ellos están, Xichang Satellite Launch Center que espera el lanzamiento de un cohete Long March 3B con el satélite de comunicaciones Apstar-6D para APT Satellite, Centro Costero de Lanzamiento de Satélites de Wenchang con el lanzamiento de la misión Tianwen-1 Mars, Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang y desde Jiuquan Satellite Launch Center, iba a lanzar el primer Kuaizhou-11, este es un nuevo lanzador orbital de combustible sólido de la empresa china Expace, pero fallo durante su vuelo inaugural.
Italia viene trabajando en su cohete Vega, que tuvo su primera falla en 15 lanzamientos, para volver a realizar un lanzamiento desde el puerto espacial europeo en la Guayana Francesa. Este vector está orientado a misiones de viajes compartidos contando un dispensador “Small Spacecraft Mission Service” para desplegar múltiples cargas útiles de diferentes tamaños (tipo cubesat y microsatélites) en múltiples órbitas.
Este cohete posee cuatro etapas capaz de elevar casi 1,5 toneladas en una órbita polar. Las primeras tres etapas del cohete son de combustible sólido, con una cuarta etapa líquida. La Agencia Espacial Europea contrata a la compañía italiana Avio para desarrollar y construir el cohete Vega. La empresa de lanzamiento europea, Arianespace, comercializa y opera el cohete.
Recientemente, el Reino Unido y los Estados Unidos firmaron su nuevo “Acuerdo de salvaguardias tecnológicas”, lo que permite que las compañías espaciales estadounidenses pueden lanzar cohetes desde suelo británico por primera vez al establecer salvaguardas críticas para que las compañías estadounidenses operen desde los puertos espaciales del Reino Unido y exporten de manera segura tecnología de lanzamiento sensible.
El Reino Unido busca una posición en la economía espacial global y para ello está construyendo un sector espacial comercial fuerte y robusto en toda su cadena de suministro, desde la producción hasta el lanzamiento y los servicios y aplicaciones post orbitales.
Israel, séptimo país en alcanzar esta capacidad, lanzó el nuevo satélite espía Ofek 16 en órbita desde una plataforma de lanzamiento en la Base Aérea de Palmahim, recientemente. Este es un satélite de reconocimiento electroóptico con capacidades avanzadas.
El contratista principal es IAI (Israel Aerospace Industries) que es responsable del desarrollo del lanzador, habiendo asignado el programa a su Grupo de Sistemas, Misiles y Espacio, junto con la División MLM.
La carga útil del satélite fue desarrollada por Elbit Systems y los motores de lanzamiento fueron desarrollados por Rafael Advanced Systems y Tomer, una compañía de defensa propiedad del gobierno. Otras compañías han participado en este programa, incluidas Rokar y Cielo.
Una vez operativa, la Unidad de Inteligencia 9900 de las FDI será responsable del satélite.
Si bien Ofek 16 es similar a Ofek 11 en términos de capacidades, ha habido mejoras precisas que proporcionarán el máximo rendimiento operativo.
La República Islámica de Irán es una de las naciones del mundo con capacidad de diseñar, construir y lanzar satélites al espacio, pese a las restricciones de EEUU.
Este año ha lanzado el satélite llamado Nur (luz, en persa) primer satélite militar mediante el lanzador de tres etapas Qased desde el desierto central de Irán.
Este evento molesto al gobierno israelí debido a que el paso del satélite sobre los territorios ocupados le crea inseguridad al régimen de Israel.
Actualmente, Irán tiene diez satélites en fabricación y cinco ya terminados, además, está elaborando lanzadores que portarán hasta cinco satélites al mismo tiempo.
La Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) tiene previsto para el período de dos años 36 misiones espaciales y satelitales. Entre ellas, están incluidas las misiones históricas sin tripulación como Chandrayaan-3 (una misión de alunizaje) y la misión Gaganyaan, la primera misión de vuelo espacial tripulado de la India planeada para 2021/22.
CONCLUSIÓN
Estamos frente a nueva carrera espacial protagonizada por EEUU, UE, China y Rusia que se puede dividir en diferentes categorías:
- Carrera por los mejores lanzadores: donde la NASA sigue trabajando en su sistema SLS, China mejora sus Long March, SpaceX marca su diferencia con sus Falcon recuperables, Rusia con sus series de cohetes medianos y pesados de la serie Angara y ESA anuncia que también quiere desarrollar sus propios cohetes recuperables.
- Carrera hacia Luna: Estados Unidos y su plan Artemisa, la Agencia Europea con un renovado módulo lunar EL3, y hace tan solo unas semanas China confirmó sus planes de viajes tripulados a la Luna.
- Carrera por las estaciones espaciales: a la que suma China en forma independiente a la Estación Espacial Internacional.
- Carrera por colonizar otros planetas.
Además, nos encontramos frente a un escenario que no dispone de una norma que regule los conflictos entre los intereses económicos de las diferentes potencias y empresas privadas lo cual, puede desencadenar en un conflicto armado en este nuevo dominio de la guerra.
Por último, cada uno de los principales actores quiere mantener la supremacía en este dominio por lo cual esta desarrollan estrategias para conseguirlo, con el consecuente desarrollo de armamento anti satélites.
Fuentes consultadas:
https://media.defense.gov/2020/Jun/17/2002317391/-1/-1/1/2020_DEFENSE_SPACE_STRATEGY_SUMMARY.PDF
https://www.embajadaabierta.org/post/una-nueva-carrera-espacial
https://edition.cnn.com/2020/06/24/tech/china-beidou-satellite-gps-intl-hnk/index.html
https://www.foxnews.com/opinion/china-space-newt-gingrich
https://www.cnet.com/es/como-se-hace/spacex-lanzara-un-satelite-gps-de-la-fuerza-espacial-de-trump/
http://latamsatelital.com/falla-el-primer-lanzamiento-de-kuaizhou-11/
Nota de Redacción: Las opiniones expresadas en este articulo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Zona Militar.
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Muy buena nota acerca de la situación espacial, quizás las más cambiante y menos notoria en la pandemia