tanques ligeros

La experiencia que surgió de los conflictos armados post Segunda Guerra Mundial ayudaron a validar la idea de que los tanques pesados con mejor blindaje eran la respuesta para garantizar el éxito en una campaña. Esta lógica arrastró, sobretodo al complejo industrial militar, a desarrollar vehículos cada vez más letales, con blindajes más robustos y sistemas altamente tecnificados que requieren de disponer personal específicamente capacitado para la tarea de mantener dichos vehículos. Ejemplos de esto los encontramos en los máximos exponentes del concepto de MBT, como el M1 Abrams, Leopard 2A7 y T-90, grandes éxitos de ingeniería pero pensados para terrenos y situaciones que en la actualidad podrían no ser las mejores opciones.

El Abrams fue empleado con notoriedad en las campañas estadounidenses en Medio Oriente contra oponentes que no representaban un escenario de competencia o rivalidad compleja en todos los dominios de batalla, sino que por el contrario, nuestro poderoso vecino del norte, contó con elevada ventaja en varios de ellos. Paradojicamete, el mayor número de blindados destruidos durante la campaña Desert Storm quedó en manos del Bradley, que fuera diseñado originalmente como transporte de tropas para devenir en un vehículo de combate. Sin embargo, al tomar el teatro de operaciones de la OTAN frente a las amenazas que se presentan en el siglo XXI, siendo estas China y Rusia para Estados Unidos, existen múltiples desafíos que lo han llevado a cuestionarse el uso de estos vehículos pesados en el campo de batalla del futuro. Durante años, EE.UU. ha solicitado a sus aliados de la OTAN que adapten su infraestructura a las necesidades de logística de su fuerzas mecanizadas, es decir: estado, resistencia y movilidad en rutas o ferrocarril, pero esto supone una inversión importante que implica cambios drásticos para el continente. Esta reflexión arroja la pregunta de si la mejor opción sería volver a los tanques ligeros.

Por otro lado, países como China y Rusia, en su comprensión del conflicto del futuro, han estado apostando también al empleo y desarrollo de tanques ligeros.

El escenario de conflicto que demarca la frontera euroasiática, comprende la necesidad de pensar en recursos que otorguen un equipamiento más óptimo para las fuerzas mecanizadas de aquellos países que se vean arrastrados por el conflicto. Pero, aún así, la problemática que presentan los tanques pesados puede trasladarse a las necesidades de la mayoría de los países, incluso aquí en Argentina.

El empleo de tanques pesados plantea varias problemáticas, donde varios ejércitos podrán sentirse mayormente identificados. Por un lado esta la cuestión del mantenimiento, como mencioné anteriormente, estos blindados requieren de personal altamente capacitado para llevar a cabo su mantenimiento. Pero esta necesidad de personal especifico, llevado al campo de batalla, supone la necesidad de contar con recursos humanos a disposición constante y en la primera línea de fuego, y en todo el teatro de operaciones. Sin ello, el tanque puede verse expuesto rápidamente. Otra cuestión es la movilidad. Estos tanques poseen un peso que ronda entre las 50 y 70 toneladas, donde un gran porcentaje de la infraestructura vial no está preparada para soportar ese tonelaje, de vehículos totalmente equipados para la guerra, y, muchos menos, a un batallón entero. Asimismo, tampoco existen otras alternativas de transporte viables para movilizar estos vehículos. Su robustez los transforma en medios poco prácticos para su movilización, debido a los altos consumos de combustible y al desgaste, con una capacidad de desplazamiento que puede durar aproximadamente unas 8 horas o poco más, sin necesidad de re abastecerse.

De este modo, pensar en las rutas de abastecimiento supone otro gran desafío en el siglo XXI, principalmente porque muchos de los terrenos donde se plantean hipótesis de conflicto son grandes urbes donde estos tanques se vuelven difíciles de maniobrar, no por la dificultad del terreno sino por la complejidad del escenario en si.

Pensar en el terreno a cubrir por tierra es clave para el diseño de un plan de equipamiento, logística, etc. Por ello, si el conflicto que tenemos en mente es distante o cubre áreas extensas, entonces las cuestiones en torno al mantenimiento, la movilidad y el abastecimiento de los tanques pesados se vuelve un problema logístico, de recursos humanos y materiales, además de presentar vulnerabilidades como ser el riesgo de quedar atascado en una ruta, incapacitado frente a un problema técnico o sufrir la falta de combustible en un área remota, situación factibles de suceder que automáticamente transforman al activo en un objetivo de ataque, que podrá provenir desde tierra, aire o incluso con técnicas de guerra electrónica.

Por ello, en los escenarios de conflictos de hoy, donde existen múltiples formas de atacar a un objetivo, cuando dos ejércitos igualmente poderosos se encuentran, el tener un tanque pesado más robusto o tecnológico que el de mi adversario, no implica necesariamente tener la ventaja.

A continuación se muestra un vídeo publicitario de la década de los 80 que muestra a un tanque pesado alemán capaz de no derramar un vaso de cerveza mientras transita por un terreno complejo.

Pero el mundo de la actualidad, no es el mismo que el que encontramos en la década del 80. Hoy en día, la situación particular que se presenta en los límites de la OTAN y Rusia, o China, en sus zonas de influencia frente a los aliados, esbozan este razonamiento, de que un tanque práctico y ligero es más apto para los conflictos del mañana.

Por su parte, la ventaja de Rusia o China frente a EE.UU. es sin duda su proximidad geográfica que combinan perfectamente con tanques ligeros, que arrojan como resultado: agilidad, menor consumo y complejidad que no genera dependencia. China ha estado desarrollando en los últimos años varios tanques ligeros destinados a este fin. Uno de ellos es el tanque Xinqingtan, una variante del modelo VT-5, que pesa entre 33 y 36 toneladas, en teoría pensado para luchas contra las tropas indias. Por otro lado, recientemente se entregó al Ejército Popular de Liberación el tanque ligero Tipo 99A2 destinado a proteger Beijing y a “impartir una mayor velocidad para sabotear los proyectiles”.

Por su parte, la compañía General Dynamics ha revelado su proyecto de tanque ligero destinado a responder al escenario del siglo XXI sin perder otras capacidades importantes. La compañía se encuentra desarrollando un tanque de unas 30 toneladas aproximadamente de quinta generación bajo el programa Mobile Protected Firepower (MPF), con un prototipo llamado Griffin II, destinado a realizar operaciones de contrainsugencia a operaciones conocidas como “multi-domino” de alta intensidad con la pensado para adversarios poderosos como China y Rusia. Con respecto a la movilidad, se piensa que estos tanques ligeros puedan ser transportados vía área, por ello, además de su peso, sus dimensiones también deben ser menores.

A modo de conclusión, la problemática a futuro que tantean las potencias también son aplicables a la realidad local, donde la cuestión mantenimiento, movilidad y reabastecimiento se percibe también como un desafío.

Con lo cuál, a diferencia del escenario que planteado en las décadas que marcaron la guerra fría, el auge de los tanques pesados puede haber acabado y los tanques ligeros esta haciendo un fuerte come back.

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5 COMENTARIOS

  1. Ligeros o pesados son conceptos distintos para áreas y tareas distintas , un ligero no puede competir en campo de batalla contra un tanque pesado, el tanque ligero tiene ciertas virtudes en zonas urbanas , pero nada que aún así le sea imposible a un tanque pesado hacerlo .

  2. El TAM fue creado con esa lógica. Un tanque ligero que se adaptará a los suelos de nuestro país. Actualizándolo es el mejor tanque que se pueda tener para nuestra geografía.

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