Después de que Rusia envió tropas a Georgia en 2008 y a Ucrania en 2014, la OTAN se convenció de que el próximo objetivo de Moscú serían los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia. Rusia tiene ambiciones militares en la región del Mar Negro, y debería ser la región dónde la OTAN debería mirar.
“Hay tres razones principales por las cuales los países bálticos no son el área de vulnerabilidad estratégica que algunos creen. Primero, Narva no es la siguiente área de interés, y nunca lo fue. La supuesta amenaza de separatismo de los hablantes de ruso en los países bálticos es exagerada. A pesar de las tensiones a principios de la década de 1990, que culminaron con un referéndum de autonomía de julio de 1993 en la tercera ciudad más grande de Estonia, los hablantes de ruso báltico nunca han sido la quinta columna que algunos imaginan que son. Y a pesar de la persistencia de leyes de ciudadanía restrictivas para los hablantes del idioma ruso en Letonia y Estonia, ambos gobiernos han hecho un trabajo admirable al abordar las preocupaciones sociales y económicas de sus regiones de habla rusa, y de dar incluso a los no ciudadanos, el derecho a votar en elecciones locales, según Robert Hamilton del Middle East Intitute.
Asimismo destaca que la presencia de la OTAN en el Báltico y Polonia posee el “tamaño correcto”. La misma supone ser lo suficientemente grande como para presentar un elemento disuasivo creíble para Rusia pero no tanto como para presentar una amenaza militar ofensiva.
Después de 2014 la OTAN aumento su presencia en los países bálticos puesto que los tres países miembros de la alianza son incapaces de defender por si mismos frente a un ataque o guerra con Rusia. Pero Robert afirma que la sugerencia de desplegar un total de 40 mil a 50 mil soldados sería una “acción desestabilizadora para la región“. Rusia sin duda percibiría este despliegue como una amenaza ofensiva y aumentaría sus fuerzas en respuesta.
Las tropas desplegadas en el báltico y Polonia cumplen el efecto de retrasar una posible incursión rusa en el caso de que sucediese, facilitando la llegada de más tropas como refuerzos. Asimismo, este despliegue permanente de la OTAN en el báltico sugiere a Rusia que un intento de avanzada allí supondría una agresión hacia toda la alianza.
Por consiguiente la región del Mar Negro posee más motivos para ser de interés, dado que Rusia ya ha intervenido militarmente allí y persiste con su intento de fracturar la alianza erosionando la confianza con sus aliados y socios en la región. Un punto clave es que la región sirve como puente para el Mediterráneo Oriental y es clave para las misiones de Rusia en Siria.
Hay cuatro razones principales por las que la región del Mar Negro exige más atención:
- Tres de los seis estados litorales – Rumania, Bulgaria y Turquía – son miembros de la OTAN y dos – Ucrania y Georgia – se les prometió ser miembros en 2008. La OTAN asumió el compromiso pero cada año lo retrasa por miedo a la reacción de Rusia.
- Las actividades militares rusas de los últimos años son concluyentes al demostrar su interés geopolítico en el Mar Negro y el Mediterráneo Oriental. (Todas sus intervenciones militares en este período, Georgia, Ucrania y Siria, se han producido en esta región).
- La creciente alineación entre Turquía y Rusia merece total atención. Rusia está intento atraer a Turquía a una asociación estratégica que la aleja de la OTAN.
A modo de dato, según el Indice de Global Firepower Turquía está clasificada en el puesto número 11 como las fuerzas armada más poderosas del mundo. A su vez está clasificada en el segundo lugar como las fuerzas armadas más grandes de la OTAN, después de los Estados Unidos. Su fuerza terrestres en la segunda más fuerte de la alianza, su fuerza aérea la tercera más grande y la marina ocupa el cuarto lugar del total.
- La cuarta razón es que el Mar Negro es un centro energético emergente que podría permitir a Europa diversificar sus fuentes de energía lejos de Rusia.
A modo de conclusión, la estrategia de la OTAN en el Mar Negro es acertada en su tamaño, siendo disuasiva y no ofensiva, además de activar el dilema de seguridad. Pero se requiere que la OTAN centre sus esfuerzos más allí y comience por analizar el teatro de operaciones en el Mar Negro como lo hace en el báltico con el ejercicio combinado Defender 2020 y en sus ediciones pasadas.
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Imagen de portada: Los paracaidistas del Ejército de EE. UU. realizan un entrenamiento en Rumania, el 14 de junio de 2019, durante el ejercicio Swift Response. Crédito Ryan Lucas.
Como analista coincido con la mirada del autor.
Recordemos la necesidad de Rusia de acceso a aguas calidas, para movilizar sus buques y flotas, y la preferencia del mar negro x sobre el baltico o mar del norte, en donde ya posee puertos como Mursmank y Arcangell, y donde ya posee una estrategia y presencia, y no es prioritario , enfocarse como si , en el Mar Negro , compartido con una diversidad de naciones, de la OTAN ,siendo un mar interior, y confinado , con un cuello de botella , en el cual esta cercado , geopoliticamente.