En la mayoría de los conflictos armados, tanto en el pasado como en el presente, existen actores internos y externos. Normalmente, el actor externo tiene una serie de intereses; económicos, energéticos, estratégicos, etc. en el territorio en conflicto y se alinea con un actor interno que, de alguna forma, resulte favorable para esos intereses.
Pero existen una serie de conflictos en los que la dinámica externa excede el conflicto mismo y se encuadran en un marco superior donde cobra importancia no tanto el conflicto interno en sí, sino las implicaciones regionales o mundiales del enfrentamiento entre actores externos.
Se trata de las guerras subsidiarias o “Guerras Proxy” conflictos que forman parte de una dinámica de rivalidad y enfrentamiento entre dos o más actores locales o mundiales. Es una guerra que emprenden actores externos entre sí en un territorio ajeno. Más allá de que puedan aplicarse en este tipo de conflictos diversas doctrinas como la de la guerra hibrida o la Gerasimov. (1)
La desaparición de la URSS hizo que el gran conflicto entre estados de los últimos cincuenta años acabase de un día para otro, pero no por ello desaparecieron otros conflictos que habían estado tapados por la inmensidad de las tensiones EEUU-URSS. (2)
Con el fin de la Guerra Fría; una estrategia militar basada en la participación en guerras subsidiarias o Proxy, resulta muy atractiva para los países que tratan de eludir los elevados costes en términos humanos y económicos que implica la participación directa en un enfrentamiento armado.
Un conflicto a gran escala entre Rusia y Estados Unidos o entre Arabia Saudí e Irán; resulta difícil imaginar hoy día, sin embargo, nadie niega la rivalidad entre esos países. Para ellos, resulta mucho más cómodo y práctico desarrollar esa rivalidad lejos de sus fronteras y limitando al máximo la intervención militar directa apoyando a un aliado local.
A finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, las desmovilizaciones militares y las reducciones en el gasto militar en medio mundo fueron enormes. Se pensó que era innecesario tener grandes ejércitos preparados día y noche para entrar en una guerra, las necesidades ahora residían en ejércitos pequeños y de gran calidad gracias a la tecnología.
También fue en aquellos años de tesis neoliberales del estado mínimo y la exaltación de lo privado que acabó por contagiar al ámbito de la defensa y la seguridad, que hasta entonces había preconizado el monopolio del uso de las fuerzas militares en manos del Estado en forma totalmente excluyente. (3)
En función de las propuestas de esta corriente económico-política, el neoliberalismo, todo el entramado que hay detrás de un ejército, como la producción de armamento, la logística, servicios muy específicos, etc. debían pasar a manos del mercado. Y es en ese momento y especialmente en Norteamérica cuando comienzan a surgir las denominadas; “Compañías Militares Privadas”, mientras que, en otras partes del mundo, especialmente en vías de desarrollo, resurge la figura del “mercenario”.
Comencemos por definir ambos conceptos: Si bien la Real Academia Española define mercenario como “Dicho de una tropa: Que, por estipendio, dinero, sirve en la guerra a un poder extranjero”. aquí se presenta al mercenario como un individuo que por una retribución lucha para un poder que no es el de su país sino el de otro. A partir de esta definición veamos si podemos arribar a lo que es hoy en día un mercenario o un “soldado privado”.
Históricamente, los mercenarios eran tropas de algún lugar concreto con una habilidad o capacidad especial que hacía que un ejército o poder requiriese sus servicios. Normalmente no estaban enrolados en dicho ejército o fuerza de manera obligada simplemente eran remunerados a cambio de su servicio durante el tiempo que se hubiese convenido.
Presentes en la mayoría de los conflictos bélicos hasta el siglo XIX, pero salvo algún caso muy excepcional, como los mercenarios contratados por el rey Leopoldo II de Bélgica para su colonia del Congo, durante el final de los siglos XIX y la primera mitad del XX, la “desmercenarización” de los conflictos fue casi absoluta, hasta la finalización de la guerra fría.
Para precisar aún más los términos y diferencias entre, “mercenarios” y “Compañías Militares Privadas”. Son dos conceptos distintos, aunque en ciertos momentos lleguen a estar muy próximos;los mercenarios de hoy son luchadores a sueldo sin un estatus legal reconocido en ningún país, cuyo grado de especialización se deriva más al combate y no a otras labores técnicas que precisa un conflicto.
Las Compañías Militares Privadas son empresas, registradas legalmente en algún país, cuyo objeto social es estar dedicadas al ámbito de la seguridad y la defensa, con un grado de especialización muy alto y normalmente trabajan con Estados u organizaciones internacionales en todo tipo de situaciones, conflictos y escenarios.
Tanto las compañías militares privadas (CMP) y sus empleados, como los mercenarios trabajan habitualmente en situaciones donde se está desarrollando un conflicto armado o un problema de seguridad delicada y es necesario recalcar que tanto unos como otros pueden ir armados, desde una pistola hasta pilotando un helicóptero de combate.
Por lo que en un momento dado pueden sufrir u ocasionar daños a terceros o verse envueltos en la realidad de un combate con bajas propias o de terceros, incluso civiles. En el Derecho Internacional Público se contempla la participación de los mercenarios y las Compañías militares Privadas, otorgándoles diferentes estatus.
Desde un punto de vista jurídico, los individuos empleados en una empresa que esté contratada por un estado o una organización internacional para prestar un servicio determinado a sus fuerzas armadas, policía, asesores o cuerpo que sea, quedan enmarcados dentro de la 3ª Convención de Ginebra, del año 1949, en su artículo 4,4. (4)
Se establece el estatus que este tipo de empleados de Compañías Militares Privadas tienen en un escenario bélico y el trato que deberían recibir en caso de ser capturados por fuerzas enemigas, que es el de prisioneros de guerra. En este encuadre se considera a las CMP como proveedoras de servicio y no combatientes directos del conflicto.
Se parte de la perspectiva de que las Fuerzas Armadas son aquellas que están activamente participando en combate, y las CMP (En este tratado se entiende que engloba el mundo de las compañías militares privadas y sus sinónimos) no pueden participar en dicho conflicto combatiendo, debiendo limitarse a tareas que no revistan agresión a la otra parte.
En caso contrario, se les considerará como mercenarios, cambiando su trato y estatus a lo que establece el artículo 47 del protocolo adicional a los Convenios de Ginebra, que reproducimos y dice: Los mercenarios no tendrán derecho al estatus de combatiente o de prisionero de guerra.
Se entiende por mercenario toda persona, que haya sido especialmente reclutada, localmente o en el extranjero, a fin de combatir en un conflicto armado, que, de hecho, tome parte directa en las hostilidades, animada esencialmente por el deseo de obtener un provecho personal y a la que se haga efectivamente la promesa, por una Parte en conflicto o en nombre de ella, de una retribución material considerablemente superior a la prometida o abonada a los combatientes de grado y funciones similares en las fuerzas armadas de esa Parte.
Para explicar mejor el alcance jurídico que regula a nivel mundial la actividad bélica, recordemos que el Convenio de Ginebra de 1949 es un tratado internacional, y como todos los tratados es aplicable sólo a aquellos países que lo han firmado y ratificado.
Actualmente todos los países del mundo se han adherido a este tratado; la cuestión es que a este convenio se le añaden tres protocolos adicionales, que amplían o revisan ciertos aspectos del tratado El protocolo I, en el que se encuentra el tema de los mercenarios, (es del año 1977), el protocolo II (también de 1977), mientras que el protocolo III es del año 2005. En estos protocolos adicionales ya no hay adhesión universal.
Por ejemplo, en el protocolo adicional vinculado a los mercenarios (Protocolo I) países como; India, Indonesia, Israel, Tailandia o Turquía ni siquiera lo han firmado, mientras que otros países como Irán, Marruecos, Pakistán o Estados Unidos, lo han firmado, pero no lo han ratificado. lo que quiere decir que no aplican las disposiciones de dichos protocolos adicionales.
Recordemos que a partir de los años noventa el entramado militar de las grandes potencias se reduce bastante, a la vez que se tiende a la mejora tecnológica para suplir ese vacío humano. Esto redunda en que cada vez hay menos efectivos en unas fuerzas armadas más complejas tecnológicamente y con mayor necesidad de profesionales especializados. Había finalizado la “guerra fría” y parecía que no había un enemigo al que combatir.
A la sombra de estos procesos de desmovilización estaban surgiendo empresas privadas que ofrecían los profesionales faltantes a los efectivos militares, y, se acabó optando por parte de muchos gobiernos de usar esas empresas puntual o indefinidamente para proporcionar algunos servicios a sus fuerzas armadas o policiales que sus propias fuerzas no podían o iban a hacer, bien por incapacidad técnica o bien porque les era más fácil contratar a terceros.
Todas esas empresas que proporcionan bienes o servicios a fuerzas armadas o policiales en sus despliegues son las Compañías Militares Privadas, que se insertan dentro de lo que conocemos como industria militar o industria de defensa. Estas compañías están especializadas en todos los servicios que se necesitan antes, durante y después de un despliegue militar.
También es necesario decir que en el de los servicios de seguridad y defensa, las compañías militares privadas son igualmente variopintas. Existen desde las que sólo trabajan con telecomunicaciones o aprovisionamiento de suministros hasta las compañías que son verdaderos ejércitos privados, con helicópteros y vehículos blindados incluidos, además de un armamento de última generación. Todas tienen cabida en multitud de operaciones que han sucedido a lo largo del planeta en los últimos veinticinco años.
Para Estados Unidos como para Rusia son un pilar básico de su política de seguridad en el siglo XXI, mientras que en otros lugares del planeta también han tenido momentos destacados. Por ejemplo, “Academi”, conocida anteriormente como “Blackwater”. La empresa, fundada en 1997, ha acabado posicionándose como la CMP más poderosa del mundo, gracias en gran medida a los contratos obtenidos del gobierno estadounidense para Afganistán e Irak.
En el caso ruso la compañía militar privadaa, conocida como “El Grupo Wagner” que ganó notoriedad al apoyar a los rebeldes prorrusos en el conflicto armado de Ucrania que provocó la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Y es descripto como un ejército privado que puede contratar mercenarios para despliegues en zonas de guerra o realizar acciones más específicas como brindar seguridad o realizar ataques selectivos.
En Sud América, operan en diversos países; recordemos que Global CST (estadounidense) cuenta con un historial de venta de aparatos y servicios de tipo militar en países de la región. Por ejemplo, en Colombia suministró entrenamiento en contrainsurgencia a tropas del Ejército durante el año 2009 en la lucha contra la guerrilla de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Empresas israelíes como Alfacom, de radiocomunicaciones e inteligencia, y Security and Intelligence Advising, de capacitación en seguridad, mantienen operaciones en Colombia ofertando sus productos al Gobierno en un proceso de restructuración de la inteligencia y los cuerpos de seguridad convencionales.
O la firma de israelí Global CST, a partir de un decreto suscrito en 2009 bajo el segundo gobierno del expresidente Alan García, que consistió en “compra de servicios” de entrenamiento de fuerzas especiales de élite, seguridad y equipamiento por un valor de 16 millones de dólares.
Como puede verse, este tipo de servicios responden al proceso de transformación estatal de algunos países sudamericanos con mayor alienación a las políticas de libre mercado y desregulación de Ejércitos y Policías, pero bajo un rígido control de los resortes del poder político. Se trata de la penetración privada gradual al uso del monopolio de la fuerza que ejercen los Estados.
Se percibe que bajo un paraguas de proporcionar tecnologías y abaratar costos, se encubre en realidad una globalización de prestación de servicios, desnacionalizando la provisión a la defensa de cada nación, haciendo dependientes, so pretexto económico, a las fuerzas armadas de cada país a la provisión de servicios internacionales que, como paso en el caso de la guerra de Malvinas e islas del Atlántico sur, pueden ser retaceadas en el momento de un conflicto.
Marcos Kowalski
ASESOR JURÍDICO, AVIADOR ESPECIALIZADO EN ANÁLISIS DE CONFLICTOS
- La guerra subsidiaria es un tipo de guerra que se produce cuando dos o más potencias utilizan a terceros como sustitutos, en vez de enfrentarse directamente. Con frecuencia, las guerras subsidiarias se libran en el contexto de conflictos violentos o soterrados a gran escala.
- “Guerra fría” Lucha entre naciones que no llega al enfrentamiento armado, aunque puede dar lugar a actos violentos. “la guerra fría había situado a las dos potencias (EEUU y URSS) en frentes opuestos en la mayor parte de los conflictos regionales”
- El neoliberalismo es un movimiento de actualización del liberalismo, aparecido después de la Primera Guerra Mundial, que limita la intervención del Estado en asuntos jurídicos y económicos.
- El Tercer Convenio de Ginebra, relativo al tratamiento de los prisioneros de guerra, es uno de los cuatro tratados de los Convenios de Ginebra. Fue adoptado por primera vez en el año 1929, pero fue actualizado significativamente en el año 1949.
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Un caso especial es el de los gurkas, que si bien no son británicos, pertenecen organicamente al ejercito de Gran Bretaña. Una especial forma de ser mercenario: pelear por un país que no es el tuyo, pero en su ejército regular.
Si, para el Derecho Internacional Público ese tipo de casos se incluyen como pertenecientes al Ejercito que los tiene reclutados, el tema pasa por que integran unidades del ejercito “regular” de la nación que los emplea y perciben un salario igual a los cuadros permanentes del ejército nacional, también puede ser el caso de las legiones extranjeras, Española o Francesa, que ademas a la finalizacion del contrato les otorgan posibilidades de ciudadanía.
El mercenario tiene su historia desde las legiones romanas que solían incorporar soldados de los países que anexaban a su imperio, algo parecido sucedía en época de las cruzadas y, como se menciona, los piratas europeos principalmente ingleses y las legiones extranjeras como la francesa. Algo parecido pero con otra estructura son las guerrillas o milicias irregulares, también se conocen como terrorismo internacional y suelen actuar contratados por otras naciones con intereses en los conflictos pero son totalmente clandestinos.
Efectivamente,los mercenarios vienen siendo utilizados desde épocas remotas, sin embargo hay que aclarar que en el marco jurídico aplicable hoy, tal como lo menciono en la nota, son mercenarios, los que esta contratados, es decir reciben remuneración y no los que tienen otras motivaciones, y que la retribución debe ser considerablemente mayor al la que recibe el combatiente de grado. Esto siempre que el país del conflicto hay suscripto y ratificado el protocolo I (1977) de la Convenio de Ginebra.