El ex presidente armenio Serzh Sargsyan En una conferencia de prensa el 19 de agosto de 2020, habló sobre los eventos en la República de Artsaj, también conocida como Nagorno-Karabaj. Llamó la atención sobre las escaramuzas que habían tenido lugar allí, e hizo comparaciones con la guerra de 2016 entre Armenia y Azerbaiyán.
Afirmando claramente que la amenaza de guerra era “extremadamente grande”. Hoy esas “amenazas” se han constituido, en un peligro muy claro, están en guerra y la estabilidad de la región se ha alterado, hay un enfrentamiento de dimensiones, donde los gobiernos de Ereván y Bakú arrojan la culpa de un lado a otro, cada uno acusando al otro del inicio de hostilidades y socavar el alto el fuego imperante.
La ubicación geográfica del conflicto se refleja en el significado de las palabras con la que se ha bautizado cada sector de la región: Karabaj se refiere a la región geográfica entre las montañas del Cáucaso Menor en el oeste y las estepas entre los ríos Kura y Aras en el este, con el territorio en disputa en el centro de la región en su conjunto.
“Nagorno” deriva del adjetivo ruso para “tierras altas”, por lo que “República de Nagorno-Karabaj” podría traducirse al español como “República del Alto Karabaj”. Sin embargo, la república separatista cambió su nombre para reflejar la historia, y ahora se llama a sí misma República de Artsaj, en referencia a la histórica Artsaj en el mismo territorio.
Ese territorio, que una vez fue una provincia del Reino de Armenia a principios del primer milenio y un reino independiente por derecho propio a principios del segundo milenio antes de la llegada de los turcos. Por su parte, dentro de Azerbaiyán la región se conoce como Yukhari Garabakh, literalmente Alto Garabakh. Así, Podemos ver que hasta el mismo nombre de la república separatista es un problema, unos la llaman de una forma los otros de otra.
Este conflicto no es nuevo, surgió por primera vez en 1918 en el vacío de poder que quedó cuando el Imperio ruso colapsó. La cuestión se archivó cuando los soviéticos restablecieron el dominio ruso y el área se colocó bajo la administración azerí como la RSS autónoma de Nagorno-Karabaj. El asunto estuvo en un segundo plano hasta 1991, cuando se celebró un referéndum en la región sin el consentimiento del gobierno azerí, que constituían el 20% de la población de la región, el referéndum se aprobó con un 99,8% a favor, aunque su ilegitimidad ante el derecho internacional significa que el resultado, y por tanto, la república, son reconocidos solo por Armenia.
La lucha que comenzó ahora cerca de la frontera con Karabaj, demuestra una extrema animosidad entre todas las partes involucradas y va más allá de una lucha local, involucran en forma directa a Turquía e indirecta, por ahora a Rusia. En julio pasado, ya se produjeron conflictos fronterizos y las tensiones entre armenios y azeríes llegaron a causar preocupación en Moscú, Rusia intervino para separar los bandos enfrentados. Recordemos que mientras Rusia brinda su apoyo a Armenia Turquía lo hace con Azerbaiyán, en una reunión bilateral Vladimir Putin logro el apoyo de Recep Tayyip Erdogan, y el conflicto disminuyo.
Sin embargo, en estos momentos, la situación se ha complicado de tal manera, que ya se transita entre Armenia y Azerbaiyán el camino de la guerra abierta. En este entorno, la propaganda se está utilizando en ambos lados para generar culpa y energía. Hay informes de ex combatientes del Ejército Sirio Libre que ahora son pagados por los turcos y trasladados a Azerbaiyán a través de Turquía para apoyar al lado azerí del conflicto.
Si bien Azerbaiyán naturalmente lo niega, Turquía ha abandonado rápidamente su posición de pacificador y ahora culpa a Armenia por la reanudación de las hostilidades, y se ha puesto totalmente del lado de Azerbaiyán. Rusia ha estado enviando armas a Armenia, aunque el ministro de Defensa ruso, Shoigu, afirmó que las armas y el equipo eran para una base militar rusa en Gyumri. Armenia es un aliado absoluto de Rusia, y el riesgo es que este conflicto regional podría atraer a las fuerzas rusas y turcas a una guerra indirecta o del tipo Proxy o algo peor, forzando la mano de la OTAN, de la que Turquía todavía es parte. si la situación se saliera de control.
El hecho es que el conflicto está aumentando, la información está en curso mientras se escribe este artículo. Recordemos que temprano en la mañana del 27 de septiembre, las fuerzas azeríes realizaron un gran ataque contra Stepanakert, capital de Artsakh. Esto se hizo aparentemente para evitar que las fuerzas armenias establecieran una posición fuerte, como resultado, en Armenia se instituyó inmediatamente la ley marcial y se movilizó a sus fuerzas armadas.
Azerbaiyán siguió poco después con la movilización del total de sus tropas. Ambas partes se acusan mutuamente de instigar la violencia y se registran bajas civiles y militares. Es casi imposible en este punto señalar definitivamente a un lado como el instigador, aunque Armenia violó el alto el fuego en numerosas ocasiones en la semana anterior al ataque azerí.
Los dos buscaron una mejor aproximación con Rusia como un medio de encontrar una solución al conflicto a través de la mediación, priorizándola a la occidental. Azerbaiyán con sus recursos petroleros es más rico que Armenia, el gobierno armenio, había estado buscando una manera de reducir su dependencia de Rusia, pero dada su posición ahora, enfrentada a Azerbaiyán y sobre todo a su terrible enemigo Turquía, Armenia se verá obligada, probablemente, a entrar aún más en la esfera de Rusia por necesidad.
Aunque los eventos sobre el terreno están en curso y están sujetos a cambios imprevisibles en cualquier momento, el resultado es probablemente una continuación del status quo ante bellum: animosidad entre las dos partes, las cuales reclamarán algún tipo de victoria mientras que la victoria real pertenecerá silenciosamente. a Rusia y Turquía.
Ambas naciones podrán expandir su influencia en la región. Putin tendrá la oportunidad de solidificar a Armenia dentro de la esfera de influencia rusa, mientras que Erdogan puede promover su proyecto neo-otomano mediante la expansión de los vínculos entre Ankara y Bakú.
Los armenios y los azeríes son peones en el juego más grande que juegan los rusos y los turcos, ahora y como solían ser en los días del imperio. Si bien ambos están ahora en pie de guerra, después de unas semanas de golpes de pecho patrioteros y videos en Twitter de helicópteros derribados y tanques en llamas, es probable que el conflicto vuelva a su estado latente hasta la próxima vez que se desborden las tensiones.
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