La Marina Militare y la Aeronautica Militare de Italia se encuentran envueltos en una larga disputa por quién obtendrá el próximo avión de combate de quinta generación F-35B. La discusión viene de larga data, y ya ha llegado a su punto crítico. Italia tiene un F-35B que pronto saldrá de la línea de producción y aún se desconoce donde se basará el mismo. Tanto la Marina como la Fuerza Aérea, ambos quieren incorporarlo dentro de su flota.
El pedido planificado de Italia por 30 unidades de los aviones F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) será dividido entre las dos fuerzas, y cada uno recibirá 15, además de los 60 F35-A pedidos para la Fuerza Aérea.
Los primeros dos F-35B fueron entregados a la Marina y el tercero a la Fuerza Aérea, y ahora se está decidiendo quién recibirá la cuarta entrega del avión de Lockheed Martin. La decisión está prevista que se tome en las próximas semanas, siendo que el cuarto avión entraría en servicio el próximo año.
La Marina argumenta que el F-35B es esencial para reemplazar a sus anticuados aviones AV-8 basados en su portaaviones Cavour, mientras que la Fuerza Aérea asegura que quiere el avión para realizar misiones expedicionarias en el extranjero, donde requiere de un avión que se adapte y pueda operar en pistas de aterrizaje cortas.
Alessandro Marrone, investigador principal del IAI, un Think Tank en Roma, dijo que el “tira y afloja entre la Marina y la Fuerza Aérea”, visto desde un punto de vista práctico, arroja que la “Marina tiene más derecho a ser el próximo en incorporar la aeronave”, y agregó que “una vez que la Marina obtenga al F-35B, tendrá tres unidades en servicio y podrá iniciar operaciones desde el Cavour, lo que aumentará inmediatamente sus capacidades y marcará la diferencia en las capacidades militares de Italia”.
Por otro lado, una fuente de defensa de alto nivel que no quiso ser citada, respaldó a la Marina de Italia diciendo que “el portaaviones Cavour ya enfrenta desafíos para desplegarse con los AV-8, que no tienen Link 11 y deben terminar su vida operativa en 2025”, y añadió, “los portaaviones a menudo se incorporan al comienzo de las operaciones militares y deben tener la máxima eficiencia, y con el Brexit acercándose, Europa perderá la capacidad que ofrecían los portaaviones del Reino Unido e Italia solo podrá confiar en el Charles de Gaulle de Francia y en el Cavour de Italia, que alberga aviones obsoletos”.
Los F35 de Italia están saliendo actualmente de la línea de ensamblaje del país en Cameri, en el norte de Italia, que ahora está ensamblando aviones para Holanda e Italia.
La fuente también agregó que dos F35-B de la Marina fueron enviados después de su entrega a los Estados Unidos para participar de un entrenamiento en la Base Aérea de Beaufort en Carolina del Sur, y su regreso está programado para fines del 2021. Mientras tanto, el portaaviones Cavour debía navegar hasta la Estación Aeronaval de Patuxent River, Maryland, en los Estados Unidos en noviembre donde estaba planificado que obtenga la certificación para operar los F-35B, pero la pandemia de coronavirus retrasó la visita que se programo hasta la primavera del próximo año.
Otra discusión que se ha generado es quién ejecutará la acción de agrupar en una única base todas las unidades del F-35B de Italia cuando entren en servicio si lo que se pretende es agrupar a los aviones en un único lugar para ahorrar en logística.
La elección está entre la base de la Marina en Grottaglie en Puglia, en el talón sur de Italia donde basa sus AV-8, o la base Amendola de la Fuerza Aérea, también en Puglia, dónde ya están asignados los F-35A.
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Imagen de portada: El primer F-35B construido en las instalaciones de Cameri, Italia, saliendo del hangar en 2017. Cortesía de Lockheed Martin