En un año atípico marcado por el azote del coronavirus en todo el territorio nacional, distintos ámbitos sufrieron una parálisis importante afectando su operatividad usual. Esto no ha sido el caso del Ejército Argentino y en especial el brazo aéreo de esta institución, la Aviación del Ejercito.
Desde los primeros meses en que el Estado Nacional decretó la cuarentena desde el Comando de Aviación del Ejercito se organizó con sus batallones y escuadrones dependientes, como a las distintas secciones desperdigadas en el país para atender las distintas misiones encomendadas, entre acciones de apoyo civil, desastres y sanidad, pero sin dejar de avanzar en el entrenamiento de sus tripulaciones e incluso terminar de incorporar nuevas unidades para su orgánica.
Si bien el impacto mediático estuvo puesto en mayor medida sobre las tareas desarrolladas alrededor del cinturón urbano de Buenos Aires, con los distintos vuelos salidos desde Campo de Mayo para brindarle información desde el cielo al Estado Nacional sobre el movimiento urbano, es cierto que las distintas secciones de aviación lograron durante todos estos meses una importante respuesta a todos los avatares amargos que trajo el 2020.
Vayamos con algunos ejemplos.
Desde el centro de nuestro país, al pie de la cordillera, la Sección de Aviación del Ejercito de Montaña 6, tuvo que hacer frente a una problemática que se da año a año en época invernal, con intensas nevadas. Es así que una tripulación ha sido puesta a disposición del Gobierno de Rio Negro para atender en el desplazamiento y asistencia a los distintos pobladores aislados. Estas tareas incluyeron el envío de decenas de módulos alimentarios y medicamentos para la habitantes que quedaron a merced del intenso temporal que azoto a la Patagonia Argentina durante este año.
La legendaria sección 8, desde Mendoza, continuó operando sus Lama para brindar no solamente apoyo en la montaña, sino que puntualmente desarrolló un importante esfuerzo para mantener al longevo -pero no menos seguro- sistema en operaciones. Sus unidades recibieron inspecciones mayores y materializaron la puesta a punto de dos aeronaves para realizar misiones de relevamiento de puestos de aterrizaje cercanos a hospitales, todo en el marco del coronavirus. Avanzaron a su vez en la construcción de un entrenador terrestre a fin de adiestrar virtualmente a las tripulaciones de vuelo en lo referido a procedimientos de cabina, comunicaciones y vuelo instrumental conectandose con el proyecto ETAR.
Desde el centro norte del país, la Seccion 3 tuvo un importante despliegue frente al desastre ocurrido con los incendios en la provincia de Santa Fe. Con sus sistemas aéreos fueron columna vertebral del despliegue de brigadistas y medios para combatir los distintos focos de fuego que afectaron la localidad de Villa Ocampo y sus zonas aledañas.
Hacia el norte del país, la Sección de Aviación de Ejército 5 no dejó de entrenar a sus tripulaciones en distintas técnicas, sean rappel, inserción y extracción de patrullas, entre otras. El punto central de esta unidad ha sido el apoyo al Ejército Argentino en la continua asistencia que ejerce la institución en el marco del Operativo Integración Norte. Pese a la situación pandemica y haber sumado la inmesa Operación General Belgrano, las localidades de Tartagal y Oran siempre estuvieron asistidas por algún helicóptero de la sección.
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El año “intenso” será por todos los agujeros que hay que tapar, no?